2006-06-26 14:41:02

Ángelus: llamamientos de Benedicto XVI a la prudencia en las carreteras y mayor seguridad laboral en el respeto de la vida


Lunes, 26 jun (RV).- Tras introducir el rezo del Ángelus ayer, reflexionando sobre el Sagrado Corazón de Jesús – raíz de la santidad de los sacerdotes y de las familias - Benedicto XVI pronunció dos llamamientos. El de conducir con prudencia, para que los que viajan en este periodo de vacaciones respeten la vida propia y la de los demás y el de una mayor atención a las condiciones de seguridad en el trabajo, para que nunca más vuelvan a ocurrir accidentes como el del sábado en una autopista en el sur de Italia, en el que murió un trabajador y otros 14 resultaron heridos.

El Papa expresó su profundo dolor por este grave accidente laboral ocurrido en una autopista de Sicilia y manifestó su pésame a los familiares del trabajador fallecido. Elevando al Señor una especial oración de sufragio por esta víctima y asegurando su cercanía espiritual a los heridos, Benedicto XVI exhortó a que se dedique «cada vez más mayor atención a las condiciones de seguridad laboral, para que se pueda evitar que se repitan tragedias como ésta».

Asimismo, saludando a todos aquellos que viajan con motivo del comienzo de las vacaciones de verano, Benedicto XVI reiteró un llamamiento «al sentido de responsabilidad en el tránsito en las carreteras, recordando que mantener una conducta correcta en la conducción de los vehículos es una forma concreta de respetar la propia vida y la de los demás».

El Santo Padre hizo hincapié en las significativas solemnidades litúrgicas que de este periodo. Como la del Sagrado Corazón de Jesús y la bella tradición enlazada con la consagración de las familias, precisamente, al Corazón del Señor, que manifiesta de modo sublime el Amor de Dios a la humanidad, tan especial para las almas que tienen sed de la Misericordia divina. También recordó el Papa la Jornada Mundial de Oración por la santificación de los sacerdotes, la natividad de san Juan Bautista y el Corazón Inmaculado de María.

Como cada domingo o día festivo Benedicto XVI se asomó a mediodía de ayer a la ventana del palacio apostólico para rezar la oración mariana del Ángelus con los fieles congregados en la Plaza de san Pedro, y dedicó sus palabras a las festividades que rodean decimosegundo domingo del Tiempo Ordinario: el Sagrado Corazón de Jesús y de María, la natividad de san Juan Bautista y la fiesta de san Pedro y san Pablo.

“Queridos hermanos y hermanas: el domingo de hoy, décimo segundo del Tempo Ordinario se encuentra como rodeado de solemnidades litúrgicas significativas. El viernes pasado hemos celebrado el Sagrado Corazón de Jesús, festividad que une la devoción popular a la profundidad teológica...” “…Esta devoción hunde sus raíces en el misterio de la Encarnación; es justamente a través del Corazón de Jesús como se ha manifestado el amor de Dios por la humanidad. Por eso, el auténtico culto del Sagrado Corazón conserva toda su validez, atrae especialmente a las almas sedientas de la misericordia de Dios, y encuentra en él la fuente inagotable de donde sacar el agua de la vida, capaz de regar los desiertos del alma y de hacer florecer la esperanza”.

Al mismo tiempo, el Santo Padre invitó a todos a rezar por los sacerdotes, puesto que la fiesta del Sagrado Corazón es también la Jornada por la santificación de los sacerdotes, para que puedan ser válidos testimonios del amor de Cristo.

Recordando la fiesta de la Natividad de San Juan Bautista, el único Santo del que se conmemora el nacimiento, porque significó el comienzo del cumplimiento de las promesas divinas, el Papa invitó a los fieles a seguir el ejemplo de Juan Bautista, acogiendo a Cristo y relacionar toda nuestra vida con la del Salvador de la humanidad, que es Palabra, Luz y Esposo, una realidad que es programática para todo cristiano.

Que el “yo” de Cristo tome el puesto de nuestro “yo”, al modo como San Pablo escribió de sí mismo: No soy yo, es Cristo quien vive en mí”. María Santísima es modelo de esta aspiración cristiana y ha implorado para que su intercesión nos conceda ser siempre fieles a esta vocación.

Al mismo tiempo, el Papa agradeció a la Comunidad eclesial italiana, que el domingo anterior a la festividad de San Pedro y San Pablo, celebra en Italia la Jornada por la caridad del Papa, sus oraciones y el apoyo que le ofrece a su ministerio como Sucesor di Pedro, llamado a servir a todo el pueblo de Dios.

Después del rezo del Ángelus, como todos los domingos, el Santo Padre saludó a los peregrinos en lengua española: RealAudioMP3

Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española aquí presentes, así como a quienes participan en esta oración mariana a través de la radio o la televisión. Queridos hermanos: que la certeza de la presencia de Cristo en la barca de su Iglesia aumente vuestra fe y amor hacia Ella, os inspire confianza en medio de las dificultades y os anime a testimoniar con alegría vuestra condición de cristianos. ¡Feliz domingo!
 







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