2006-08-23 16:00:13

Memoria litúrgica de santa Rosa de Lima


Miércoles, 23 ago (RV).- Santa Rosa de Lima nació en la capital del Perú en 1586. De ascendencia española, fue la primera santa canonizada. La niña fue bautizada con el nombre de Isabel, pero la llamaban Rosa, y ese fue el único nombre que le impuso en la Confirmación el arzobispo de Lima, santo Toribio. Rosa tomó a santa Catalina de Siena como modelo a pesar de la oposición y las burlas de sus padres y amigos. Se opuso a sus padres por una causa justa, pero jamás les desobedeció ni se apartó de la más escrupulosa obediencia y paciencia en las dificultades y contradicciones. Sufrió mucho por aquellos que no la comprendían.

Su padre fracasó en la explotación de una mina, la familia se vio en circunstancias económicas difíciles y Rosa tuvo que trabajar duramente, hasta que sus padres intentaron inducirla a casarse y ella luchó contra esta situación durante diez años. Finalmente, hizo voto de virginidad para confirmar su resolución de vivir consagrada al Señor. Al cabo de esos años, ingresó en la tercera orden de santo Domingo, imitando así a santa Catalina de Siena. A partir de entonces, se recluyó en una cabaña que había construido en el huerto. Llevaba sobre la cabeza una cinta de plata, cuyo interior estaba lleno de puntas que semejaba una corona de espinas. Sufrió durante quince años la persecución de sus amigos y conocidos. Tuvo muchas tentaciones en su vida que valerosamente supo superar. Finalmente los médicos y una comisión de sacerdotes dictaminó que sus experiencias eran realmente sobrenaturales.

Rosa pasó los tres últimos años de su vida en la casa de don Gonzalo de Massa, un empleado del gobierno, cuya esposa le tenía particular cariño. Después de una dura enfermedad el 24 de agosto de 1617, con treinta y un años de edad murió. El capítulo, el senado y otros dignatarios de la ciudad se turnaron para trasportar su cuerpo al sepulcro. El Papa Clemente X la canonizó en 1671.








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