Escuchar el programa Miércoles, 15
mar – “¡Queridos jóvenes universitarios reunidos en Madrid y Salamanca! Que la Virgen
María os ayude a dar testimonio del amor de Dios entre vuestros amigos y compañeros”.
Con
estas palabras Benedicto XVI saludaba a todos los jóvenes universitarios españoles
que participaron en la Vigilia del pasado sábado 11 de marzo en conexión vía satélite
desde Madrid y Salamanca.
Se ponía así punto y final al convenio “Cooperación
universitaria Europa-África” con el rezo del Rosario en un encuentro de oración y
espiritualidad entre los universitarios y el Papa en ocasión de la IV Jornada Europea
de Universitarios que se ha conmemorado en torno al tema “El humanismo cristiano,
camino para una nueva cooperación entre Europa y África. El encuentro del sábado en
el Aula Pablo VI sirvió “como una ocasión propicia para rezar a la Virgen Santa para
que el Evangelio abra nuevas vías de cooperación entre los dos continentes”, como
señaló Benedicto XVI en el Ángelus del primer domingo de Cuaresma.
Reflexionar
junto a los jóvenes sobre la necesidad de una cooperación más eficaz entre Europa
y África ha sido un modo de dar a conocer las problemáticas existentes en nuestro
mundo de hoy, y para hacerlo los jóvenes reflexionaron sobre el magisterio de la Encíclica
“Deus Caritas est”, leyendo partes del texto y comentándolos.
De Suiza a Costa
de Marfil, de Nigeria a Rusia, de Kenia a España, nueve países estuvieron presentes
en conexión vía satélite con Roma, siendo notoria la presencia de españoles, ya que
desde Madrid –acompañados por su Arzobispo, cardenal Rouco Varela- y Salamanca –junto
a su obispo diocesano, monseñor Carlos López, Gran Canciller de la Universidad Pontificia-
miles de jóvenes asistieron a la clausura de este importante acontecimiento.
Uno
de los momentos más significativos fue, sin duda, el ingreso de la Cruz de los jóvenes.
“Acogeremos la Cruz peregrina proveniente de Colonia –dijo el Obispo de Roma- y recordaremos
con corazón agradecido, a casi un año de su muerte, a mi querido predecesor Juan Pablo
II”. El mismo Pontífice que con mucho cariño celebraba esa Vigilia del Rosario con
los jóvenes.
Benedicto XVI recordó a todos los jóvenes que dicha Vigilia es
una forma de crear puentes de fraternidad entre los jóvenes universitarios de Europa,
extendiéndose hasta el continente africano con el fin de que crezca la comunión entre
las nuevas generaciones y se difunda la civilización del amor”. Y éste ha sido precisamente
el espíritu del convenio Cooperación universitaria Europa-África, un espíritu de comunión
que llevó al Papa a entregar de forma simbólica a todos los jóvenes su Encíclica “Deus
Caristas est” con el deseo de que “la verdad fundamental de la fe cristiana –Dios
es amor- ilumine el camino de cada uno de vosotros y se irradie a través de vuestro
testimonio a vuestros compañeros de estudio”.
La amplia participación de jóvenes,
las reflexiones, los comentarios, las respuestas y las problemáticas por ellos planteadas
unen a la Iglesia con quienes son su futuro, estos jóvenes europeos y africanos que
se han detenido a reflexionar sobre el humanismo en nuestros días, una reflexión ardua
que, a pesar de la dificultad, ha tenido sus frutos, la unión. Ese puente que señalaba
Benedicto XVI es un puente de esperanza y de comunicación entre continentes, entre
jóvenes del mundo. Los mismos jóvenes que participarán junto al Santo Padre en la
XXI Jornada Mundial de la Juventud, que celebraremos el próximo Domingo de Ramos bajo
el tema: Lámpara para mis pasos es tú palabra, luz en mi camino”.
En preparación
para el Domingo de Ramos, la Cruz peregrina de los jóvenes proveniente de Colonia,
llega hasta nosotros para que gracias a una actitud de entendimiento y diálogo, nos
unamos todos en solidaridad fraterna.