2006-03-18 16:47:42

La creciente actividad de la Santa Sede ante los Organismos Internacionales es un estímulo para que la voz de la Iglesia continúe iluminado la conciencia a la comunidad internacional


Sábado, 18 mar (RV).- Los representantes de la Santa Sede ante los Organismos Internacionales se han reunido durante dos días en el Vaticano, con los Superiores de la Secretaría de Estado para reflexionar sobre la creciente participación de la Santa Sede en las actividades internacionales, teniendo en cuenta las posibilidades que esta tarea ofrece y los desafíos que plantea. La reunión ha culminado esta mañana con un encuentro con el Santo Padre.

En su discurso, Benedicto XVI ha subrayado que esta creciente actividad de la Santa Sede constituye un preciso estímulo para que la voz de la Iglesia continúe iluminado la conciencia a cuantos componen la comunidad internacional. “Se trata de un servicio delicado y fatigoso” dirigido a colaborar en la construcción de una sociedad más atenta a la dignidad y a las verdaderas exigencias de la persona humana”. En esta perspectiva, la presencia de la Santa Sede en los Organismos internacionales e intergubernamentales, representa una contribución fundamental en el respeto de los derechos humanos y del bien común y, por tanto, en la auténtica libertad y en la justicia.

“Estamos ante un compromiso específico e insustituible, que puede ser aún más eficaz si se unen las fuerzas de cuantos colaboran con fiel dedicación a la misión de la Iglesia en el mundo”, ha dicho el Santo Padre. Las relaciones “ente los Estados” y “en los Estados” son justas en la medida en que respeten la verdad. Cuando, en cambio, la verdad es ultrajada, la paz amenazada, y el derecho viene alterado, entonces, con lógica consecuencia, se desencadenan las injusticias.

“Éstas son fronteras que dividen a los Países de manera mucho más profunda de cuanto lo hagan las fronteras trazadas en los mapas geográficos y, a menudo, no son solamente fronteras externas, entre países, sino internas dentro de los propios Estados”, ha explicado el Papa. Estas injusticias asumen distintas formas. Por ejemplo, la forma del desinterés o del desorden, que llega a dañar la estructura de aquella célula originaria de la sociedad que es la familia; o a veces, asume la forma de la prepotencia o de la arrogancia, que pueden llegar hasta el arbitrio, haciendo callar a los que no tienen voz o no tienen fuerza para hacerse oír, como ocurre en los casos de la injusticia hoy, quizá más grave, la que suprime la vida humana naciente.

“Dios ha elegido a débiles del mundo para humillar a los fuertes”. Que este criterio de la acción divina de perdurable actualidad -ha afirmado el Papa- os sirva de estímulo para no desanimaros ante las dificultades e incomprensiones”. Sabéis que a través de ellas participáis con autoridad en la responsabilidad profética de la Iglesia que quiere continuar levantando su voz en defensa del hombre incluso cuando la política de los estados o la mayoría de la opinión pública se mueven en dirección contraria. La verdad de hecho encuentra la fuerza en sí misma y no en el número de consenso que recibe.







All the contents on this site are copyrighted ©.