2006-05-18 16:40:11

Llamamiento del Papa al firme compromiso de los responsables de las naciones y todos los hombres de buena voluntad en favor de la paz, la libertad religiosa, la solidaridad internacional, la tutela de los recursos del planeta, la familia y la vida


Jueves, 18 may (RV).- Con un apremiante llamamiento al compromiso firme de los responsables de las naciones y de todos los hombres de buena voluntad en favor de la paz, la libertad religiosa y la solidaridad entre los pueblos del mundo, Benedicto XVI ha dado su cordial bienvenida esta mañana a los embajadores de Chad, India, Cabo Verde, Moldavia y Australia.

En el discurso que ha dirigido conjuntamente a estos cinco diplomáticos, el Papa ha hecho hincapié, precisamente, en la misión que les corresponde de crear puentes entre los países de todo el mundo, con la perspectiva de instaurar y afianzar la paz, fortaleciendo las relaciones entre los pueblos, tanto en el ámbito de la solidaridad fraterna como en los intercambios económicos y culturales, por el bien de todas las naciones del planeta.

Importante objetivo que supone además una firme voluntad y una amplia visión de las legítimas autoridades de los países del mundo y de las instancias internacionales, de forma que no se tenga que llegar a soluciones que afronten meramente las urgencias del momento. No basta optar por la paz para alcanzarla verdaderamente, ha enfatizado Benedicto XVI, destacando que se necesitan compromisos concretos:

«En efecto, no basta optar por la paz y la colaboración entre las naciones para lograr estas metas. Sino que falta además un compromiso concreto, que contempla que no se busquen únicamente los intereses inmediatos y de una clase particular de la sociedad, en detrimento del interés general. Ante todo hay que perseguir el bien común de las poblaciones y de toda la humanidad. En la era de la globalización es importante que la gestión de la vida política no esté guiada de manera preponderante o por únicamente consideraciones económicas...»

También es importante, ha destacado el Papa, que la misma gestión de la vida política no esté guiada por el afán de ganancias que no respeta tampoco el medio ambiente:

«Por la búsqueda de una rentabilidad creciente, por una utilización desconsiderada de los recursos del planeta, en detrimento de las poblaciones, en especial de los pueblos más desfavorecidos, con el riesgo de hipotecar a largo plazo el futuro del mundo».

Pero la paz se arraiga también en la necesidad de tutelar «el respeto de la libertad religiosa» – que es un «aspecto fundamental y primordial de la libertad de conciencia de las personas y de la libertad de los pueblos» - en todo el mundo, al servicio de las sociedades y de la convivencia civil, pues «no se puede fundar la propia existencia únicamente en la búsqueda de un bienestar material»: «En efecto, amar al Todopoderoso y acogerlo invita a cada uno a ponerse al servicio de los hermanos y a construir la paz. Aliento, pues, a los responsables de las naciones y a todos los hombres de buena voluntad a comprometerse con creciente firmeza en la construcción de un mundo libre, fraterno y solidario, en el que la atención hacia las personas prime sobre los simples aspectos económicos. Es nuestro deber aceptar que somos responsables los unos de los otros y de cómo va el mundo».

Además, de esta alocución común para los cinco nuevos embajadores que hoy han presentado sus Cartas Credenciales, el Santo Padre ha entregado un discurso a cada uno de los diplomáticos.


Cabo Verde
En sus palabras al embajador de Cabo Verde, el Papa ha hecho un apremiante llamamiento para se dé «un nuevo impulso a una auténtica solidaridad internacional, en particular, en favor de África». Con el fin de que «este continente, tan duramente probado, pueda avanzar decididamente por el camino de su desarrollo integral, de la reconciliación y de la paz».

Destacando luego que las múltiples dificultades que afrontan los pueblos africanos acrecientan el fenómeno migratorio y las graves cuestiones que éste conlleva, Benedicto XVI ha deseado, una vez más, que los inmigrantes sean recibidos con dignidad. Sin olvidar los grandes riesgos que se producen ante «una globalización sin reglas», o debido a los desequilibrios socioeconómicos, y a las situaciones de violencia y de violaciones de los derechos humanos, el Papa ha señalado el deber de la solidaridad internacional de permitir que cada uno, en su propio país, pueda vivir dignamente.

Chad
Refiriéndose, de forma particular, a la difícil situación que afronta el pueblo chadiano - donde el pasado 13 de abril varios grupos opositores intentaron asaltar la capital, causando centenares de muertos – Benedicto XVI ha expresado su anhelo de que se instaure en Chad una verdadera paz de forma definitiva, impulsando el diálogo nacional y la consolidación del proceso democrático fundado en los principios inalienables de la dignidad humana de la persona, el respeto de los derechos humanos y el bien común, como fin y criterio que regule la vida política y social.

India
«Cuando la innata dignidad y libertad de cada hombre y mujer es reconocida, respetada y promovida en todos los niveles de la sociedad, se afianzan los cimientos de un futuro de justicia, libertad y paz». En su discurso al nuevo embajador de la India, el Papa ha expresado su profunda satisfacción por los esfuerzos cumplidos en este país en favor de la democracia, del respeto y del diálogo entre las culturas, las religiones y los grupos étnicos. Refiriéndose, de modo especial, al reciente establecimiento del ministerio indio para las minorías y a la voluntad de este país de resolver por medio del diálogo las añosas disputas con Pakistán. Sin olvidar a las numerosas víctimas del terremoto que asoló el año pasado Cachemira, Benedicto XVI ha hecho hincapié en que estas tragedias muestran la necesidad de impulsar cada vez más el diálogo y la colaboración.

Moldavia
En su constante preocupación por la paz y la justicia, en su discurso al embajador de Moldavia, el Papa se ha referido a la difícil y compleja situación y al debate sobre el estatuto de Transdniestria con un apremiante llamamiento para que el gobierno moldavo persevere en la búsqueda de una solución pacífica, trabajando en armonía con los órganos de la Unión Europea, del Consejo de Europa y de las otras organizaciones internacionales, con el fin de resolver esta controversia. Benedicto XVI se ha referido también al anhelo de que se fortalezca cada vez más el diálogo entre los pueblos europeos, como signo de esperanza para el continente y ha recordado los largos años que los moldavos han sufrido la imposición de «la utopía totalitaria de una justicia sin libertad».

Australia
Y, finalmente, en su discurso al embajador de Australia, Benedicto XVI ha expresado su alegría ante la visita que realizará, Dios mediante, a Sydney en 2008, con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud. Evento que constituye una etapa importante para profundizar en los desafíos que se presentan ante el avance del proceso de secularización y de relativismo moral.

En este contexto, el Papa ha recordado la necesidad de que se tutele la vida y «la fundamental importancia del matrimonio, corazón de la sociedad», exhortando a las fuerzas políticas y sociales – en particular a los medios de comunicación y la industria del entretenimiento – para que reconozcan, apoyen y amparen «el irremplazable valor de las familias». El Pontífice alienta también al pueblo de Australia a no distorsionar, con otras ‘pseudo-formas’ de matrimonio, el plan del Creador, minando la verdad de nuestra naturaleza humana y confundiendo un falso sentido de libertad con la verdadera libertad.








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