Día Internacional de solidaridad con el personal detenido y desaparecido
Martes, 28 mar (RV).- Este sábado las Naciones Unidas ha celebrado en todo el mundo
el Día Internacional de solidaridad con el personal detenido y desaparecido, cada
25 de marzo se recuerda la desaparición en 1985 de Alec Collett, empleado para el
Organismo de Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos en el Cercano
Oriente (UNRWA), quien fue llevado a la fuerza por unos hombres armados en las cercanías
del Aeropuerto de Beirut, no pudiéndose determinar qué sucedió con él.
Mientras
buscaba información para ilustrarles el riesgo que corren, en muchas zonas del mundo,
el personal de Naciones Unidas, y no solo ellos, porque todos hemos oído hablar de
secuestros a periodistas, a personas como nosotros, en fin, que se trata de una práctica
que, por desgracia, se hace en todo el mundo. Como les decía, buscando esa información
me he dado cuenta de la cantidad de secuestros que se producen en el mundo. Privar
de la libertad fundamental de existir a una persona es un delito abominable, como
recordaba Juan Pablo II en su primer domingo de Año Nuevo en 1998: “quisiera recordar
la injusticia de los secuestros de personas –exhortó el Papa- Renuevo mi oración solidaria
por las personas secuestradas y por sus familiares, y apelo a la humanidad de los
culpables para que liberen a las víctimas de los secuestros y, de este modo, se liberen
también a sí mismos de los lazos del mal, convirtiendo su corazón al Amor”.
En
una celebración como la del pasado sábado se vuelve obligatorio hoy recordar estas
palabras, porque sin amor, el mundo no puede avanzar por el camino del bien. Hablando
en particular de secuestros de personas normales, como puede ser cualquiera de nosotros,
siempre Juan Pablo II ha dirigido su oración a Colombia. Este país celebra el 7 de
octubre una Jornada nacional de oración por la paz, ya que Colombia “sufre desde hace
años una situación de grave inquietud social, con numerosos asesinatos, secuestros
y otros actos de violencia”, como recordó el predecesor de Benedicto XVI ese mismo
día de hace cuatro años. “Me uno de corazón a esta plegaria para pedir a Dios que
ayude a superar contrastes y enfrentamientos, y a caminar hacia una paz estable, con
la liberación de los secuestrados y la instauración de un diálogo sincero que restaure
la fraternidad y la solidaridad entre los queridos hijos e hijas de Colombia”.
El
secuestro es el acto por el que se priva de libertad de forma ilegal a una persona
o grupo de personas, normalmente durante un tiempo determinado, y con el objetivo
de conseguir un rescate u obtener cualquier tipo de rédito político o mediático. La
observancia del Día Internacional de Solidaridad con Miembros del Personal Detenidos
y Desaparecidos, que este año cumple su XXI edición, “se desarrolla –como señaló el
secretario general de Naciones Unidas en un discurso de 2004- no sólo para llamar
la atención sobre el caso de Alec Collett, sino también sobre la difícil situación
de cada uno de los miembros del personal civil que ha sido arrestado, detenido, llevado
a la fuerza, o ‘desaparecido’ mientras trabajaba al servicio de las Naciones Unidas”.