Jueves, 22 jun (RV).- Después de la Audiencia General del miércoles Benedicto XVI
recibió en su estudio del Aula Pablo VI en el Vaticano a una delegación de Ratisbona,
guiada por el obispo de esta diócesis alemana, Mons. Gerhard Ludwig Müller, que confirió
al Santo Padre la ciudadanía honoraria de la ciudad. En sus palabras, el Papa reconoció
que está muy unido a esta ciudad de Baviera, y recordó que en la Universidad de Ratisbona
trabajó como catedrático a partir de 1969, como profesor ordinario de Dogmática y
de Historia de los Dogmas. Universidad de la que fue nombrado posteriormente vicepresidente.
“Ratisbona - afirmó el Papa - es una de las ciudades más antiguas de Alemania, pero
es también una ciudad joven, llena de vitalidad”. “Las raíces antiguas se armonizan
de hecho con la modernidad y una visión de futuro.
“Observando la catedral
y las murallas antiguas de Ratisbona, -prosiguió el Papa- comprendemos que no se debe
olvidar la historia”, que continua a ofrecernos sus enseñanzas. Y Ratisbona subrayó
Benedicto XVI, es también “un ejemplo de resistencia en los tiempos oscuros de la
historia”. Su Santidad recordó asimismo el célebre Coro de los Pequeños Cantores de
Ratisbona, que en octubre del año pasado estuvo en el Vaticano para un concierto en
su honor en la Capilla Sixtina. Y refiriéndose finalmente a su viaje apostólico a
Alemania, el próximo mes de septiembre, el Pontífice dijo que no ve el momento de
poder ver de nuevo esta ciudad de Baviera. El Papa terminó su breve discurso con
este saludo: “Hasta la vista en Ratisbona, hasta la vista en la ciudad del Danubio”.