2006-01-03 10:50:58

“Profesar la fe cristiana reclama el heroísmo de los mártires incluso allí donde no hay persecución, vivir con coherencia el Evangelio comporta pagar un alto precio”


Lunes, 26 dic (RV).- El Papa Benedicto XVI recordó durante este día, en su alocución antes del rezo del Ángelus en la plaza de san Pedro, la conmemoración del nacimiento al Cielo del primer mártir, san Esteban. “Una unión particular enlaza estas dos fiestas”, explicó el Pontífice señalando que ésta está bien sintetizado en la Liturgia Ambrosiana a través de esta afirmación: “Ayer el Señor ha nacido sobre la tierra para que Esteban naciese al cielo” (Al partir el pan). Como Jesús en la Cruz, se ha confiado completamente al Padre y ha perdonado a sus asesinos, de esta manera Esteban, en el momento de su muerte reza diciendo: “Señor Jesús, acoge mi espíritu”; y añade: “Señor, no les acuses de este pecado”.

“Esteban es un auténtico discípulo de Jesús y un perfecto imitador suyo –señaló Benedicto XVI- Con él inicia el innumerable número de mártires que han sellado la propia fe con la ofrenda de su vida, proclamando su heroico testimonio que Dios se ha hecho hombre para abrir al hombre el Reino de los Cielos. Que no quede fuera de la atmósfera alegre de la Navidad, -prosiguió el Papa- la referencia al martirio de San Esteban”.

De hecho en el pesebre de Belén, se prolonga ya la sombra de la Cruz, se preanuncia la pobreza del establo en donde el Niño gime, la profecía de Simeón sobre el signo de contradicción y sobre la espada destinada a atravesar el alma de la Virgen, la persecución de Herodes que hará necesaria la huida a Egipto. No debe extrañar pues, que un día este niño, ya adulto, pida a sus discípulos que le sigan en el camino de la Cruz con total confianza y fidelidad. Atraídos por su ejemplo y sostenidos por su amor, muchos cristianos, -recordó el Pontífice- ya desde los orígenes de la Iglesia, dieron testimonio de su fe con su sangre.

Y es que, como prosiguió el Obispo de Roma recordando, “a los primeros mártires siguieron otros en el curso de los siglos hasta nuestros días. ¿Cómo no reconocer que también en nuestro tiempo, en varias partes del mundo profesar la fe cristiana reclama el heroísmo de los mártires? ¿Cómo no decir además que por todas partes, incluso allí donde no hay persecución, vivir con coherencia el Evangelio comporta pagar un alto precio?”. Contemplando el Divino Niño entre los brazos de María y siguiendo el ejemplo de san Esteban, pidamos a Dios la gracia de vivir con coherencia nuestra fe dispuestos siempre a responder a cualquiera que nos pregunte la razón de la esperanza que está en nosotros.

Tras el rezo del Ángelus y el responso por los fieles difuntos, Benedicto XVI ha saludado en varias lenguas. Este ha sido su saludo en español: RealAudioMP3 Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española aquí presentes y a cuantos participan en el rezo del Ángelus a través de la radio y la televisión. Que el Misterio del Dios hecho hombre en Belén, que iluminó la vida del primer mártir, San Esteban, cuya fiesta celebramos hoy, alumbre nuestro camino para dar testimonio de amor y paz. ¡Felices fiestas!








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