2006-07-07 16:31:19

Pensamiento del Papa sobre el matrimonio y la Familia


LA FAMILIA, TRANSMISORA DE LA FE
Catequesis preparatorias para el

V Encuentro Mundial de las Familias en Valencia, España

Pensamiento del Papa sobre el matrimonio y la Familia

Concluimos estas transmisiones que a lo largo de 12 semanas hemos venido haciendo sobre las catequesis familiares como preparación al V Encuentro Mundial de las Familias en Valencia, España. Y lo hacemos desde la misma perspectiva catequética, pero esta vez con las mismas palabras y el mismo Pensamiento del Papa sobre el matrimonio y la Familia.
Y lo vamos a hacer desde una doble perspectiva: el de la Familia como transmisora de la Fe, y el de América Latina, ya que este programa se transmite por muchísimas emisoras del continente hermano de España. Comencemos con la primera:

La Familia como transmisora de la Fe, no es una frase, es un misterio de amor; no es una teoría, o una doctrina que comunicar, sino una forma de ser. Se trata del cauce de la cercanía, vivida diariamente, que es propia del amor. Esta es la palanca para mover el mundo: no las ideas, sino el amor como experiencia familiar.

“Sabemos bien que para una auténtica obra educativa no basta con una buena teoría o una doctrina que comunicar. Hace falta algo mucho más grande y humano: la cercanía, vivida diariamente, que es propia del amor y que tiene su espacio más propicio ante todo en la comunidad familiar, pero así mismo en una parroquia o movimiento o asociación eclesial, en donde se encuentran personas que cuiden de los hermanos, en particular de los niños y los jóvenes, y también de los adultos, de los ancianos, de los enfermos, de las familias mismas, porque los aman en Cristo”


Y un poco más adelante, el Papa explica cómo ese trabajo de relación para la transmisión de la fe sólo será válido si tiene una base sólida: la oración, la amistad personal con Cristo y la contemplación en él del rostro del Padre. Así es como ese trabajo educativo se libera de ideologías y de formas de pensar relativas, y se hace algo absoluto: el afecto, la amistad con Cristo.

“En la base de la formación de la persona cristiana y de la transmisión de la fe está necesariamente la oración, la amistad personal con Cristo y la contemplación en él del rostro del Padre”


Y a los presidentes de las comisiones episcopales para la familia y la vida de América Latina, decía lo siguiente:

“El amor y la entrega total de los esposos, con sus notas peculiares de exclusividad, fidelidad, permanencia en el tiempo y apertura a la vida, está en la base de esa comunidad de vida y amor que es el matrimonio. Hoy es preciso anunciar con renovado entusiasmo que el evangelio de la familia es un camino de realización humana y espiritual, con la certeza de que el Señor está siempre presente con su gracia. Este anuncio es a menudo desfigurado por falsas concepciones del matrimonio y de la familia que no respetan el proyecto originario de Dios. En este sentido se han llegado a proponer nuevas formas de matrimonio, alguna de ellas desconocidas en las culturas e los pueblos, en las que se altera su naturaleza específica”


Para los que pretenden inventar una civilización sin familia, el Santo Padre, ha reafirmado que la gracia, que es Dios mismo dándose al hombre, no es algo extraño que viene desde fuera de lo humano, no violenta lo humano, sino que lo potencia:

“La gracia de Cristo no se añade desde fuera a la naturaleza…” (Discurso a los presidentes de las comisiones episcopales para la familia y la vida en América Latina. Sábado 3 de Diciembre de 2005)


Esa Gracia de Cristo, que respeta y potencia la naturaleza humana, se hace presente para afrontar los retos generacionales: a los jóvenes con sus problemas de inserción en el mundo del trabajo, el compromiso matrimonial, la formación de una nueva familia, la libertad religiosa en el mundo universitario y profesional; y en los abuelos para apoyar su tarea esencial en el acompañamiento espiritual, afectivo y educativo.



Y todo esto amenizado por la fiesta del Encuentro donde se celebra la propia identidad y los proyectos familiares. ¿Y cómo se celebra? rezando juntos al atardecer, en la Playa de la Malvarosa, en la comunicación festiva de los testimonios, en la diversión que ofrece la Feria o la fantasía de los fuegos artificiales, y cómo no, en torno al mensaje del Santo Padre, que una vez más ha querido iluminar, acompañar de cerca y festejar el misterio del amor familiar.








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