Catequesis preparatorias para el V Encuentro
Mundial de las Familias en Valencia, España
La familia y la historia de
la salvación
Amigos de Radio Vaticano. La familia y la fe, pequeña comunidad
de creyentes que manifiestan el amor como don y como gozo en el Señor. Estamos
comentando el Discurso de Benedicto XVI, que abre las catequesis preparatorias elaboradas
por el Pontificio Consejo de la Familia. La semana pasada vimos los dos primeros puntos
e ese Discurso: el compromiso misionero de la familia, y el fundamento antropológico
de la misma. Hoy vamos a recorrer los otros 5 puntos que destaca el Santo Padre:
MATRIMONIO
Y FAMILIA EN LA HISTORIA DE LA SALVACION
Para comprender el valor de la
familia, Benedicto XVI, se sirve de la Historia de la Salvacion. En el AntiguoTestamento
Dios se manifiesta con lenguaje de amor: “Dios ama a su pueblo. La revelación bíblica
es ante todo expresión de una historia de amor, la historia de la alianza de Dios
con los hombres, y así, la historia de amor y de la unión de un hombre con una mujer
en la alianza del matrimonio ha podido ser asumida por Dios como símbolo de la historia
de la salvación”.
Él siempre será fiel, en cambio, Israel, la esposa, falla
en su fidelidad por la idolatría. ¿Y qué puede hacer Dios con un pueblo infiel? ¿Repudiarla?
Al contrario, su método es aumentar los gestos de amor. En el Nuevo Testamento:
“Dios radicaliza su amor hasta hacerse él mismo, en su Hijo, carne de nuestra carne,
verdadero hombre. De este modo, la unión de Dios con el hombre ha asumido su forma
suprema, irreversible y definitiva”.
Dios ya no aparece sólo como Padre, sino
en la sacramentalidad el matrimonio: “La sacramentalidad que el matrimonio asume
en Cristo significa, pues, que el don de la creación ha sido elevado a gracia de redención.
La gracia de Cristo no se une a la naturaleza del hombre desde fuera, no le hace violencia,
sino que la libera y la restaura, precisamente al elevarla más allá de sus propios
límites”.
Esta es la catequesis de Dios: Cristo ama al hombre hasta la entrega
total en la cruz. El amor humano será auténtico cuando sea donación de sí que no se
sustrae al sacrificio, a la cruz. Ser padres cuesta, pero en ese sacrificio de la
paciencia y de la entrega está la salvación.
LOS HIJOS
La vida
matrimonial cristiana expresa la vida familiar divina. Dios Padre, engendra a Dios
Hijo en el amor, que es el Espíritu. Y los esposos cristianos reciben a los hijos
como regalos a los que tienen que cuidar con el mismo espíritu de amor, formando lo
que el Concilio Vaticano II llama Iglesia doméstica.
“El matrimonio cristiano
constituye el lugar natural dentro del cual se lleva a cabo la inserción de la persona
humana en la gran familia de la Iglesia” Pero esta inserción ha de hacerse en libertad,
respetando al máximo la persona en proceso de crecimiento. Dice el Papa:
“La
relación educativa es por su naturaleza una cosa delicada: en efecto, pone en cuestión
la libertad del otro… Ni los padres, ni los sacerdotes, ni los catequistas, ni los
demás educadores pueden sustituir la libertad del niño o del joven a quien se dirigen”.
En
el quinto punto el Santo Padre desarrolla justamente esta relación FAMILIA e IGLESIA.
Quien sabe hacer familia, sabrá hacer Iglesia y viceversa. Y en esa relación familia-Iglesia
crece y se educa la persona para crear la fraternidad universal.
Benedicto
XVI se detiene también en los peligros que acecha a la familia, inserta en un mundo
que promueve el propio yo, como única realidad y medida de las cosas.
“La
apariencia de libertad se convierte para cada uno en una prisión, haciendo que cada
uno se encuentre encerrado en su propio yo”, dice el Papa. Y cierra el documento con
una exhortación a la familia como lugar de la vocación al sacerdocio y a la vida consagrada
que, junto con el matrimonio cristiano, son las dos formas diferentes, pero complementarias,
que hacen de algún modo visible el misterio de alianza de Dios con sus pueblo”.
Queridos
radio-escuchas de Radio Vaticana hasta la próxima semana, en la que iniciaremos la
primera catequesis pensada para este V Encuentro Mundial de las Familias: La familia,
primera y principal transmisora de la Fe.