2006-01-06 13:38:33

Petición de paz para Tierra Santa en el discurso del Papa tras visitar el belén de los basureros


Viernes, 6 ene.- “Recemos por la paz en Tierra Santa, para que el Señor les conceda una paz duradera. Qué el Señor ilumine las almas de ese pueblo y les conceda la paz definitiva”. Con estas palabras Benedicto XVI respondía a los periodistas congregados ayer entorno al belén que el Papa visitó, prosiguiendo así con una antigua tradición iniciada por sus antecesores.

Se trata del belén realizado por los Netturbini de Porta Cavalleggeri, es decir, los barrenderos encargados de la limpieza y de la recogida de basura. “Cada año, hasta que le fue posible, el venerado Pontífice Juan Pablo II vino a admirar este pesebre. También yo, prosiguiendo esta bonita tradición, he querido acudir a visitar el pesebre que habéis realizado”, señaló el Papa en un discurso dirigido de corazón, como él mismo matizó, a los miembros de este cuerpo de limpieza.

“Quería, de hecho, expresaros de persona mi gratitud por el trabajo que vosotros, queridos operadores ecológicos, realizáis asegurando la limpieza y el orden en la vasta zona entorno a la Plaza de San Pedro frecuentada por tantos peregrinos y turistas, esta limpieza no es sólo exterior, sino que también expresa una pureza interior que hace que nuestra ciudad sea tan hospitalaria”, exhortó el Santo Padre.

Tras agradecer de “todo corazón” su trabajo el Papa pasó a recordar la tradición de este Belén. El belén de los Netturbini es uno de los más conocidos en la capital italiana, como recordó el Papa. Tiene más de treinta años de historia, ya que fue realizado por primera vez durante la Navidad de 1972, gracias a la colaboración de varios operadores ecológicos, nombre con el que también se le conoce a este cuerpo de limpieza.

Año tras año este belén se ve enriquecido por nuevos elementos, como reconoció el propio Benedicto XVI, que se mantienen fieles al estilo típico de las casas de Palestina en tiempos de Jesús. “Es realmente imponente”, exclamó el Obispo de Roma. Y no es para menos, ya que esta pequeña representación a escala cuenta con 95 casas construidas con piedra de toba y dotadas de puertas y ventanas según el estilo de la época. El Pontífice también se detuvo a observar los detalles: como los pequeños riachuelos, los ríos, acueductos, luces, y calles con adoquines como los que se encuentran por Roma, los llamados “sanpietrini”, y los más de 200 personajes que forman parte de este tradicional belén.

“La visita al pesebre, especialmente esta noche que celebramos la vigilia de la solemnidad de la Epifanía –explicó el Papa- es como ir de peregrinaje a Belén. Pararse a contemplar estas escenas evangélicas se transforma en un estímulo para meditar sobre el misterio central de nuestra salvación: Dios se ha hecho hombre por nosotros; nosotros podemos acogerle en nuestro corazón y experimentar la felicidad de su presencia santificadora”.

“No es suficiente sólo pararse y mirar, sino que hay que hacer más –exclamó el Papa- Es necesario que Jesús se convierta en el centro de toda nuestra existencia. Sí es importante que Él sea la guía de nuestro camino cotidiano y la meta última y definitiva de nuestro peregrinaje terreno”.

Por último el Obispo de Roma felicitó el 2006 a todos los presentes, recordando después una frase de san Agustín que le propio Pontífice ha elegido para estas Navidades: “Despierta hombre: porque por ti Dios se ha hecho hombre”. “Queridos amigos –finalizó en Obispo de Roma- el Señor quiere que estemos vigilantes y atentos, sin dejarnos engatusar por todo aquello que es efímero y pasajero”.








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