El Papa exhorta a los obispos de Senegal, Mauritania, Cabo Verde y Guinea Bissau a
promover el desarrollo social en colaboración con los fieles de otras religiones
Lunes, 20 feb (RV).- La sociedad africana no es inmune a algunas “seducciones” incompatibles
con la fe y el hacer cristiano: es deber de los obispos y sacerdotes contrastar estas
influencias presentando el rostro vivo del Evangelio. A pesar de la “gran diversidad”
de situaciones “humanas y eclesiales” de los respectivos Países, el análisis que ha
hecho Benedicto XVI de Senegal, Mauritania, Guinea Bissau e Islas de Cabo Verde encuentra
un denominador común en la urgencia de hacer consistente la identidad cristiana en
medio de las tendencias engañosas que proceden del pasado, con las antiguas costumbres
jamás olvidadas, y del presente, con las tendencias inducidas por la secularización.
Después,
dirigiéndose en particular, a los obispos francófonos de Senegal y de Mauritania ha
manifestado que “la vuelta a algunas prácticas de la religión tradicional, que se
constata a veces en los cristianos, debe empujar a buscar medios adecuados para reavivar
y reforzar la fe a la luz del Evangelio, y para consolidar las bases teológicas de
vuestras iglesias particulares, acogiendo lo mejor de la identidad africana”.
Recibir
el bautismo, ha proseguido diciendo el Papa, implica necesariamente una “ruptura”
con los “hábitos” de la vida precedente, pero al mismo tiempo –ha puesto en guardia-
recibir el sacramento de la iniciación cristiana no debe traducirse en un aislamiento
del bautizado respecto a su pueblo y a su familia.
El Santo Padre ha planteado
la formación, basada en el texto del Catecismo de al Iglesia Católica, también porque,
ha afirmado, una fe “sólida” permite “afrontar los fenómenos nuevos de la vida contemporánea
como el desarrollo de la urbanización, el poco interés de numerosos jóvenes, las seducciones
materiales de cualquier tipo, o la influencia ejercida por ideas que proceden de cualquier
horizonte” cultural. Es, por lo tanto, una “tarea difícil”, la evangelización en estos
Países.
Benedicto XVI ha manifestado a los obispos su aprecio por el esfuerzo
“generoso” de los sacerdotes. También para los mismos, el Papa les ha deseado una
formación intelectual y espiritual que les haga “hombres equilibrados humana y espiritualmente,
capaces de responder a los desafíos que tiene que afrontar, tanto en su vida personal
como pastoral”.
Uno de estos desafíos, ha proseguido el Pontífice, es ciertamente
“el desarrollo social”, que respecta a todas las diócesis locales comprometidas en
el servicio de los más pobres. “Pero el cristianismo –ha puntualizado una vez más
Benedicto XVI- no puede quedar reducido a una sabiduría puramente humana ni confundirse
con un servicio social, porque se trata también de un servicio espiritual.
Y
mucho menos, ha subrayado el Santo Padre, como “un medio al servicio del proselitismo”
porque, ha añadido “el amor es gratuito”. El Papa finalmente se ha detenido en la
“colaboración” con los musulmanes y su derecho a profesar libremente la propia religión.
Estos “esfuerzos” ha añadido, “contribuyen a la realización concreta del bien auténtico
de las personas y de la sociedad”.