2006-05-31 15:18:43

Audiencia General: recorriendo las etapas de su reciente viaje pastoral a Polonia, Benedicto XVI da las gracias a los católicos y a todo el pueblo polaco


Miércoles, 31 may (RV).- Siguiendo la costumbre de Juan Pablo II, el Papa Benedicto XVI ha aprovechado la catequesis de la Audiencia General de hoy para hablar de su reciente viaje pastoral a Polonia. Una vista a la patria de su predecesor como homenaje al ministerio pastoral de Karol Wojtyla, siguiendo sus huellas por los lugares que le vieron nacer y crecer. Siguiendo “las raíces de su fe robusta, de su humanidad sensible y abierta, de su amor por la belleza y la verdad, de su devoción por María, de su amor por la Iglesia y sobre todo de su vocación a la santidad”, ha sido una oportunidad también, como ha dicho Benedicto XVI, “para agradecer al Señor el don de este infatigable servidor del Evangelio”.

El Santo Padre ha destacado las principales etapas de su peregrinación en Polonia, que inició bajo el signo del sacerdocio en la catedral de Varsovia en un encuentro con el clero polaco, al que siguió después el testimonio de una solicitud ecuménica en la Iglesia luterana de la santísima Trinidad. Y la solemne eucaristía en la plaza Pilsudski.

En el programa no podían faltar las visitas a los santuarios que marcaron la vida de sacerdote y obispo de Karol Wojtyla: Czestochowa, Kalvaria Zebrzidowska y el de la Divina Misericordia. “He querido reproponer la fe –ha dicho Benedicto XVI- como postura fundamental del espíritu, que implica por entero a la persona: sus pensamientos, sus afectos, intenciones, relaciones, el cuerpo, la actividad, el trabajo cotidiano”. El Papa ha dicho que visitó también otros simbólicos santuarios como Wadowice, la ciudad natal de su predecesor, y la catedral de Wawel, en Cracovia.

Bellas experiencias de su viaje fueron el encuentro con los jóvenes y la celebración conclusiva de su visita en la solemnidad de la Ascensión el domingo en Cracovia. “Proseguid firmes en la fe”. Esta es la consigna que ha proclamado con vigor el Papa en tierra polaca. El final de su alocución lo ha dedicado el Pontífice a su vista al campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau. “No hay otra respuesta a los horrores de aquella fábrica de muerte que la Cruz de Cristo: el Amor que desciende hasta el fondo del abismo del mal para salvar al hombre”.

Este es el resumen que de su catequesis ha hecho el Papa en español para los fieles de nuestra lengua presentes en la Audiencia. RealAudioMP3

Queridos hermanos y hermanas:

 
Deseo compartir hoy algunos aspectos de mi reciente viaje a Polonia, en el que he visitado algunos lugares tan significativos para el querido Papa Juan Pablo II, encontrando siempre una multitud entusiasta de los hijos de esa noble Nación.

 
Han sido jornadas densas de encuentros, celebraciones multitudinarias, visitas a diversos santuarios marianos y lugares que son como hitos en la historia espiritual de Karol Wojtyła, y también en el alma de tantos polacos.

 
En Auschwitz salta a la vista la magnitud del horror al que se puede llegar cuando se trata de eliminar a Dios para ocupar su puesto. Por eso he alentado a todos los polacos a permanecer firmes en la fe, fieles a Cristo y a la Iglesia, para que no falte su testimonio evangélico en Europa y en el mundo. Un testimonio que todos han de dar para evitar que en la humanidad del tercer milenio se llegue a las atrocidades de los campos de concentración.

 
Saludo cordialmente a los visitantes de lengua española, en particular a los grupos del Movimiento de Vida Cristiana, del Regnum Christi, de Schönschtatt y la Asociación Providencia, así como de la Parroquia de San Pelayo, acompañados del Cardenal Eduardo Martínez Somalo, y a los demás grupos y personas de Latinoamérica y España. Invito a todos a terminar el mes de mayo invocando con devoción a la Santísima Virgen María.

Como siempre el Santo Padre se ha dirigido a los jóvenes a los enfermos ya los recién casados, con las siguientes palabras: “Queridos hermanos y hermanas, en la fiesta de la Visitación de al Beata Virgen la Iglesia recuerda a María que se dirige a su anciana pariente Isabel para servirla. De esta manera, es para nosotros ejemplo y modelo de solicitud hacia aquel que tiene necesidad. Queridos jóvenes, aprended de María a crecer en la fiel adhesión a Cristo y en el amor servicial hacia los hermanos. Que la Virgen Santa os ayude, queridos enfermos, para hacer de vuestro sufrimiento una ofrenda al Padre celestial, en unión a Cristo crucificado. Sostenidos por la maternal intercesión de la Virgen, vosotros queridos recién casados, dejaos guiar por el Evangelio en vuestra vida conyugal”.








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