2006-06-28 16:52:52

Audiencia general: el Papa subraya la relación inseparable que enlaza el cristianismo con la religión judía, “una praxis de recíproco aprecio y respeto” a pesar de incomprensiones posteriores


Miércoles, 28 jun (RV).- Benedicto XVI ha recordado hoy la relación "inseprable" que enlaza el cristianismo con la religión judía, una relación que se mantiene actualmente pese a que ambas comunidades han atravesado por "lamentables incomprensiones".

Durante la audiencia general, celebrada ante varios miles de personas en la Plaza de San Pedro en una jornada especialmente calurosa, el Papa ha dedicado su catequesis a la figura del apóstol Santiago el Menor, del que ha destacado "su intervención en la cuestión de la difícil relación entre los cristianos de origen judío y aquellos de origen pagano". El Santo Padre ha indicado que Santiago el Menor contribuyó, con Pedro, a integrar la dimensión originaria judaica del cristianismo "con la exigencia de no imponer a los paganos convertidos la obligación de cumplir todas las normas de la ley de Moisés". El resultado, "válido hasta ahora", fue que "se reconoció la relación indivisible que une al cristianismo con la religión judía como a su matriz perennemente viva y válida". Así, se dio inicio a una práctica "de recíproca estima y respeto que, pese a lamentables incomprensiones posteriores, buscó por su propia naturaleza salvaguardar todo lo que caracterizaba a cada una de las partes", añadió.

Siguiendo la galería de retratos de los Apóstoles elegidos directamente por Jesús, Benedicto XVI ha centrado su catequesis de la Audiencia General de hoy, en la figura del apóstol Santiago el menor, uno de los Doce. El Santo Padre, ante unos 40 mil peregrinos, igual como hizo ya el pasado miércoles, ha anunciado que reduciría su alocución pública con una versión más corta, a causa del excesivo calor en la plaza de san Pedro.

“Santiago, hijo de Alfeo, como Santiago el Mayor, era originario de Jerusalén, probablemente pariente de Jesús. En el Libro de los Hechos de los Apóstoles se subraya -ha dicho el Papa-, el papel preeminente desarrollado por este apóstol en la Iglesia primitiva de Jerusalén, después de la resurrección de Jesús.

El acto más relevante cumplido por él fue la intervención que tuvo en la cuestión de la difícil relación entre los cristianos de origen hebreo y los cristianos de origen pagano, ha indicado el Pontífice. En eso, Santiago el menor contribuyó, junto a Pedro, a superar o mejor dicho a integrar la originaria dimensión judaica del cristianismo, con la exigencia de no imponer a los paganos convertidos la obligación de estar sometidos a todas las normas de la ley de Moisés.

La más arcana información sobre la muerte de este Santiago, nos la ofrece el historiador hebreo Flavio Josefo. En sus Antigüedades Judías, redactadas en Roma al final del siglo I, nos relata que la muerte de Santiago fue decidida, a través de una iniciativa ilegítima, por el Sumo Sacerdote Anano, el cual aprovechó un momento de intervalo entre la destitución de un procurador romano y la llegada de su sucesor, para decretar la lapidación del Apóstol en el año 62.

En el canon de las Escrituras cristianas, la de Santiago ocupa el primer lugar entre las llamadas “Cartas católicas”, destinadas no a una, sino a muchas Iglesias. Se trata de un texto importante que insiste mucho sobre la necesidad de no reducir la propia fe a pura declaración verbal o abstracta, sino de expresarla a través de las buenas obras. Entre otras cosas nos invita a comprender que los verdaderos valores de la vida no están en las riquezas transitorias, sino en el saber compartirlas con los pobres y los más necesitados.

Por último la carta de Santiago nos exhorta a abandonarnos en las manos de Dios en todo lo que hacemos, pronunciando siempre las palabras: “Si Dios quiere”. Una manera que nos enseña a no pretender planificar nuestra vida de modo autónomo e interesado, sino dejando espacio a la voluntad indescifrable de Dios. Santiago se presenta, pues, ha dicho el Papa, “como un maestro de vida siempre actual para cada uno de nosotros”.

Este ha sido el resumen que de su catequesis ha hecho el Santo Padre en español para los peregrinos de nuestra lengua presentes en la Plaza de San Pedro: RealAudioMP3

Queridos hermanos y hermanas:

Santiago el Menor, hijo de Alfeo, fue denominado por San Pablo “columna” de la Iglesia de Jerusalén, de tal manera que durante el Concilio apostólico contribuyó decisivamente a que los paganos convertidos entraran en la Iglesia sin la obligación de someterse antes a la circuncisión.

En la Carta del Nuevo Testamento, que se le atribuye, afirma que “la fe sin las obras está muerta”, insistiendo así sobre la necesidad de no reducir la propia fe a una pura declaración verbal abstracta. Además, nos invita a la oración confiada para llegar a comprender que el verdadero valor de la vida no está en las riquezas materiales, sino en compartir los bienes con los pobres y necesitados. Con la expresión “si el Señor quiere”, nos exhorta también a abandonarnos en las manos de Dios, cumpliendo así en nuestra vida la voluntad divina.

Saludo cordialmente a los visitantes de lengua española, en especial a los formadores y alumnos de varios Seminarios españoles, a las parroquias, grupos escolares y asociaciones, así como a los peregrinos de Puerto Rico y de otros Países latinoamericanos. Os animo a vivir con esperanza firme manifestando vuestra fe en el Señor con obras de caridad, para testimoniar en el mundo la belleza del amor de Dios ¡Gracias por vuestra visita!

Como siempre el Santo Padre antes de finalizar la audiencia ha saludado a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados. Estamos ya en verano, tiempo de vacaciones y de descanso. Queridos jóvenes. Aprovechadlo para experiencias sociales y religiosas útiles; a vosotros, queridos recién casados para profundizar en vuestra misión en la Iglesia y en la sociedad. A vosotros, queridos enfermos, que no os falta, también en este periodo estival, la cercanía de vuestros familiares.







All the contents on this site are copyrighted ©.