Ángelus: en la Jornada Mundial de los enfermos de lepra el Papa hace un llamamiento
a los responsables de las Naciones, a unir sus esfuerzos para superar los graves desequilibrios
que todavía penalizan a gran parte de la humanidad
Domingo, 29 ene (RV).- En la Jornada Mundial de los enfermos de lepra Benedicto ha
hecho un llamamiento a los responsables de las Naciones, para que unan esfuerzos para
superar los graves desequilibrios que todavía penalizan a gran parte de la humanidad.
También el Papa aludió a los Santos como modelos de entrega evangélica, enmarcados
en su primera encíclica: “Dios es amor”. El Papa también ha recordado la tragedia
ocurrida ayer en Polonia.
En esta mañana desapacible, miles de fieles, romanos
y peregrinos se han congregado en la Plaza de san Pedro para rezar el Ángelus con
Benedicto XVI. El Pontífice ha hecho un llamamiento a favor de los más desfavorecidos
de la humanidad, en la Jornada mundial de los enfermos de lepra: “Se celebra hoy la
Jornada mundial de los enfermos de lepra, iniciada hace más de 50 años por Raoul Follereau
y llevada adelante por las asociaciones que se inspiran en su obra humanitaria: Deseo
dirigir un saludo especial a aquellos que sufren por esta enfermedad, y animo a los
misioneros, a los agentes sanitarios y a los voluntarios comprometidos en esta frontera
de servicio al hombre. La lepra es síntoma de un mal más grave y más vasto, que es
la miseria. Por esto, sobre el camino de mis Predecesores, renuevo un llamamiento
a los responsables de las Naciones, para que unan esfuerzos para superar los graves
desequilibrios que todavía penalizan a gran parte de la humanidad.
Al saludar
a los peregrinos polacos, presentes en la Plaza de san Pedro, Benedicto XVI, les ha
dicho que pensaba en el trágico incidente ocurrido ayer por la tarde en Katowice,
en el que han perdido la vida numerosas personas. Confío, les ha dicho el Papa, a
la misericordia de Dios a cuantos han desaparecido, me uno espiritualmente a sus familiares
y a aquellos que en este hecho han resultado heridos. A todos, ha impartido su cordial
bendición.
En su breve alocución previa al rezo mariano el Santo Padre ha aludido
a su Encíclica publicada el pasado miércoles, subrayando el primado de la caridad,
recordando que de este primado, han sido testimonios privilegiados los Santos y, que
la Liturgia nos los hace celebrar cada día del año.
Benedicto XVI ha hecho
memoria del apóstol Pablo y de sus discípulos Timoteo y Tito, santa Ángela Merici,
Santo Tomás de Aquino y San Juan Bosco. De los primeros ha dicho que forman parte
de los comienzos de la Iglesia. De la Edad Media, Tomás de Aquino, modelo de teólogo
católico que encuentra en Cristo la síntesis suprema de la verdad y del amor; en el
Renacimiento, Angela Merisi, propone una vida de santidad, también para quién vive
en un ambiente laico; y en la época moderna, don Bosco, inflamado de la caridad de
Jesús Buen Pastor, se dedica a los muchachos más necesitados y se convierte para ellos,
en su padre y maestro. “En verdad, toda la historia de la Iglesia es una historia
de santidad, animada por el único Amor que tiene su manantial en Dios. En efecto,
sólo la caridad sobrenatural, como la que brota siempre nueva del corazón de Cristo,
puede explicar el prodigioso florecer, en el curso de los siglos, Ordenes, Institutos
religiosos masculinos y femeninos y de otras formas de vida consagrada”.
Después
el Papa ha aludido a los santos que menciona en su encíclica, manifestando que estos
modelos de entrega evangélica nos lleva a considerar la importancia de la vida consagrada
como expresión y escuela de caridad. En este contexto el Santo Padre ha aludido al
Concilio Vaticano II y ha subrayado que por la importancia y el valor que tiene vida
consagrada la Iglesia celebrará el próximo 2 de febrero, la fiesta de la Presentación
del Señor al Templo, la Jornada de la Vida Consagrada. Benedicto XVI ha dicho que
presidirá la Santa Misa en la Basílica Vaticana por la tarde, como lo hacía Juan Pablo
II, y ha invitado a participar en la misma especialmente a los consagrados y consagradas
que viven en Roma.
Tras el rezo del Ángelus y del responso por los fieles difuntos,
el Santo Padre ha saludado en varias lenguas estas han sido sus palabras en español:
Saludo
cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos de las
parroquias de San Juan, San Mateo y Nuestra Señora de los Ángeles, de Murcia, así
como la de Virgen de la Paloma y San Pedro, de Madrid. Deseo a todos que la visita
a Roma fortalezca vuestra fe en Cristo, para ser también artífices de paz. ¡Feliz
domingo!
Al final del Ángelus dos muchachos de la acción católica de Roma,
que se encontraban junto a Benedicto XVI han soltado dos palomas, atrás haber concluido
el “Mes de la Paz”.