"Que haya un solo rebaño bajo un solo Pastor", nuevo llamamiento del Papa a la unidad
de los cristianos, en su audiencia al Patriarca de Cilicia y al Sínodo Patriarcal
Lunes, 20 mar (RV).- Benedicto XVI ha recibido este mediodía en audiencia a Su Beatitud
Nerses Bedros XIX Tarmouni, Patriarca de Cilicia de los Armenios, Líbano, y a los
miembros del Sínodo Patriarcal y, luego, a un grupo de peregrinos armenios, con motivo
de la celebración en Roma de la reunión del Consejo Permanente del Sínodo de los Obispos
de la Iglesia Armenia Católica y del Sínodo Ordinario armenio.
Agradeciendo
las férvidas expresiones de comunión que le había dirigido el Patriarca de esta Iglesia
- «antigua y noble», que destaca por sus tesoros espirituales - en su cordial bienvenida
a estos peregrinos armenios católicos provenientes de tantas partes del mundo, el
Papa ha destacado el profundo apego - «hasta llegar a veces al martirio» - de los
católicos armenios a la Sede de Pedro, en una recíproca y fecunda relación de fe y
cariño: «La Iglesia armenia del Patriarcado de Cilicia es ciertamente partícipe, a
pleno título, de los acontecimientos históricos vividos por el pueblo armenio a lo
largo de los siglos y, en particular, de los sufrimientos que padeció en nombre de
la fe cristiana en los años de la terrible persecución que permanece en la historia
con el nombre, tristemente significativo, de metz yeghérn, el gran mal».
El
Santo Padre ha evocado las apremiantes exhortaciones de León XIII y de Benedicto XV,
con el fin de socorrer al sufrido pueblo armenio. Pueblo que, con su laboriosidad
y dignidad, se ha esforzado siempre en integrarse en las sociedades donde ha vivido
y que sigue testimoniando también hoy su fidelidad al Evangelio en los numerosos países
en los que la comunidad armenio católica está afincada. Característica que ha llevado
a la Sede Apostólica a constituir Eparquías y Ordinariatos, para el cuidado pastoral
de estos fieles, cuyo Patriarcado ha sido colocado por la Providencia en Oriente Medio.
Primero en Cilicia y luego en el Líbano.
Refiriéndose a las divisiones entre
las Iglesias que reconocen en san Gregorio el Iluminador a su común padre fundador,
Benedicto XVI ha expresado su satisfacción por la reanudación, en los últimos decenios,
de «un diálogo cordial y provechoso, con el fin de redescubrir las raíces comunes».
El Papa ha exhortado a proseguir por la senda de la fraternidad hacia la unidad
plena, pues «si los eventos históricos han visto la fragmentación de la Iglesia armenia,
la Divina Providencia hará que un día vuelva a estar unida con su Jerarquía, en fraterna
sintonía interna y en comunión plena con el Obispo de Roma»: «De esta auspiciada
unidad ha sido signo confortante la celebración de los 1700 años de fundación de la
Iglesia armenia, con la participación – como ha dicho Su Beatitud - de mi amado Predecesor
Juan Pablo II. El amor del Señor por su Iglesia peregrina en el tiempo sabrá ofrecer
a los cristianos – es nuestra confiada esperanza – los medios necesarios para realizar
su apremiante deseo ‘ut unum sint’. Queremos ser todos instrumentos a disposición
de Cristo. ¡Él, que es Camino, Verdad y Vida, nos conceda perseverar con toda nuestra
fuerza para que, cuanto antes, haya un solo rebaño bajo un solo Pastor!».
Benedicto
XVI ha finalizado sus palabras acompañando su saludo con su Bendición, «como signo
del constante afecto del Sucesor de Pedro a todos los armenios».