Ejercicios espirituales: Jesús nos pide que confiemos incondicionalmente en su infinita
misericordia
Jueves, 9 mar (RV).- Prosiguen en el Palacio Apostólico los tradicionales Ejercicios
Espirituales de comienzos de Cuaresma, con la participación del Santo Padre y de sus
colaboradores de la Curia Romana. «Éste es mi Hijo amado, escuchadle» (Mc 9,2-8 .
14-29); «Rabbuní, ¡que vea!» (Mc 10,46-52) y «Tomad, éste es mi cuerpo» ( Mc 14, 10
-31), han sido los temas en los que ha profundizado este jueves el Cardenal Marco
Cé, patriarca emérito de Venecia, que - desde el pasado domingo por la tarde y hasta
el sábado por la mañana - centra sus meditaciones en el tema general "Caminando con
Jesús hacia la Pascua, guiados por el evangelista Marcos".
En sus meditaciones
de esta mañana, el cardenal Marco Cé ha hecho hincapié en la misericordia infinita
de Jesús, que con el amor del Padre espera nuestra fe: «Jesús nos pide que confiemos
incondicionalmente en su infinita misericordia. Nuestra única garantía son el amor
del Padre y la misericordia de Jesús».
Evocando la Transfiguración de Jesús
- «que revela la intrínseca unidad entre la Cruz y la Gloria - y las curaciones del
niño epiléptico y del ciego de Jericó, el Patriarca emérito de Venecia ha recordado
la incredulidad de los discípulos «prisioneros de la concepción mundana del mesianismo».
A ellos, Jesús les explica que sólo con la oración se puede alejar el mal, reiterando
la absoluta primacía de la acción divina.
Poniendo de relieve que «es la fe
la que nos salva del mal». La fe que se alimenta con la escucha, con la información,
con la entrega de sí y con la comunión con Jesús, el purpurado ha exhortado a invocar
al Señor para que cure nuestra ceguera: «Pidamos al Señor la gracia de curar nuestra
ceguera. Pidámosle que nos done la única verdad que nos hace realmente libres. Y pidámosle
también la fortaleza para aplicarla en nuestra vida, siguiéndole a Él por el camino
que conduce a Jerusalén, ¡con la certeza de que en la Cruz ya está la gloria!»
Los
Ejercicios Espirituales son un camino para renovar nuestra fe bautismal, ha señalado
el cardenal Cé al concluir sus meditaciones de esta mañana, añadiendo que precisamente
el objetivo de la Cuaresma «es creer en Jesús, abriéndole nuestra vida de par en par».