Regina Coeli: un día después del multitudinario encuentro con los movimientos eclesiales
y de las nuevas Comunidades de todo el mundo el Papa reafirma cómo la solemnidad de
Pentecostés nos invita a volver a los orígenes de la Iglesia
Domingo, 4 jun (RV).- La solemnidad de Pentecostés nos invita a volver a los orígenes
de la Iglesia que, como ha recordado hoy Benedicto XVI durante el Regina Coeli citando
al Concilio Vaticano II, ha sido manifestado por la efusión del Espíritu Santo. A
mediodía durante la oración del Regina Coeli, el Papa ha subrayado cómo “en Pentecostés
la Iglesia se manifestó una, santa, católica y apostólica, con el don de hablar todas
las lenguas del mundo, porque la Buena Nueva del amor de Dios va dirigida a todos
los pueblos”.
Continuando con las enseñanzas del Concilio, el Santo Padre ha
subrayado que el Espíritu guía a la Iglesia a toda la verdad, la unifica en comunión
y ministerio, y la provee y gobierna con diversos dones jerárquicos y carismáticos
y la embellece con sus frutos.
“Entre las realidades suscitadas por el espíritu
de la Iglesia están los Movimientos y las Comunidades eclesiales, que ayer he tenido
la alegría de encontrar en esta Plaza, en un gran encuentro mundial. Toda la Iglesia,
como amaba decir el papa Juan Pablo II, es un único gran movimiento animado por el
Espíritu Santo, un río que atraviesa la historia para regarla con la gracia de Dios
y hacerla fecunda de vida, de bondad, de belleza, de justicia, de paz”.
Tras
el rezo mariano Benedicto XVI ha saludado a los fieles que se encontraban en la plaza
de san Pedro en distintas lenguas. Éste ha sido su saludo en español.
Saludo con afecto
a los fieles de lengua española, exhortando a todos a invocar los dones del Espíritu
Santo, que santifica la Iglesia, para robustecer la fe, vivificar la esperanza e iluminar
el camino que lleva a renovar la faz de la tierra. ¡Feliz Pentecostés!
Previamente
Benedicto XVI había celebrado en la misma plaza de san Pedro la Santa Misa en la Solemnidad
de Pentecostés. El Pontífice en su homilía ha hablado de este día especial en el que
tuvo lugar el inicio de la misión de la Iglesia en el mundo.
“Permanecer juntos
fue la condición de Jesús para acoger el don del Espíritu Santo; presupuesto de su
concordia fue una prolongada oración. De esta forma encontramos delineada una formidable
lección para cada comunidad cristiana”
Benedicto XVI ha resaltado cómo la alianza
con Israel se extendió a todos los pueblos de la Tierra y cómo la Iglesia es católica
y misionera desde su nacimiento. “La universalidad de la salvación – ha dicho el Santo
Padre- viene significativamente subrayada por la lista de las numerosas etnias a que
pertenecen quienes escuchan el primer anuncio de los apóstoles”.
“El pueblo
de Dios, que había encontrado en el Sinaí su primera configuración, se amplía hasta
no conocer ni fronteras ni razas, ni culturas ni espacio de tiempo”. En este contexto
el Papa ha recordado lo que ocurrió con la torre de Babel cuando los hombres convencidos
de poder construir con sus propias manos un camino hacia el cielo, habían acabado
destruyendo su misma capacidad de comprensión recíproca. En el extremo opuesto encontramos
la Pentecostés del Espíritu, que con el don de las lenguas, demuestra que su presencia
une y transforma la confusión en comunión
“El orgullo y el egoísmo siempre
crean división, levantan el muro de la indiferencia, del odio y de la violencia. Por
el contrario, el Espíritu Santo vuelve capaces a los corazones de comprender las lenguas
de todos, porque restablece el puente de la auténtica comunicación entre la Tierra
y el Cielo. El Espíritu Santo es Amor”.