Día Mundial de las Poblaciones: “es difícil ser joven”
Lunes, 10 jul (RV).- En 1989 el Consejo de Administración del Programa de las Naciones
Unidas para el Desarrollo (PNUD) recomendó que se celebrara cada 11 de julio el Día
Mundial de la Población. El Día, que nació a partir de la celebración del Día de los
Cinco Mil Millones el 11 de julio de 1987, busca centrar la atención sobre la urgencia
e importancia de los temas sobre población, particularmente en el contexto de los
planes y programas de desarrollo global y sobre la necesidad de encontrar soluciones
a dichos temas. A mediados de 1999 la población mundial alcanzó los 6.000 millones
y continúa creciendo a un ritmo de 80 millones por año al menos durante la próxima
década. Las Naciones Unidas estiman que habrá entre 7.700 y 11.200 millones de personas
en el mundo en el año 2050, siendo 9.400 millones la estimación más probable.
El
UNFPA, Fondo de Población de las Naciones Unidas, es una agencia de cooperación internacional
para el desarrollo que promueve el derecho de cada mujer, hombre y niño a disfrutar
de una vida sana, con igualdad de oportunidades para todos. El UNFPA aspira a que
se logre un mundo apto para la juventud; un mundo que promueva y proteja los derechos
de los jóvenes, les ofrezca oportunidades de plasmar plenamente su potencial, acoja
y respete sus voces y sus opiniones, donde puedan vivir protegidos contra la pobreza,
la discriminación y la violencia. En ese mundo, los jóvenes han de poseer los conocimientos
y las aptitudes necesarios para efectuar opciones en sus vidas que sean voluntarias,
responsables y bien fundamentadas, inclusive decisiones sobre su salud sexual y reproductiva.
El UNFPA, junto con sus aliados, trata de asegurar la participación y el liderazgo
de los jóvenes, para que se escuchen sus voces, se satisfagan sus necesidades y se
protejan sus derechos humanos. Este año, el lema del Día Mundial de las Poblaciones
que mañana conmemoramos en todo el mundo es: “Es difícil ser joven”. Y por qué es
difícil ser joven, se pregunta el UNFPA, pues, porque uno se siente invencible, pero
uno es vulnerable. Vulnerable a las drogas, al SIDA, al embarazo, a la influencia
de otros jóvenes. “¡Qué confusión!”, exclama el cartel publicitario de la celebración
de este 2006. Confusión porque uno se siente al mismo tiempo fuerte, impotente, involucrado,
excluido. El cartel publicitario de la celebración de este 11 de julio finaliza con
un gran “¡Magnífico!”, porque el futuro no tiene límites, uno puede asumir control,
de inmediato.
El hecho de que Naciones Unidas haya dedicado el lema de este
2006 del Día Mundial de las Poblaciones a los jóvenes, se debe sobre todo a datos
como que la mitad de los habitantes del mundo tienen menos de 25 años de edad, hay
unos 3.000 millones de niñas y jóvenes que ya han alcanzado, o alcanzarán pronto,
la etapa de procreación. Por este motivo, el acceso universal a servicios de salud
reproductiva, inclusive los de planificación de la familia, es el punto de partida
para un mejor futuro de 1.500 millones de jóvenes (de 10 a 24 años de edad) que viven
en países en desarrollo. No hay que olvidar, que en 57 países en desarrollo, más del
40% de la población tiene menos de 15 años. Además, según se estima, en el año 2000
el número de jóvenes en todo el mundo que sobrevivían con menos de un dólar diario
era de 238 millones, casi la cuarta parte (22,5%) de la población total de jóvenes
en todo el mundo.
La Iglesia siempre ha estado cerca de los jóvenes de todo
el mundo, demostrándolo a través del encuentro entre el Papa y los jóvenes en las
Jornadas Mundiales de la Juventud, instauradas por Juan Pablo II y proseguidas por
Benedicto XVI. Precisamente en la pasada edición, la XX, de la Jornada Mundial de
la Juventud, celebrada en Colonia, Alemania, Benedicto XVI se congratuló de cómo estas
jornadas han servido para crear “un diálogo profundo que se ha desarrollado durante
más de veinte años entre el Papa y los jóvenes, muchos de ellos han podido profundizar
la fe, establecer lazos de comunión, apasionarse por la buena nueva de la salvación
en Jesucristo y proclamarla en muchas partes de la tierra. Este gran Papa –exhortaba
Benedicto XVI haciendo mención a Juan Pablo II- supo entender los desafíos que se
presentan a los jóvenes de hoy y, confirmando su confianza en ellos, no dudó en impulsarlos
a proclamar con valentía el Evangelio y ser constructores intrépidos de la civilización
de la verdad, del amor y de la paz”.
Este espíritu de esperanza en los más
jóvenes es el mismo que ha llevado a Naciones Unidas a subrayar la importancia de
los jóvenes de hoy en nuestra sociedad, de ahí que haya sido el tema central del Día
Mundial de las Poblaciones que mañana celebramos en todo el mundo.