2006-04-20 16:20:34

El amor y la Cruz


LA FAMILIA, TRANSMISORA DE LA FE
Catequesis preparatorias para el
V Encuentro Mundial de las Familias en Valencia, España

El amor y la Cruz

Comenzamos una serie de programas como preparación al quinto Encuentro Mundial de la Familias, que se llevará a cabo en Valencia-España del 1 al 9 de julio del presente año 2006.

Nos gustaría que todos conociéramos el discurso del Santo Padre, Benedicto XVI, en la apertura del Congreso de la Diócesis de Roma sobre “Familia y comunidad cristiana: formación de la persona y transmisión de la fe". Este discurso, fue pronunciado el 6 de Junio de 2005, y tiene por título: “EL AMOR HUMANO NO PUEDE EXISTIR SI QUIERE SUSTRAERSE A LA CRUZ”

El santo Padre se dirige a todos los miembros de la Iglesia de la siguiente manera:
“Les saludo con afecto a cada uno de ustedes, al cardenal vicario, obispos, sacerdotes, diáconos, religiosos y religiosas, y en particular, a vosotros laicos y familias que asumís conscientemente los cometidos de compromiso y testimonio cristiano que tienen su raíz en el sacramento del bautismo y para los que están casados, en el matrimonio”.


En este discurso el Santo Padre va a desarrollar una serie de puntos que pueden ser de interés para todos ustedes. Curiosamente el primero de ellos lleva como título: El compromiso misionero. En unos instantes vamos a descubrir por qué el Papa comienza por esta dimensión de la familia, la dimensión misionera. El segundo ya sí podemos decir que se centra en el tema de la Familia. Estos serán los dos temas de los que hablaremos en este espacio.

Primer punto: COMPROMISO MISIONERO

Tomando en cuenta los frutos obtenidos en la preparación al Gran Jubileo de las familias en el año 2000, celebrado por el a Juan Pablo II, se ha querido continuar esta grandísima labor, como un deber y necesidad de la Iglesia. El Papa dice así:
“En aquella misión todas las realidades de nuestra diócesis -parroquias, comunidades religiosas, asociaciones y movimientos- se movilizaron, no sólo para una misión en el pueblo de Roma, sino también para ser ellas mismas "pueblo de Dios en misión", poniendo en práctica la feliz expresión de Juan Pablo II "parroquia, búscate y encuéntrate fuera de ti misma": es decir, en los lugares en los que vive la gente”.


Recordamos que estas palabras las pronunció Benedicto XVI en el Congreso eclesial de la diócesis de Roma sobre la Familia. La Iglesia de Roma ha querido continuar esta gran misión como una necesidad a la sociedad.

Sabemos que en las familias nacen y crecen las personas que después forman otras familias. En la familia se crece física y humanamente, pero también en la familia se nace y se crece en la fe, porque la familia es una Iglesia doméstica, así la define el documento de “Familiaris Consortio”.

“El presupuesto por el que hay que comenzar para poder comprender la misión de la familia en la comunidad cristiana y sus tareas de formación de la persona y de transmisión de la fe, sigue siendo siempre el significado que el matrimonio y la familia tienen en el designio de Dios, Creador y Salvador, remontándome a la enseñanza de la exhortación apostólica “Familiaris Consortio” (Parte segunda)”


II Punto del discurso de Benedicto XVI: EL FUNDAMENTO ANTROPOLÓGICO DE LA FAMILIA

El hombre, por naturaleza, siempre tiende a interrogarse a si mismo, sobre el otro y los otros, sobre el mundo y la vida, sobre el misterio de sus existencia: de dónde viene, dónde está y hacia donde se dirige, en una palabra, la última pregunta que se hace el hombre es sobre Dios.

Así leemos en el discurso del Papa:
“Matrimonio y familia no son en realidad una construcción sociológica casual, fruto de situaciones particulares históricas y económicas. Por el contrario, la cuestión de la justa relación entre el hombre y la mujer hunde sus raíces en la esencia más profunda del ser humano y sólo puede encontrar su respuesta a partir de ésta”


De tal manera, que la unidad del hombre con la mujer, la familia, no es una moda o costumbre, como muchas veces se oye por ahí. La unidad del hombre con la mujer tampoco puede ser reducido a un contrato, es un compromiso de dos personas libres y responsables, y en esa responsabilidad es donde nacen y crecen los hijos, que a su vez, en un futuro no muy lejano, formarán otras familias.

Hasta aquí, queridos amigos, nuestro espacio de hoy. Hasta la próxima semana.







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