Ángelus: el Papa recuerda la próxima Jornada Mundial del Refugiado y junto a Naciones
Unidas llama la atención sobre las condiciones de tantas personas obligadas a escapar
de su propia tierra
Domingo, 18 jun (RV).- Benedicto XVI antes del Ángelus, ha dedicado su alocución a
recordar que hoy se celebra la solemnidad de Corpus Christi y la Eucaristía constituye,
el tesoro de la Iglesia, preciosa herencia que su Señor le ha dejado, y la Iglesia
la custodia con el máximo cuidado, celebrándola cotidianamente durante la Santa Misa.
También el Papa ha recordado que el próximo martes 20 de junio se celebra la Jornada
Mundial del Refugiado, promovida por las Naciones Unidas. Esta fecha, ha dicho, quiere
llamar la atención de la comunidad internacional sobre las condiciones de tantas personas
obligadas a escapar, por graves formas de violencia, de su propia tierra.
Benedicto
XVI como cada domingo o día festivo se ha asomado a la ventana del palacio apostólico
para rezar la oración mariana del Ángelus con los fieles congregados en la Plaza de
San Pedro.
“Hoy en Italia y en otros países, ha recordado el Papa, se celebra
la solemnidad del Corpus Christi, que en Roma ya fue celebrado con la procesión ciudadana
del pasado jueves. Es la fiesta solemne y pública de la Eucaristía, sacramento del
Cuerpo y Sangre de Cristo: el misterio instituido en la última Cena y conmemorado
todos los años durante el Jueves Santo. En este día se manifiesta a todos, circundado
por el fervor de fe y devoción de la Comunidad eclesial”.
“La Eucaristía constituye,
efectivamente, el tesoro de la Iglesia, preciosa herencia que su Señor le ha dejado,
y la Iglesia la custodia con el máximo cuidado, celebrándola cotidianamente durante
la Santa Misa, adornándola en las iglesias y en las capillas y distribuyéndola a los
enfermos y, como viático, a cuantos se preparan a morir”.
Con estas palabras
el Papa ha explicado que este tesoro que está destinado a los bautizados, no agota
su rayo de acción en el ámbito de la iglesia: la Eucaristía es el Señor Jesús que
se dona “para la vida del mundo” (Jn 6,51). En cada tiempo y en cada lugar, Él quiere
encontrar al hombre y llevarle la vida de Dios, y no sólo esto, la Eucaristía tiene
además una valencia cósmica: la transformación del pan y del vino en el Cuerpo y Sangre
de Cristo constituye el principio de divinización de la misma creación. Por ello la
fiesta del Corpus Christi se caracteriza de modo particular por la tradición de llevar
el Santísimo Sacramento en procesión, un gesto -ha subrayado el Papa- rico de significado.
Llevando la Eucaristía por las calles y plazas, queremos sumergir el Pan bajado
del cielo en la cotidianeidad de nuestra vida; queremos que Jesús camine donde caminamos
nosotros, que viva donde vivimos nosotros. Nuestro mundo, nuestras existencias deben
convertirse en Su templo.
Benedicto XVI ha aludido a que la Comunidad cristiana
en este día de fiesta proclama que la Eucaristía es todo para ella, que es su propia
vida, fuente del amor que vence la muerte. De la comunión con Cristo Eucaristía se
desprende la caridad que transforma nuestra existencia y sostiene el camino de todos
nosotros hacia la patria celestial. Por ello la liturgia nos hace cantar “Buen Pastor,
verdadero pan, / (…) Tú que todo lo sabes y puedes, que nos nutres sobre la tierra,
/ conduce a tus hermanos / a la mesa del cielo / en la gloria de tus santos”.
El
Papa ha dirigido su pensamiento a María, llamándola “mujer eucarística”, como la definió
el Siervo de Dios Juan Pablo II en su Encíclica Ecclesia de Eucaristía. Oremos a la
Virgen para que cada cristiano profundice su fe en el misterio eucarístico, para vivir
en constante comunión con Jesús y ser su válido testigo.
Tras el rezo del
Ángelus y el responso por los fieles difuntos, Benedicto XVI ha recordado que el próximo
martes 20 de junio se celebra la Jornada Mundial del Refugiado, promovida por las
Naciones Unidas. Esta fecha quiere llamar la atención de la comunidad internacional
sobre las condiciones de tantas personas obligadas a escapar, por graves formas de
violencia, de su propia tierra. Estos hermanos y hermanas buscan refugio en otros
países animados por la esperanza de regresar a su patria, o, por lo menos, de encontrar
hospitalidad en donde buscan refugio.
“Mientras aseguro por ellas un recuerdo
en la oración y la constante premura de la Santa Sede, auspicio que los derechos de
estas personas sean siempre respetados y aliento a las comunidades eclesiales a salir
al paso de sus necesidades.
Como siempre el Santo Padre ha saludado en varias
lenguas, este ha sido su saludo en español:
Saludo con
afecto a los peregrinos de lengua española, especialmente a los fieles de las parroquias:
Inmaculada Concepción, de El Pardo; Nuestra Señora de las Nieves, de Madrid; así como
a los estudiantes del Colegio San Antonio de Padua, de Carcagente. Os invito a contemplar
y adorar con amor a Cristo, que se nos entrega totalmente en la Eucaristía, para colmarnos
de su vida y su gracia. ¡Feliz Fiesta del Corpus Christi!