2006-03-06 16:14:18

Ejercicios espirituales: Jesús nos acompaña por el desierto de nuestra pobreza


Lunes, 6 mar (RV).- “Jesús nos acompaña por el desierto de nuestra pobreza sosteniéndonos en el camino hacia la alegría intensa de la Pascua”: de esta manera el cardenal Marco Cé, Patriarca emérito de Venecia, lo ha manifestado en las meditaciones de esta mañana, en los ejercicios espirituales de cuaresma en presencia del Papa.

Comenzaron ayer, primer domingo de cuaresma, en la capilla Redemptoris Mater del Vaticano los Ejercicios Espirituales de la Curia Romana con la participación del Santo Padre que concluirán el próximo sábado por la mañana. Durante estos días han quedado suspendidas todas las audiencias pontificias, incluida la Audiencia General del miércoles.

Las meditaciones este año están dirigidas por el cardenal Marco Cé, patriarca emérito de Venecia sobre el tema. “Caminado con Jesús hacia la Pascua, guiados por el evangelista Marcos”. En las meditaciones de esta mañana el purpurado ha manifestado que es la “Pascua la que genera la Cuaresma, y no al revés, y ha indicado que el tiempo de Cuaresma “es un tiempo privilegiado de peregrinación interior hacia Aquel que es la fuente de la Misericordia”.

Jesús ha dicho el cardenal “nos acompaña a través del desierto de nuestra pobreza sosteniéndonos en el camino hacia la alegría intensa de la Pascua “corazón de nuestra fe”. “Si la gracia de Crucifijo resucitado nos llamara y no nos viniera a cogernos, jamás saldríamos del entumecimiento de nuestro pecado ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte? La gracia de Dios mediante Jesucristo”.

“Estos ejercicios Espirituales -ha proseguido el purpurado italiano- deben convertirse en un acto de amor” “para la iglesia y para tantos hermanos que caminan por senderos lejanos, que Jesús quiere salvar”. Retomando el mensaje cuaresmal de Benedicto XVI, el cardenal Cé ha recordado como en la Cuaresma, junto a la oración deba encontrar espacio la caridad y el ayuno.

Un ayuno, ha explicado el prelado, que según las enseñanzas del los Padres de la Iglesia tiene un sentido solidario. Luego, ha dirigido el pensamiento hacia la centralidad del Evangelio para la vida de los cristianos, ya que es el mismo Jesús la feliz novedad: “el Evangelio nos pide implicarnos, sentirnos interpelados, nos pide no ser solamente espectadores pasivos en la fortaleza de nuestra racionalidad, sino reactivos, como aquellos que encontrando a Jesús se han dejado prender por su luz. Este es el vivo deseo de Jesús cuando decía: “Creedme”.







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