2006-02-20 19:29:48

El Papa exhorta a los obispos de Senegal, Mauritania, Cabo Verde y Guinea Bissau a promover el desarrollo social en colaboración con los fieles de otras religiones


Lunes, 20 feb (RV).- La sociedad africana no es inmune a algunas “seducciones” incompatibles con la fe y el hacer cristiano: es deber de los obispos y sacerdotes contrastar estas influencias presentando el rostro vivo del Evangelio. A pesar de la “gran diversidad” de situaciones “humanas y eclesiales” de los respectivos Países, el análisis que ha hecho Benedicto XVI de Senegal, Mauritania, Guinea Bissau e Islas de Cabo Verde encuentra un denominador común en la urgencia de hacer consistente la identidad cristiana en medio de las tendencias engañosas que proceden del pasado, con las antiguas costumbres jamás olvidadas, y del presente, con las tendencias inducidas por la secularización.

Después, dirigiéndose en particular, a los obispos francófonos de Senegal y de Mauritania ha manifestado que “la vuelta a algunas prácticas de la religión tradicional, que se constata a veces en los cristianos, debe empujar a buscar medios adecuados para reavivar y reforzar la fe a la luz del Evangelio, y para consolidar las bases teológicas de vuestras iglesias particulares, acogiendo lo mejor de la identidad africana”.

Recibir el bautismo, ha proseguido diciendo el Papa, implica necesariamente una “ruptura” con los “hábitos” de la vida precedente, pero al mismo tiempo –ha puesto en guardia- recibir el sacramento de la iniciación cristiana no debe traducirse en un aislamiento del bautizado respecto a su pueblo y a su familia.

El Santo Padre ha planteado la formación, basada en el texto del Catecismo de al Iglesia Católica, también porque, ha afirmado, una fe “sólida” permite “afrontar los fenómenos nuevos de la vida contemporánea como el desarrollo de la urbanización, el poco interés de numerosos jóvenes, las seducciones materiales de cualquier tipo, o la influencia ejercida por ideas que proceden de cualquier horizonte” cultural. Es, por lo tanto, una “tarea difícil”, la evangelización en estos Países.

Benedicto XVI ha manifestado a los obispos su aprecio por el esfuerzo “generoso” de los sacerdotes. También para los mismos, el Papa les ha deseado una formación intelectual y espiritual que les haga “hombres equilibrados humana y espiritualmente, capaces de responder a los desafíos que tiene que afrontar, tanto en su vida personal como pastoral”.

Uno de estos desafíos, ha proseguido el Pontífice, es ciertamente “el desarrollo social”, que respecta a todas las diócesis locales comprometidas en el servicio de los más pobres. “Pero el cristianismo –ha puntualizado una vez más Benedicto XVI- no puede quedar reducido a una sabiduría puramente humana ni confundirse con un servicio social, porque se trata también de un servicio espiritual.

Y mucho menos, ha subrayado el Santo Padre, como “un medio al servicio del proselitismo” porque, ha añadido “el amor es gratuito”. El Papa finalmente se ha detenido en la “colaboración” con los musulmanes y su derecho a profesar libremente la propia religión. Estos “esfuerzos” ha añadido, “contribuyen a la realización concreta del bien auténtico de las personas y de la sociedad”.








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