2006-06-21 15:41:12

Audiencia general: Benedicto XVI destaca la importancia de Santiago de Compostela, meta de gran veneración y de peregrinaciones en la tradición de la Iglesia católica


Miércoles, 21 jun (RV).- Benedicto XVI siguiendo su galería de retratos de los Apóstoles elegidos directamente por Jesús, ha hablado hoy en la Audiencia General de la figura del apóstol Santiago. En este sentido, el Papa ha recordado durante su catequesis la importancia de la ciudad de Santiago de Compostela, meta de gran veneración y de peregrinaciones en la tradición de la Iglesia católica.

Prosiguiendo la galería de retratos de los Apóstoles elegidos directamente por Jesús, Benedicto XVI ha dedicado la catequesis de su Audiencia General esta mañana en la plaza de san Pedro, ante más de 30 mil peregrinos, para hablar de la figura del apóstol Santiago. Las listas bíblicas que hacen referencia a los Doce mencionan dos personas con este nombre: Santiago, hijo de Zebedeo y Santiago hijo de Alfeo, que vienen comúnmente distinguidos con los apelativos de Santiago el Mayor y Santiago el Menor. Designaciones que no quieren ciertamente medir su santidad, sino marcar el distinto relieve que reciben en las escrituras del Nuevo Testamento, en particular en el marco de la vida terrena de Jesús.

Y el Papa ha empezado hablando hoy de la figura de Santiago el Mayor. El nombre ‘Santiago” es la traducción de ‘Iákobos’ forma griega del nombre del celebre patriarca Jacob. De ahí la forma ‘sant Iákobos’, Santiago, el nombre con el que también se conoce a Jaime, especialmente en España. El apóstol así llamado era hermano de Juan, y en las listas de los Doce ocupa el segundo lugar, después de Pedro, como en el evangelio de Marco; o el tercer lugar, después de Pedro y Andrés, en los evangelios de Lucas y Mateo, mientras en los Hechos de los Apóstoles el nombre de Santiago viene después del de Pedro y de Juan.

En otros pasajes, Santiago es repetidamente nombrado en segundo lugar después de Pedro y antes de Juan, cuando viene indicado como uno de los tres discípulos privilegiados que participaron de cerca en los momentos importantes de la vida de Jesús. “Una cosa resulta muy clara -ha afirmado el Santo Padre recordando distintos momentos del apóstol en las escrituras- y es que Santiago el Mayor gozó de gran autoridad dentro de la primitiva Iglesia de Jerusalén, donde tuvo responsabilidades pastorales, junto a Pedro”.

Y como Pedro, Santiago también era pescador. A la llamada de Jesús, respondió con gran prontitud. Junto a su hermano, dejó la barca, y se marchó con el Maestro. Los dos hijos de Zebedeo fueron llamados por Jesús con un curioso sobrenombre: “boanerghés”, es decir, ‘hijos del trueno’, probablemente en referencia a su celo impetuoso. Benedicto XVI ha recordado dos momentos evangélicos significativos protagonizados por Santiago: la transfiguración de Jesús en el monte Tabor; y la agonía en el huerto de los Olivos. En ambos casos, Santiago viene elegido junto a Pedro y a Juan como testigo del evento.

Es seguramente un signo de especial predilección por parte de Jesús. Se trata de situaciones muy distintas una de otra. En un caso Santiago vive, junto a los otros dos Apóstoles, la gloria y el éxtasis; en el otro, en cambio, experimenta el sufrimiento y la humillación. “Seguramente la segunda experiencia -ha dicho el Pontífice- fue la ocasión para corregir la interpretación, probablemente errónea, de la primera: debió entender que el Mesías, esperado por el pueblo judío como un triunfador, en realidad no estaba tocado sólo de honor y de gloria, sino también de sufrimientos y de debilidades. Santiago pudo así madurar su propia fe discerniendo sobre la verdadera identidad mesiánica del Maestro.

Esta maduración fue llevada a cumplimiento por el Espíritu Santo en Pentecostés. Santiago, cuando llegó el momento, no se echó hacia atrás. A principios de los años 40 del siglo I el rey Herodes Agripa, como nos informa Lucas, inició una persecución e “hizo matar con una espada a Santiago hermano de Juan”. La noticia, concisa, no tiene otros detalles narrativos pero revela por una parte la normalidad con la que los cristianos testimoniaban su fe con la propia vida, y por otra, revela la importancia que Santiago tenía en la Iglesia de Jerusalén.

Una tradición sucesiva de la época de San Isidoro de Sevilla, habla del paso de Santiago por España para evangelizar aquella importante región del imperio romano. Según otra tradición, su cuerpo fue trasladado a España a la ciudad de Santiago de Compostela. Un lugar que desde entonces se convirtió en meta de gran veneración y de numerosas peregrinaciones no sólo de Europa, sino de todo el mundo.

De Santiago, el apóstol itinerante, con el bastón de peregrino, anunciador de la buena noticia, podemos aprender muchas cosas, ha indicado finalmente el Papa: la “prontitud” con la que acoge la llamada del Señor; el entusiasmo” con el que le sigue por los caminos; y “la disposición” de testimonio y valentía, que le lleva hasta el sacrificio supremo de la vida. “Santiago el Mayor se presenta pues, a nosotros como ejemplo elocuente de generosa adhesión a Cristo”.

Este ha sido el resumen que de su catequesis ha hecho el Santo Padre en español para los peregrinos de nuestra lengua presentes en la Plaza de San Pedro: RealAudioMP3

Queridos hermanos y hermanas:
Santiago el Mayor, hermano de Juan, es uno de los tres discípulos que participan de cerca en momentos importantes de la vida de Jesús. La experiencia del sufrimiento de Cristo en el huerto de los Olivos, en contraste con la gloria manifestada en el Tabor, le ayudaría a madurar su fe, corrigiendo la posible imagen errónea de Jesús como un Mesías temporal. Después de Pentecostés, una tradición nos habla de su evangelización en España, así como del traslado de su cuerpo a la ciudad de Santiago de Compostela, que desde entonces es meta de numerosos peregrinos de todo el mundo.

 
Del Apóstol Santiago podemos aprender la prontitud en responder a la llamada del Señor; el entusiasmo en seguirlo por los caminos que Él nos indica; la disponibilidad para dar testimonio de Él con valentía. Así, Santiago se presenta como ejemplo elocuente de generosa adhesión a Cristo, siendo el primero de los apóstoles en sufrir el martirio.

 
Saludo cordialmente a los visitantes de lengua española, en especial a la Federación Española de Belenistas, a las asociaciones y grupos escolares españoles, a los peregrinos de México, de Argentina y de otros Países latinoamericanos. Os animo a responder siempre con prontitud a la llamada de Cristo, como el Apóstol Santiago, dando un testimonio coherente de fe y de amor en la familia y en la sociedad. ¡Gracias por vuestra atención!

Como siempre el Santo Padre al final se ha dirigido a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados. Que el ejemplo y la intercesión de San Luis Gonzaga, al que hoy litúrgicamente recordamos, solicite en vosotros, queridos jóvenes, valorar la virtud de la pureza evangélica; que a vosotros, queridos enfermos os ayude a afrontar el sufrimiento encontrando consuelo en Cristo crucificado; y, a vosotros, queridos recién casados os conduzca a un amor cada vez más profundo hacia Dios y entre vosotros.

Después de la Audiencia General, el Santo Padre se ha trasladado a un estudio del Aula Pablo VI del Vaticano donde ha sido nombrado ciudadano honorario de la ciudad alemana de Ratisbona.







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