Pensamiento del Papa sobre el matrimonio y la Familia
LA FAMILIA, TRANSMISORA DE LA FE Catequesis preparatorias para el
V Encuentro
Mundial de las Familias en Valencia, España
Pensamiento del Papa sobre el
matrimonio y la Familia
Concluimos estas transmisiones que a lo largo de
12 semanas hemos venido haciendo sobre las catequesis familiares como preparación
al V Encuentro Mundial de las Familias en Valencia, España. Y lo hacemos desde la
misma perspectiva catequética, pero esta vez con las mismas palabras y el mismo Pensamiento
del Papa sobre el matrimonio y la Familia. Y lo vamos a hacer desde una doble
perspectiva: el de la Familia como transmisora de la Fe, y el de América Latina, ya
que este programa se transmite por muchísimas emisoras del continente hermano de España.
Comencemos con la primera:
La Familia como transmisora de la Fe, no es una
frase, es un misterio de amor; no es una teoría, o una doctrina que comunicar, sino
una forma de ser. Se trata del cauce de la cercanía, vivida diariamente, que es propia
del amor. Esta es la palanca para mover el mundo: no las ideas, sino el amor como
experiencia familiar.
“Sabemos bien que para una auténtica obra educativa no
basta con una buena teoría o una doctrina que comunicar. Hace falta algo mucho más
grande y humano: la cercanía, vivida diariamente, que es propia del amor y que tiene
su espacio más propicio ante todo en la comunidad familiar, pero así mismo en una
parroquia o movimiento o asociación eclesial, en donde se encuentran personas que
cuiden de los hermanos, en particular de los niños y los jóvenes, y también de los
adultos, de los ancianos, de los enfermos, de las familias mismas, porque los aman
en Cristo”
Y un poco más adelante, el Papa explica cómo ese trabajo de
relación para la transmisión de la fe sólo será válido si tiene una base sólida: la
oración, la amistad personal con Cristo y la contemplación en él del rostro del Padre.
Así es como ese trabajo educativo se libera de ideologías y de formas de pensar relativas,
y se hace algo absoluto: el afecto, la amistad con Cristo.
“En la base de la
formación de la persona cristiana y de la transmisión de la fe está necesariamente
la oración, la amistad personal con Cristo y la contemplación en él del rostro del
Padre”
Y a los presidentes de las comisiones episcopales para la familia
y la vida de América Latina, decía lo siguiente:
“El amor y la entrega total
de los esposos, con sus notas peculiares de exclusividad, fidelidad, permanencia en
el tiempo y apertura a la vida, está en la base de esa comunidad de vida y amor que
es el matrimonio. Hoy es preciso anunciar con renovado entusiasmo que el evangelio
de la familia es un camino de realización humana y espiritual, con la certeza de que
el Señor está siempre presente con su gracia. Este anuncio es a menudo desfigurado
por falsas concepciones del matrimonio y de la familia que no respetan el proyecto
originario de Dios. En este sentido se han llegado a proponer nuevas formas de matrimonio,
alguna de ellas desconocidas en las culturas e los pueblos, en las que se altera su
naturaleza específica”
Para los que pretenden inventar una civilización
sin familia, el Santo Padre, ha reafirmado que la gracia, que es Dios mismo dándose
al hombre, no es algo extraño que viene desde fuera de lo humano, no violenta lo humano,
sino que lo potencia:
“La gracia de Cristo no se añade desde fuera a la naturaleza…”
(Discurso a los presidentes de las comisiones episcopales para la familia y la vida
en América Latina. Sábado 3 de Diciembre de 2005)
Esa Gracia de Cristo,
que respeta y potencia la naturaleza humana, se hace presente para afrontar los retos
generacionales: a los jóvenes con sus problemas de inserción en el mundo del trabajo,
el compromiso matrimonial, la formación de una nueva familia, la libertad religiosa
en el mundo universitario y profesional; y en los abuelos para apoyar su tarea esencial
en el acompañamiento espiritual, afectivo y educativo.
Y todo esto
amenizado por la fiesta del Encuentro donde se celebra la propia identidad y los proyectos
familiares. ¿Y cómo se celebra? rezando juntos al atardecer, en la Playa de la Malvarosa,
en la comunicación festiva de los testimonios, en la diversión que ofrece la Feria
o la fantasía de los fuegos artificiales, y cómo no, en torno al mensaje del Santo
Padre, que una vez más ha querido iluminar, acompañar de cerca y festejar el misterio
del amor familiar.