Benedicto XVI anuncia su viaje a Valencia el próximo mes de julio para clausurar el
V Encuentro Mundial de las Familias
Sábado, 13 may (RV).- Benedicto XVI ha anunciado su viaje apostólico a Valencia para
clausurar el V encuentro Mundial de las Familias que tendrá lugar en la capital valenciana
del 1 al 9 de julio. El Santo Padre lo ha manifestado durante el discurso que ha dirigido
a los participantes en Asamblea Plenaria del Pontificio Consejo para la Familia, en
la sala Clementina del Vaticano.
El Pontífice ha hecho también un llamamiento
en defensa de la familia fundada sobre el matrimonio, al recibir a los participantes
en la Asamblea Plenaria del Pontificio Consejo para la familia. Aprovecho,
además la ocasión para reiterar la invitación a todas las comunidades diocesanas a
participar con sus delegaciones en el V Encuentro Mundial de las Familias, que tendrá
lugar el próximo julio en Valencia, España, al que, Dios mediante, tendré la alegría
de participar personalmente. Con estas palabras Benedicto XVI ha anunciado
su viaje apostólico a Valencia para clausurar el V encuentro Mundial de las Familias
que tendrá lugar en la capital valenciana del uno al 9 de julio. El Santo Padre lo
ha manifestado durante el discurso que ha dirigido a los participantes en Asamblea
Plenaria del Pontificio Consejo para la Familia, en la sala Clementina del Vaticano.
Tras
este importante anuncio el director de la oficina de Prensa de la Santa Sede, Joaquín
Navarro-Valls ha declarado que los días 8 y 9 de julio de este año, el Santo Padre
Benedicto XVI realizará un Viaje Apostólico a Valencia (España) en ocasión del V Encuentro
Mundial de las Familias.
Minutos después, el arzobispo Metropolitano de Valencia,
Mons, Agustín García Gasco, que ha estado presente en la audiencia con el Santo Padre,
nos ha hecho la siguiente valoración:
Asimismo,
tras el anuncio de la visita pastoral del Santo Padre a Valencia hemos pulsado la
opinión del sacerdote e historiador valenciano, el protonotario apostólico Vicente
Cárcel Ortí, y colaborador de nuestra emisora:
Finalmente
escuchemos al siervo de Dios Juan Pablo cuando en enero del ano 2003 anunciaba al
mundo a Valencia como ciudad sede para este importante evento.
Es menester
defender “la familia fundada sobre el matrimonio” porque es “el fundamento de la sociedad
y esto interesa a los creyentes y a los no creyentes”. Así lo ha manifestado Benedicto
XVI al recibir esta mañana en la Sala Clementina del Vaticano a los participantes
del Pontificio Consejo para la Familia, que celebra estos días su 25 aniversario.
Este dicasterio fue creado por Juan Pablo II el 9 de mayo de 1981.
Benedicto
XVI ha hablado de las “uniones de hecho que rechazando las obligaciones del matrimonio
pretenden disfrutar de derechos equivalentes” y de las tentativas de “legalizar uniones
homosexuales, atribuyéndoles también el derecho a adoptar hijos”. “La causa de la
familia – ha dicho el Papa – es una “realidad decisiva e insustituible para el bien
común de los pueblos:
“La familia fundad sobre el matrimonio constituye un
“patrimonio de la humanidad, una institución social fundamental; es la célula vital
y el fundamento de la sociedad y esto interesa a los creyentes y a los no creyentes.
Esta es la realidad que todos los Estados deben en la máxima consideración, porque,
como amaba repetir Juan Pablo II, el futuro de la humanidad para a través de la familia”.
Y
hoy – ha añadido Benedicto XVI – ante la difusión de las “varias concepciones equívocas
sobre el hombre, la libertad, el amor humano, no debemos cansarnos jamás de presentar
la verdad sobre la institución familiar, así como ha sido querida por Dios desde la
creación”:
“Por desgracia, va creciendo, el número de las separaciones y de
los divorcios, que rompen la unidad familiar y crean grandes problemas a los hijos,
víctimas inocentes de estas situaciones. La estabilidad en la familia está hoy particularmente
en riesgo; para salvaguardarla es menester, muchas veces, ir contracorriente respecto
a la cultura dominante, y ello exige paciencia, esfuerzo, sacrificio y búsqueda incesante
de comprensión mutua”.
El Papa ha invitado a los cónyuges a “superar las dificultades
y a mantenerse fieles en su vocación, recurriendo al sostén de Dios con la oración
y participando asiduamente en los sacramentos, en particular en la Eucaristía”. Por
lo tanto ha reiterado “el respeto debido al embrión humano, que debería nacer siempre
de un acto de amor y ser tratado ya como persona.
Los progresos de la ciencia
y de la técnica en el ámbito de la bioética – ha subrayado Benedicto XVI – se transforman
en amenazas cuando el hombre pierde el sentido de sus límites y, en la práctica, pretende
sustituir a dios Creador. La Encíclica Humanae Vitae afirma con claridad que la procreación
humana debe ser siempre fruto del acto conyugal, con su doble significado unitivo
y procreador. Lo exige la grandeza del amor conyugal”.
El Santo Padre ha citado
su Encíclica Deus caritas est: “El eros, degradado a puro “sexo”, se convierte en
mercancía, en simple “objeto” que se puede comprar y vender, más aún, el hombre se
transforma en mercancía... En realidad nos encontramos ante una degradación del cuerpo
humano”. Pero, “gracias a Dios – ha destacado - especialmente entre los jóvenes, se
va redescubriendo el valor de la castidad, que se presenta cada vez más como garantía
del auténtico amor”. Y hoy – ha afirmado Benedicto XVI – es necesario más que nunca
que las familias cristianas sepan “testimoniar con coherencia valiente que la procreación
es fruto del amor. Un testimonio así estimulará a los políticos y a los legisladores
a salvaguardar los derechos de la familia”: “Es sabido cómo se van acreditando soluciones
jurídicas para las denominadas ‘uniones de hecho’ que rechazando las obligaciones
del matrimonio pretenden disfrutar de derechos equivalentes. A veces, además, se pretende
llegar a una nueva definición del matrimonio para legalizar uniones homosexuales,
atribuyéndoles también el derecho a adoptar hijos”
El Papa ha hablado del denominado
“invierno demográfico” que golpea “vastas áreas del mundo” con el “consiguiente progresivo
envejecimiento de la población; las familias parecen insidiadas por el miedo a la
vida, a la paternidad y la maternidad. Es menester darles confianza – ha dicho el
Papa – para que puedan continuar cumpliendo su noble misión de procrear en el amor”.