Llamamiento del Papa al firme compromiso de los responsables de las naciones y todos
los hombres de buena voluntad en favor de la paz, la libertad religiosa, la solidaridad
internacional, la tutela de los recursos del planeta, la familia y la vida
Jueves, 18 may (RV).- Con un apremiante llamamiento al compromiso firme de los responsables
de las naciones y de todos los hombres de buena voluntad en favor de la paz, la libertad
religiosa y la solidaridad entre los pueblos del mundo, Benedicto XVI ha dado su cordial
bienvenida esta mañana a los embajadores de Chad, India, Cabo Verde, Moldavia y Australia.
En
el discurso que ha dirigido conjuntamente a estos cinco diplomáticos, el Papa ha hecho
hincapié, precisamente, en la misión que les corresponde de crear puentes entre los
países de todo el mundo, con la perspectiva de instaurar y afianzar la paz, fortaleciendo
las relaciones entre los pueblos, tanto en el ámbito de la solidaridad fraterna como
en los intercambios económicos y culturales, por el bien de todas las naciones del
planeta.
Importante objetivo que supone además una firme voluntad y una amplia
visión de las legítimas autoridades de los países del mundo y de las instancias internacionales,
de forma que no se tenga que llegar a soluciones que afronten meramente las urgencias
del momento. No basta optar por la paz para alcanzarla verdaderamente, ha enfatizado
Benedicto XVI, destacando que se necesitan compromisos concretos:
«En efecto,
no basta optar por la paz y la colaboración entre las naciones para lograr estas metas.
Sino que falta además un compromiso concreto, que contempla que no se busquen únicamente
los intereses inmediatos y de una clase particular de la sociedad, en detrimento del
interés general. Ante todo hay que perseguir el bien común de las poblaciones y de
toda la humanidad. En la era de la globalización es importante que la gestión de la
vida política no esté guiada de manera preponderante o por únicamente consideraciones
económicas...»
También es importante, ha destacado el Papa, que la misma gestión
de la vida política no esté guiada por el afán de ganancias que no respeta tampoco
el medio ambiente:
«Por la búsqueda de una rentabilidad creciente, por una
utilización desconsiderada de los recursos del planeta, en detrimento de las poblaciones,
en especial de los pueblos más desfavorecidos, con el riesgo de hipotecar a largo
plazo el futuro del mundo».
Pero la paz se arraiga también en la necesidad
de tutelar «el respeto de la libertad religiosa» – que es un «aspecto fundamental
y primordial de la libertad de conciencia de las personas y de la libertad de los
pueblos» - en todo el mundo, al servicio de las sociedades y de la convivencia civil,
pues «no se puede fundar la propia existencia únicamente en la búsqueda de un bienestar
material»: «En efecto, amar al Todopoderoso y acogerlo invita a cada uno a ponerse
al servicio de los hermanos y a construir la paz. Aliento, pues, a los responsables
de las naciones y a todos los hombres de buena voluntad a comprometerse con creciente
firmeza en la construcción de un mundo libre, fraterno y solidario, en el que la atención
hacia las personas prime sobre los simples aspectos económicos. Es nuestro deber aceptar
que somos responsables los unos de los otros y de cómo va el mundo».
Además,
de esta alocución común para los cinco nuevos embajadores que hoy han presentado sus
Cartas Credenciales, el Santo Padre ha entregado un discurso a cada uno de los diplomáticos.
Cabo Verde En sus palabras al embajador de Cabo Verde, el Papa ha hecho
un apremiante llamamiento para se dé «un nuevo impulso a una auténtica solidaridad
internacional, en particular, en favor de África». Con el fin de que «este continente,
tan duramente probado, pueda avanzar decididamente por el camino de su desarrollo
integral, de la reconciliación y de la paz».
Destacando luego que las múltiples
dificultades que afrontan los pueblos africanos acrecientan el fenómeno migratorio
y las graves cuestiones que éste conlleva, Benedicto XVI ha deseado, una vez más,
que los inmigrantes sean recibidos con dignidad. Sin olvidar los grandes riesgos que
se producen ante «una globalización sin reglas», o debido a los desequilibrios socioeconómicos,
y a las situaciones de violencia y de violaciones de los derechos humanos, el Papa
ha señalado el deber de la solidaridad internacional de permitir que cada uno, en
su propio país, pueda vivir dignamente.
Chad Refiriéndose, de forma particular,
a la difícil situación que afronta el pueblo chadiano - donde el pasado 13 de abril
varios grupos opositores intentaron asaltar la capital, causando centenares de muertos
– Benedicto XVI ha expresado su anhelo de que se instaure en Chad una verdadera paz
de forma definitiva, impulsando el diálogo nacional y la consolidación del proceso
democrático fundado en los principios inalienables de la dignidad humana de la persona,
el respeto de los derechos humanos y el bien común, como fin y criterio que regule
la vida política y social.
India «Cuando la innata dignidad y libertad de
cada hombre y mujer es reconocida, respetada y promovida en todos los niveles de la
sociedad, se afianzan los cimientos de un futuro de justicia, libertad y paz». En
su discurso al nuevo embajador de la India, el Papa ha expresado su profunda satisfacción
por los esfuerzos cumplidos en este país en favor de la democracia, del respeto y
del diálogo entre las culturas, las religiones y los grupos étnicos. Refiriéndose,
de modo especial, al reciente establecimiento del ministerio indio para las minorías
y a la voluntad de este país de resolver por medio del diálogo las añosas disputas
con Pakistán. Sin olvidar a las numerosas víctimas del terremoto que asoló el año
pasado Cachemira, Benedicto XVI ha hecho hincapié en que estas tragedias muestran
la necesidad de impulsar cada vez más el diálogo y la colaboración.
Moldavia En
su constante preocupación por la paz y la justicia, en su discurso al embajador de
Moldavia, el Papa se ha referido a la difícil y compleja situación y al debate sobre
el estatuto de Transdniestria con un apremiante llamamiento para que el gobierno moldavo
persevere en la búsqueda de una solución pacífica, trabajando en armonía con los órganos
de la Unión Europea, del Consejo de Europa y de las otras organizaciones internacionales,
con el fin de resolver esta controversia. Benedicto XVI se ha referido también al
anhelo de que se fortalezca cada vez más el diálogo entre los pueblos europeos, como
signo de esperanza para el continente y ha recordado los largos años que los moldavos
han sufrido la imposición de «la utopía totalitaria de una justicia sin libertad».
Australia Y,
finalmente, en su discurso al embajador de Australia, Benedicto XVI ha expresado su
alegría ante la visita que realizará, Dios mediante, a Sydney en 2008, con motivo
de la Jornada Mundial de la Juventud. Evento que constituye una etapa importante para
profundizar en los desafíos que se presentan ante el avance del proceso de secularización
y de relativismo moral.
En este contexto, el Papa ha recordado la necesidad
de que se tutele la vida y «la fundamental importancia del matrimonio, corazón de
la sociedad», exhortando a las fuerzas políticas y sociales – en particular a los
medios de comunicación y la industria del entretenimiento – para que reconozcan, apoyen
y amparen «el irremplazable valor de las familias». El Pontífice alienta también al
pueblo de Australia a no distorsionar, con otras ‘pseudo-formas’ de matrimonio, el
plan del Creador, minando la verdad de nuestra naturaleza humana y confundiendo un
falso sentido de libertad con la verdadera libertad.