El Papa reitera la importancia del diálogo ecuménico y su firme compromiso en la tarea
de impulsar la unidad de todos los cristianos
Sábado, 7 ene (RV).- Benedicto XVI ha destacado la alentadora fase actual en el diálogo
ecuménico, al recibir a una delegación de la Alianza Mundial de las Iglesias Reformadas,
encabezada por su presidente Cliff Kirkpatrick, que ha cumplido en estos días una
visita al Vaticano.
“Queridos amigos, rezo para que nuestro encuentro de hoy
brinde frutos de un renovado compromiso en la tarea de impulsar la unidad de todos
los cristianos”, ha afirmado el Santo Padre, refiriéndose luego al camino que tenemos
ante nosotros, que nos llama al testimonio de fe, humildad, paciencia y estudio. Con
el anhelo de que podamos afianzarnos con renovada confianza, en obediencia al “Evangelio
y con la firme esperanza en la oración de Cristo por su Iglesia, en el amor del Padre
para con nosotros, en el poder del Espíritu Santo”.
Renovando su gratitud por
la presencia de una delegación de la mencionada Alianza Mundial de las Iglesias Reformadas,
tanto en el funeral del Papa Juan Pablo II, como en la inauguración de su ministerio
pontificio, Benedicto XVI ha reiterado su alegría al constatar que se trata de “los
frutos providenciales del diálogo fraterno y de la cooperación emprendidos en las
pasadas cuatro décadas y señal de segura esperanza para el futuro”.
En este
contexto, refiriéndose a la reciente celebración del cuarenta aniversario del Concilio
Vaticano II, que vio la promulgación del Decreto sobre el Ecumenismo Unitatis Redintegratio,
el Obispo de Roma ha hecho hincapié en la importancia del diálogo entre la Iglesia
católica y las Iglesias Reformadas, que se emprendió poco después de la cumbre conciliar
y que ha dado “una importante contribución al solicitar el trabajo de una reflexión
teológica y de una investigación histórica indispensables para superar las trágicas
divisiones surgidas entre los cristianos en el siglo XVI”.
Una vez más, el
Santo Padre ha puesto de relieve que uno de los resultados del diálogo ha sido mostrar
“significativas áreas de convergencia” y, evocando las palabras del Decreto Unitatis
Redintegratio que afirman que “el auténtico Ecumenismo no se da sin la conversión
interior”, ha recordado las palabras que él mismo pronunció al día siguiente de su
elección pontificia. “Desde el comienzo de mi pontificado manifesté mi convicción
de que la conversión interior es el fundamento de todo progreso en el camino del ecumenismo
(Homilía en la Capilla Sixtina, 20 de abril de 2005). Y recordé el ejemplo de mi Predecesor,
el Papa Juan Pablo II, que destacaba a menudo la necesidad de una ‘purificación de
la memoria’, para que nuestros corazones se abran y reciban la plena verdad de Cristo”.
Tras
mencionar el impulso dado en este sentido por su Predecesor, en ocasión del Gran Jubileo
del Año 2000, Benedicto XVI ha manifestado su satisfacción al conocer que varias Iglesias
Reformadas, miembros de la Alianza Mundial, han emprendido iniciativas semejantes,
“gestos que son ladrillos para construir una relación más profunda que se debe consolidar
en la verdad y en el amor”.