El Papa exhorta a los obispos de Bosnia Herzegovina a actuar como agentes de paz,
consolidando la comunión y difundiendo la misericordia, la comprensión y el perdón
en nombre de Cristo en todo el país
Viernes, 24 feb (RV).- Benedicto XVI, al final de la visita ad limina, ha recibido
esta mañana en el Vaticano a todo el grupo de obispos de Bosnia Herzegovina encabezado
por el cardenal Vinko Pulijc. En su discurso, el Papa ha hablado de los aspectos problemáticos
y de los elementos de esperanza que los prelados están desarrollando en sus programas
pastorales y del fuerte deseo de mantener viva la comunión de intenciones para afrontar
todos unidos los desafíos con los que se debe medir el pueblo.
“Después de
los años tristes de la reciente guerra, ahora como agentes de paz, estáis llamados
a consolidar la comunión y a difundir la misericordia, la comprensión y el perdón
en nombre de Cristo, tanto en las comunidades cristianas como en el complejo tejido
social de Bosnia Herzegovina” les ha dicho el Santo Padre. No es una misión fácil
pero es fundamental realizarla con amor. El amor, para ser fecundo en el plano espiritual,
“no debe seguir simplemente las leyes terrenas, sino dejarse iluminar de la verdad,
que es Dios, y traducirse en aquella superior medida de la justicia que es la misericordia”.
Entre
los problemas que afectan a la población, el Papa ha destacado la situación de los
miles de prófugos que ha dejado la guerra civil y el respeto de los derechos para
todos las poblaciones de Bosnia Herzegovina. “Pienso en particular - ha dicho -, en
la necesaria igualdad entre los ciudadanos de distinta religión, en la urgencia de
medidas que provean a la creciente falta de trabajo para los jóvenes, a la atenuación
de las amenazadoras tensiones entre las etnias, legado de las complejas vicisitudes
históricas que han vivido vuestras tierras”.
“Es muy importante -ha afirmado
asimismo Benedicto XVI- que se haga todo tipo de esfuerzo para que crezca cada vez
más la unidad del rebaño de Cristo. La Iglesia persigue en todas partes un único objetivo,
el de edificar el Reino de Dios en la tierra y en el corazón de los hombres. Y a los
sucesores de los Apóstoles y a sus colaboradores en el ministerio les está confiada
la misión de preservar intacta la herencia del Señor, abrazando fielmente el patrimonio
doctrinal y espiritual de la Iglesia en su integridad”.
“Bienaventurados los
que trabajan por la paz”. Toca al obispo, Padre de la comunidad confiada a él por
Cristo -ha subrayado el Papa-, discernir aquello que ayuda a la edificación de la
Iglesia de Cristo. El obispo en este sentido es pontífice, es decir, “constructor
de puentes” entre las distintas exigencias de la comunidad eclesial. Y esto constituye
un aspecto del ministerio episcopal particularmente importante en el presente histórico,
que ve a Bosnia Herzegovina reemprender el camino de la colaboración para construir
el propio futuro de desarrollo social y de paz.