En su encuentro con el clero de la diócesis de Albano, el Papa dialoga con los presbíteros
sobre la realidad de la diócesis y de la Iglesia universal
Jueves, 31 ago (RV).- «La fe es más fuerte que cualquier corriente que va y viene».
La Iglesia a lo largo de sus 2000 años de historia ha superado numerosas adversidades
y está viva gracias a Cristo, esperanza que no defrauda. Lo ha reiterado Benedicto
XVI esta mañana en un encuentro con el clero de la diócesis de Albano, a la que pertenece
la localidad de Castelgandolfo.
Encuentro intenso y ameno - en el Palacio
Apostólico de Castelgandolfo - que ha durado casi una hora y media y en el que el
Papa ha dialogado con los presbíteros que le formularon cinco preguntas sobre temas
que conciernen a la realidad de esta diócesis, pero también a la Iglesia universal.
Como son las esperanzas y desafíos que afrontan los sacerdotes; la pastoral integrada;
la liturgia; la familia y los jóvenes.
Respondiendo a la primera pregunta que
le presentó un sacerdote de 83 años - también en nombre de los presbíteros más jóvenes
- ante las dificultades que afrontan los sacerdotes en el desarrollo de su misión,
Benedicto XVI ha exhortado a no dejarse llevar por el desaliento y ha hecho hincapié
en que la Iglesia está viva y que - gracias a Cristo que vive en su Iglesia - a
lo largo de sus dos mil años de historia ha superado numerosos sufrimientos.
El
Papa ha evocado las grandes figuras de los santos - como la de los españoles santa
Teresa de Ávila y san Ignacio de Loyola – y citando algunos ejemplos de los sufrimientos
del pasado, como las invasiones musulmanas; las corrientes del iluminismo; el marxismo
y a Hitler - que quiso destruir a la Iglesia Católica - el Santo Padre ha destacado
la vitalidad de la Iglesia hoy: «Viviendo la Iglesia de hoy – viendo, a pesar de los
sufrimientos - la vitalidad de la Iglesia, podemos decir que hemos creído y conocido
que tú, Señor, nos das las palabras de vida eterna. Es decir, de una esperanza que
no defrauda».
Reiterando la importancia de la oración, de la Palabra de Dios,
de la Eucaristía, de la celebración de la Santa Misa, de la liturgia, de las enseñanzas
del Concilio Vaticano II, sin olvidar los problemas del momento presente, el Papa
se ha referido a las florecientes vocaciones en África, que constituyen una significativa
y concreta esperanza.
Tras recordar que la gente de hoy tiene sed de Agua
Viva y que las palabras de Cristo son más fuertes que cualquier adversidad, al responder
a la segunda pregunta, Benedicto XVI ha insistido en la importancia de integrar en
un único camino pastoral a todos los agentes comprometidos en este sector.
Señalando
la necesidad de la evangelización continua y misionera y destacando también la responsabilidad
en lo que se refriere a la preparación para los sacramentos, el Santo Padre se ha
referido de forma especial a la preparación matrimonial, al carácter sacramental del
matrimonio y al cuidado pastoral de los divorciados vueltos a casar. El Papa ha puesto
de relieve asimismo la diaconía de la caridad dedicada a los que sufren, a los enfermos,
a los marginados a los pobres. Los párrocos y los agentes pastorales, guiados por
los Obispos, tienen una importante misión: «confirmar y sostener la fe de los creyentes
– que es un gran tesoro – y hacer llegar el anuncio de la fe a todos los que buscan
con corazón sincero la Palabra de Dios»
En lo que se refiere al tema de la
celebración litúrgica, el Papa ha señalado la importancia del diálogo con Dios, del
encuentro personal con Cristo, de la escucha y del anuncio de la Palabra. Los sacerdotes
deben ser «instrumentos del Señor y celebrar con la Iglesia de forma que la gente
perciba la intensa interioridad de la comunión con Dios». La celebración litúrgica
no es una pieza teatral.
En el tema de la Familia, Benedicto XVI ha evocado
el V Encuentro Mundial de las Familias que tuvo la alegría de clausurar en Valencia,
el pasado mes de julio. Destacando la importancia del testimonio de las familias cristianas,
también de aquellas que superan las dificultades de cada día – grandes y pequeñas
– el Santo Padre ha señalado que también los sacerdotes pueden aprender de los sufrimientos
de los casados para crecer en la maduración de las experiencias de la vida.
La
última pregunta a la que ha respondido el Papa ha sido la referida a la pastoral juvenil.
Benedicto XVI ha destacado la necesidad de mantener encendida la llama y el entusiasmo
de las Jornadas Mundiales de la Juventud, cultivando e impulsando con la guía de los
obispos las importantes actividades de los voluntariados, de los compromisos positivos
de los jóvenes, de los movimientos, de los grupos de oración y de la contemplación
de la Palabra - pues «Dios sigue hablando a los hombres de hoy».
El Santo Padre
ha exhortado a cuidar la formación de los jóvenes, para que sigan el modelo de conversión
de san Francisco de Asís, que no fue un simple ambientalista o pacifista, sino que
fue sobre todo un hombre que se convirtió y anunció la alegría del amor de Dios hacia
todos los hombres.