Ángelus: llamamientos de Benedicto XVI a la prudencia en las carreteras y mayor seguridad
laboral en el respeto de la vida
Lunes, 26 jun (RV).- Tras introducir el rezo del Ángelus ayer, reflexionando sobre
el Sagrado Corazón de Jesús – raíz de la santidad de los sacerdotes y de las familias
- Benedicto XVI pronunció dos llamamientos. El de conducir con prudencia, para que
los que viajan en este periodo de vacaciones respeten la vida propia y la de los demás
y el de una mayor atención a las condiciones de seguridad en el trabajo, para que
nunca más vuelvan a ocurrir accidentes como el del sábado en una autopista en el sur
de Italia, en el que murió un trabajador y otros 14 resultaron heridos.
El
Papa expresó su profundo dolor por este grave accidente laboral ocurrido en una autopista
de Sicilia y manifestó su pésame a los familiares del trabajador fallecido. Elevando
al Señor una especial oración de sufragio por esta víctima y asegurando su cercanía
espiritual a los heridos, Benedicto XVI exhortó a que se dedique «cada vez más mayor
atención a las condiciones de seguridad laboral, para que se pueda evitar que se repitan
tragedias como ésta».
Asimismo, saludando a todos aquellos que viajan con
motivo del comienzo de las vacaciones de verano, Benedicto XVI reiteró un llamamiento
«al sentido de responsabilidad en el tránsito en las carreteras, recordando que mantener
una conducta correcta en la conducción de los vehículos es una forma concreta de respetar
la propia vida y la de los demás».
El Santo Padre hizo hincapié en las significativas
solemnidades litúrgicas que de este periodo. Como la del Sagrado Corazón de Jesús
y la bella tradición enlazada con la consagración de las familias, precisamente, al
Corazón del Señor, que manifiesta de modo sublime el Amor de Dios a la humanidad,
tan especial para las almas que tienen sed de la Misericordia divina. También recordó
el Papa la Jornada Mundial de Oración por la santificación de los sacerdotes, la natividad
de san Juan Bautista y el Corazón Inmaculado de María.
Como cada domingo o
día festivo Benedicto XVI se asomó a mediodía de ayer a la ventana del palacio apostólico
para rezar la oración mariana del Ángelus con los fieles congregados en la Plaza de
san Pedro, y dedicó sus palabras a las festividades que rodean decimosegundo domingo
del Tiempo Ordinario: el Sagrado Corazón de Jesús y de María, la natividad de san
Juan Bautista y la fiesta de san Pedro y san Pablo.
“Queridos hermanos y hermanas:
el domingo de hoy, décimo segundo del Tempo Ordinario se encuentra como rodeado de
solemnidades litúrgicas significativas. El viernes pasado hemos celebrado el Sagrado
Corazón de Jesús, festividad que une la devoción popular a la profundidad teológica...”
“…Esta devoción hunde sus raíces en el misterio de la Encarnación; es justamente a
través del Corazón de Jesús como se ha manifestado el amor de Dios por la humanidad.
Por eso, el auténtico culto del Sagrado Corazón conserva toda su validez, atrae especialmente
a las almas sedientas de la misericordia de Dios, y encuentra en él la fuente inagotable
de donde sacar el agua de la vida, capaz de regar los desiertos del alma y de hacer
florecer la esperanza”.
Al mismo tiempo, el Santo Padre invitó a todos a rezar
por los sacerdotes, puesto que la fiesta del Sagrado Corazón es también la Jornada
por la santificación de los sacerdotes, para que puedan ser válidos testimonios del
amor de Cristo.
Recordando la fiesta de la Natividad de San Juan Bautista,
el único Santo del que se conmemora el nacimiento, porque significó el comienzo del
cumplimiento de las promesas divinas, el Papa invitó a los fieles a seguir el ejemplo
de Juan Bautista, acogiendo a Cristo y relacionar toda nuestra vida con la del Salvador
de la humanidad, que es Palabra, Luz y Esposo, una realidad que es programática para
todo cristiano.
Que el “yo” de Cristo tome el puesto de nuestro “yo”, al modo
como San Pablo escribió de sí mismo: No soy yo, es Cristo quien vive en mí”. María
Santísima es modelo de esta aspiración cristiana y ha implorado para que su intercesión
nos conceda ser siempre fieles a esta vocación.
Al mismo tiempo, el Papa
agradeció a la Comunidad eclesial italiana, que el domingo anterior a la festividad
de San Pedro y San Pablo, celebra en Italia la Jornada por la caridad del Papa, sus
oraciones y el apoyo que le ofrece a su ministerio como Sucesor di Pedro, llamado
a servir a todo el pueblo de Dios.
Después del rezo del Ángelus, como todos
los domingos, el Santo Padre saludó a los peregrinos en lengua española:
Saludo con
afecto a los peregrinos de lengua española aquí presentes, así como a quienes participan
en esta oración mariana a través de la radio o la televisión. Queridos hermanos:
que la certeza de la presencia de Cristo en la barca de su Iglesia aumente vuestra
fe y amor hacia Ella, os inspire confianza en medio de las dificultades y os anime
a testimoniar con alegría vuestra condición de cristianos. ¡Feliz domingo!