El Papa abriga una gran preocupación por el avance de la Pandemia del Sida y garantiza
la continuidad e incremento del importante trabajo de la Iglesia católica en todo
el mundo para frenar esta tragedia
Martes, 6 jun (RV).- En calidad de “portador del saludo de Benedicto XVI a todos los
que están empeñados en la lucha contra el SIDA”, el Cardenal Javier Lozano Barragán,
Presidente del Pontificio Consejo para la Pastoral de los Agentes Sanitarios, reiteró
en la Asamblea General de las Naciones Unidas que “el Papa abriga una gran preocupación
por el avance de la Pandemia y garantiza la continuidad e incremento del trabajo que
la Iglesia católica lleva a cabo para frenar esta tragedia”.
En la reunión
de alto nivel y examen amplio de los progresos alcanzados en el cumplimiento de las
metas fijadas en la Declaración de Compromiso sobre el VIH/SIDA, que se celebró en
Nueva York el pasado viernes, el Purpurado recordó que, desde el inicio de la pandemia
del SIDA, “la Iglesia católica la ha combatido desde los niveles médicos, sociales
y espirituales”. Y tras señalar que “el 26.7% de los centros en el mundo para tratar
enfermos de VIH/SIDA están dentro de la Iglesia católica”, el Cardenal Lozano Barragán
hizo hincapié en que el trabajo de la misma Iglesia católica versa sobre la capacitación
de profesionales de la salud, prevención, cuidado, asistencia y acompañamiento tanto
de los enfermos como de sus familias.
Concretamente, indicó el Presidente del
Pontificio Consejo para la Pastoral de los Agentes Sanitarios, Caritas Internacional
trabaja en 102 países. Según las respuestas a la encuesta realizada por la Santa Sede,
se cumplen acciones contra la pandemia en 62 países: 28 de África, 9 de América,
6 de Asia, 16 de Europa y 3 de Oceanía. Y además del personal local –religioso y no
religioso- se distinguen en el ramo Congregaciones y Asociaciones internacionales,
como las Vicentinas, Caritas Internacional, la Comunidad de San Egidio, los Camilianos,
los Juaninos, los Jesuitas, las religiosas de la Madre Teresa, el Hospital del Niño
Jesús de la Santa Sede y los Farmacéuticos católicos.
“La acción de la Santa
Sede y de la Iglesia católica jamás se encierra en sí misma, sino que va dirigida
a promover y reforzar el sentido indispensable de pertenencia y responsabilidad que
cada país debe desarrollar intensamente en cada fase de respuesta a la pandemia”,
señaló también el Cardenal Lozano Barragán, indicando luego que las principales acciones
realizadas en la formación “se refieren a los profesionales de la salud, a los sacerdotes,
religiosas y religiosos, a los mismos enfermos, a las familias y a la juventud”.
Al
mismo tiempo, indicó el Purpurado, en lo que respecta a la prevención, se insiste
“en la información y educación hacia conductas dirigidas a evitar la pandemia”, con
la conciencia de que “el papel de la familia en el campo de la formación y de la educación
es indispensable y eficaz”, sin olvidar, claro está, la gran importancia que revisten
la educación y la información, a través de documentos, conferencias e intercambios
de experiencias y prácticas. Para el cuidado y asistencia de los enfermos, la Santa
Sede impulsa la capacitación de médicos y personal paramédico, de capellanes y voluntarios;
combate el estigma; facilita el diagnóstico, el seguimiento de los pacientes y la
Reconciliación.
Asimismo, la Santa Sede provee los antiretrovirales, los medicamentos
para evitar la transmisión vertical materno-filial y el contagio sanguíneo. En el
ramo de la atención y acompañamiento al enfermo evita los contagios, atiende a huérfanos
y viudas, a los presos, ayuda a la reintegración social de estos enfermos y colabora
con los Gobiernos y demás Instituciones que se ocupan de la pandemia, tanto a nivel
ecuménico como civil.
En el aspecto económico, el Presidente del Pontificio
Consejo para la Pastoral de los Agentes Sanitarios recordó que el “Papa Juan Pablo
II creó la Fundación ‘El Buen Samaritano’ para atender a los enfermos más desprotegidos
y, ahora, en especial a los enfermos de SIDA”. Y hasta la fecha, la citada Fundación
ha facilitado antiretrovirales a 18 países: 13 de África, 3 de América y 2 de Asia.