Sábado, 25 mar (RV).- La vicepresidenta del gobierno español María Teresa Fernández
de la Vega ha presidido la delegación oficial española que ha asistido a la concelebración
eucarística de esta mañana. Ayer, la vicepresidenta, en la embajada de la plaza de
España, ofreció una cena en honor del cardenal Antonio Cañizares en la que dijo que
las relaciones entre España y la Santa Sede son "estables" y que la Iglesia y su Gobierno
comparten el compromiso por la igualdad, la solidaridad y la justicia social.
Por
su parte, el arzobispo de Toledo manifestó que su nombramiento como cardenal es un
"reconocimiento" del Papa hacia España y abogó para aunar esfuerzos en aras del bien
común, de la familia, la formación integral de la persona, la libertad y las relaciones
basadas en el respeto.
Ayer por la tarde, como es ya tradicional, el Palacio
Apostólico del Vaticano abrió sus puertas a miles de fieles y peregrinos de todo el
mundo, (se calcula que entraron unas diez mil personas) para que rindieran homenaje
a los quince nuevos cardenales. Mezclados con los familiares, amigos, feligreses y
simpatizantes asistieron a la “visita de cortesía” muchísimos eclesiásticos y miembros
del Cuerpo diplomático.
Los purpurados ocupaban distintos espacios y habitaciones.
El más festejado fue el cardenal Stanislao Dziwisz, el fiel secretario del Papa Juan
Pablo II. El más buscado por los medio de información el cardenal Joseph Zen, obispo
de Hong Kong; el que suscitó más simpatía fue el octogenario Peter Dery, en silla
de ruedas. “Él es el símbolo de África que pide ayuda”, dijo el cardenal Renato Martino,
recordando lo que ha hecho el cardenal Dery por la paz en Ghana.
Si Juan
Pablo II consideraba a la iglesia de Asia como "un deber para el tercer milenio",
Benedicto XVI lo ha confirmado con tres cardenales del continente donde más crece
la Iglesia, aunque siga siendo minoritaria y tenga que convivir con importantes religiones,
como el hinduismo y el Islam. Otros tres purpurados americanos, junto al africano
y ocho europeos forman este primer grupo de cardenales creados por Benedicto XVI en
el que el cardenal Antonio Cañizares, con 60 años, es el más joven.
Una vez
recibida la birreta el viernes y el anillo hoy sábado, los cardenales tomarán posesión
en los próximas semanas o meses de las iglesias y diaconías de Roma que les ha asignado
el Papa, y que simbolizan la participación de los purpurados en el cuidado de la Ciudad
Eterna, sellando una unión íntima con Cristo y con el Sucesor de Pedro.