2006-01-18 15:06:35

Audiencia general: Benedicto XVI anuncia la publicación de su primera encíclica «Dios es amor» que se centrará en el amor como “condición de la unidad de los cristianos y de la paz en el mundo”


Miércoles, 18 ene (RV).- «Dios es amor». Benedicto XVI ha anunciado por sorpresa que su primera encíclica se hará pública el 25 de enero, cuando, siguiendo las huellas de Juan Pablo II, irá a la Basílica romana de San Pablo, para rezar con los hermanos ortodoxos y protestantes, agradeciendo todo lo que el Señor nos ha concedido y rogar por la unidad y la paz en el mundo.

En su Audiencia general de hoy, dedicada a la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, uniéndose a una gran multitud que reza en todo el mundo, Benedicto XVI, ha exhortado también a reflexionar sobre el drama de la división de los cristianos y a implorar sin cesar la comunión plena.

Benedicto XVI ha anunciado que su primera encíclica titulada «Deus caritas est», «Dios es amor», se hará pública el próximo 25 de enero, cuando siguiendo las huellas de Juan Pablo II irá a la Basílica romana de San Pablo, para rezar con los hermanos ortodoxos y protestantes, agradeciendo todo lo que el Señor nos ha concedido y rogar por la unidad plena y la paz en el mundo. El anuncio del Papa ha sido recibido con un gran aplauso por los más de ocho mil peregrinos que han participado en su Audiencia General de hoy: «En este sentido, con estos sentimientos, iré siguiendo las huellas del Papa Juan Pablo II, el próximo 25 de enero, día de la conversión de san Pablo, a la Basílica de San Pablo, para rezar con los hermanos ortodoxos y protestantes, y, en este contexto, rezar para agradecer por cuanto el Señor nos ha concedido, rezar para que el Señor nos guíe sobre las huellas de la unidad. Y, el mismo día 25 de enero se publicará finalmente mi primera encíclica, cuyo título ya conocido es «Deus caritas est», «Dios es amor». No es un tema exclusivamente ecuménico pero, digamos, es el gran marco, el telón de fondo del tema ecuménico, porque el amor de Dios y el amor nuestro son la condición de la unidad de los cristianos y la condición de la paz en el mundo».

Con la sorpresa de su anuncio y explicando que en su primera encíclica «quisiera mostrar este concepto de amor en sus diversas dimensiones», el Santo Padre ha hecho hincapié en que «en la terminología que se usa hoy, el amor aparece a menudo muy lejos de lo que piensa un cristiano, si habla de la caridad cristiana»: «Pero quisiera mostrar que se trata de un movimiento único con diversas dimensiones. Que el eros, este don del amor entre hombre y mujer, viene de la misma fuente de la bondad del Creador, así como la posibilidad de un amor que renuncia a sí mismo en favor del otro. Que el eros se transforma en ágape en la medida en que los dos se aman realmente y uno finalmente ya no se busca a sí mismo su gozo y su deleite, sino que busca sobre todo el bien del otro. Así este eros que se transforma en caridad – por medio de un camino de purificación y de profundización – se abre a la propia familia, se abre a la familia más amplia de sociedad, a la familia de la Iglesia, a la familia del mundo».

Asimismo, Benedicto XVI ha señalado que desea demostrar que «el acto personalísimo del amor que nos viene de Dios – que es un único acto de amor – debe expresarse como acto eclesial también organizativo»:

«Si es realmente verdad que la Iglesia es expresión del amor que Dios tiene para su criatura humana, debe ser también verdad que el acto fundamental de la fe, que crea y une a la Iglesia y que da la esperanza de la vida eterna, y de la presencia de Dios en el mundo – genera también un acto eclesial. Es decir la Iglesia, también como Iglesia, como comunidad, también de forma institucional – debe amar».

«Y esta denominada caritas no es una mera organización, así como hay otras antroposóficas, sino expresión necesaria del acto más profundo del amor personal que Dios ha creado en nuestro corazón y que es reflejo de aquel acto que Dios es y nos hace imagen de Dios», ha enfatizado asimismo el Papa, explicando luego que ha pasado un poco de tiempo, entre la preparación del texto y las traducciones, para que se hiciera pública su primera encíclica. Y que ahora, finalmente, percibe como «un gesto de la providencia», el que esto suceda «precisamente el día en el que rezamos por la unidad de los cristianos», con el anhelo de que «podrá iluminar y ayudar nuestra vida cristiana».

En su Audiencia general de este miércoles dedicada a la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, desde el Aula Pablo VI del Vaticano, uniéndose, a una gran multitud que reza en todo el mundo, Benedicto XVI, ha exhortado a reflexionar sobre el drama de la división de los cristianos y a implorar la comunión plena, dando gracias a Dios por los dones recibidos en el ecumenismo.

Recordando que el octavario de oraciones por la unidad de los cristianos empieza precisamente este miércoles, el Santo Padre ha evocado la solemne promesa de Jesús a sus discípulos: «Yo os aseguro que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, lo conseguirán de mi Padre que está en los cielos» (Mt 18,19).

Promesa que sostiene nuestra oración, ha subrayado el Papa, reiterando también las enseñanzas del Concilio Vaticano II, en lo que se refiere a la oración por la unidad, «núcleo central del ecumenismo», que comprende, precisamente, «las oraciones públicas y privadas, la conversión del corazón y la santidad de vida». Haciendo hincapié en el «centro del problema ecuménico que es la obediencia al Evangelio para cumplir la voluntad de Dios, con su ayuda necesaria y eficaz», Benedicto XVI ha insistido en los elementos que, a pesar de la división permanente, enlazan todavía a los cristianos y que sostienen la posibilidad de elevar una oración común a Dios.

La comunión en Cristo sostiene todo el movimiento ecuménico e indica el objetivo mismo de la búsqueda de la unidad de todos los cristianos en la Iglesia de Dios, ha señalado asimismo Benedicto XVI, invitando luego a «no limitamos sólo a implorar», sino a dar también gracias al Señor por los alcances logrados en el ecumenismo. Por «la nueva situación fatigosamente creada por las relaciones ecuménicas entre los cristianos en la reencontrada fraternidad, por los fuertes lazos de solidaridad establecidos, por el crecimiento de la comunión y por las convergencias realizadas, ciertamente de forma desigual, entre los varios diálogos».

Insistiendo en el futuro esperanzador, Benedicto XVI ha evocado las enseñanzas de su predecesor Juan Pablo II, que «tanto hizo y sufrió por la causa ecuménica». Reconocer cuanto Dios nos ha concedido es la condición que nos predispone a recibir aquellos dones aún indispensables para cumplir la obra ecuménica de la unidad.

Estas ha sido las palabras en español de Benedicto XVI, dedicadas a la Semana de Oración por la Unidad de los cristianos, y los saludos del Papa a los peregrinos de nuestra lengua, que han participado en esta audiencia general: RealAudioMP3

Queridos hermanos y hermanas:

 
Comienza hoy la “Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos”. El Concilio Vaticano II, en el decreto sobre el ecumenismo Unitatis redintegratio , define las oraciones “por la unión de todos” como “el alma de todo el movimiento ecuménico”, y las presenta como “un medio sumamente eficaz para pedir la gracia de la unidad”. La comunión en Jesucristo, Señor y Salvador, sustenta todo el movimiento ecuménico y lo distingue de otras iniciativas de diálogo y de relaciones con otras religiones e ideologías.

 
Pero esta oración no debe ser sólo de petición sino también de acción de gracias al Señor por los fuertes lazos de solidaridad establecidos, por el crecimiento de la comunión y convergencia entre los varios diálogos. El futuro está ante nosotros.

 
Saludo cordialmente a los peregrinos de España y América Latina, especialmente a los del Instituto El Carrascal de Arganda y a los de la Scuola Italiana de Montevideo ¡Continuemos orando para que seamos conscientes de que la santa causa del restablecimiento de la unidad de los cristianos supera nuestras pobres fuerzas humanas y que la unidad definitiva es un don de Dios! ¡Gracias!







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