2006-04-01 17:02:29

El Papa subraya que el ser humano jamás puede ser sacrificado a los éxitos de la ciencia y de la técnica, ante los participantes en un Seminario sobre patrimonio cultural y universidades europeas


Sábado, 1 abr (RV).- El ser humano jamás puede ser sacrificado a los éxitos de la ciencia y de la técnica: es una de las reflexiones de Benedicto XVI en el discurso a los participantes en el seminario sobre el tema: “El patrimonio cultural y los valores de las universidades europeas, como base a la atracción del Espacio Europeo de Instrucción Superior”.

El encuentro en el Vaticano ha sido organizado en colaboración con la Conferencia de Rectores de las Pontificias Universidades, con la Pontificia Academia de las Ciencias, con la UNESCO-CEPES, con el Consejo de Europa y con el patrocinio de la Comisión Europea. Han participado en este seminario miembros procedentes de 50 países encabezados esta mañana por el cardenal Zenon Grocholewski, prefecto de la Congregación para la Educación Católica.

“El hombre es una obra de arte de la creación”, ha recordado el Papa, ilustrando los puntos firmes de la visión cristina, en una fase en la cual es “fundamental” la cuestión antropológica. El Pontífice ha manifestado al mundo académico que toda realidad cultural tiene un pasado y un futuro hecho de proyectos, y que “se trata, por tanto, de esclarecer cuál es la concepción del hombre que está en la base de los nuevos proyectos”.

“Es justo que os preguntéis al servicio de qué hombre, de qué imagen de hombre, debe estar la universidad: de un individuo cerrado en defensa de sus intereses, de una sola perspectiva de intereses, de una perspectiva materialista o de una persona abierta a la solidaridad con los demás, en la búsqueda de un verdadero sentido de la existencia, que debe tener un sentido común que trascienda a la propia persona”

Otro punto esencial sobre el que ha reflexionado Benedicto XVI ha sido el de preguntarse “cuál es la relación que existe entre la persona humana, la ciencia y la técnica”. Y a este respecto el Papa ha denunciado graves riesgos: “el desarrollo tecnológico, -ha dicho- gracias a la informática ha ocupado una parte importante de nuestra actividad mental, con consecuencias que afectan nuestra manera de pensar y pueden condicionar nuestra misma libertad”. “Es menester afirmar con fuerza -ha dicho el Santo Padre- que el ser humano jamás pueda ser sacrificado a la ciencia y a la técnica”. Esta es la cuestión antropológica ante la que hay que hacer valer la riqueza del patrimonio de las Universidades europeas:

“Para nosotros, herederos de la tradición humanista fundada en los valores cristianos, la cuestión va afrontada a la luz de los principios que han inspirado nuestra civilización, que han encontrado en las universidades europeas auténticos laboratorios de investigación y de profundización”.

Benedicto XVI ha terminado su discurso manifestando el papel que debe tener el proyecto de Universidad para el futuro: “ayudar a Europa a conservar su alma revitalizando las raíces cristianas que la han originado”. De la concepción bíblica sobre el hombre Europa ha sacado lo mejor de su cultura humanista y ha promovido la dignidad de la persona, fuente de derechos inalienables. “Pero el hombre no puede comprenderse asimismo de manera plena si prescinde de Dios”, ha afirmado el Papa. Es esta “la razón por la que no se debe abandonar nunca la dimensión religiosa de la existencia humana y menos en un momento en que se está construyendo la Europa del tercer milenio”.







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