Balance 2005 de muertes violentas de misioneros católicos en el mundo
Martes, 3 ene (RV).- “Muchos cristianos, ya desde los orígenes de la Iglesia, testimoniaron
su fe con la efusión de sangre. A los primeros mártires siguieron otros a lo largo
de los siglos hasta nuestros días. ¿Cómo no reconocer que también en nuestro tiempo,
en diversas partes del mundo, profesar la fe cristiana requiere el heroísmo de los
mártires? Cómo no afirmar también que por todas partes, aun incluso donde no hay persecución,
vivir con coherencia el Evangelio supone pagar un alto precio?”. Recordando estas
palabras que Benedicto XVI pronunció en el Ángelus del pasado 26 de diciembre, se
ha dado a conocer la lista de las personas que a lo largo del pasado año entregaron
su vida por el Evangelio.
El “Martirologio de la Iglesia contemporánea” ha
sido publicado, como a final de cada año, por la Congregación para la Evangelización
de los Pueblos, y según la información de que dispone, en 2005 se sumaron a la lista
de agentes pastorales de misión y perdieron la vida de forma violenta: un obispo,
20 sacerdotes, dos religiosos, dos religiosas y un laico. Una cifra de muertes que
casi duplica la del año anterior.
Esta lista se refiere no sólo a los
misioneros “ad gentes” en sentido estricto, sino a todo el personal eclesiástico que
sacrificó su vida con conciencia del riesgo que corría, sin abandonar su compromiso
de testimonio y apostolado. La cifra más elevada de víctimas se registró este año
en el continente americano, con la pérdida de ocho sacerdotes, dos religiosas y dos
religiosos.
”Todavía es Colombia, con cuatro sacerdotes y una religiosa
asesinada, la nación donde los conflictos sociales son más agudos y la Iglesia paga
un fuerte tributo por su compromiso al frente de la reconciliación y de la justicia
social en nombre del Evangelio”, observa el dicasterio. Otros dos sacerdotes fueron
asesinados en México: trabajaban en zonas de profunda degradación; «una religiosa
comprometida en la Comisión Pastoral de la tierra junto a los trabajadores del campo,
y otros dos sacerdotes hallaron la muerte en Brasil.
El 27 de octubre, dos
miembros de la Congregación religiosa de Derecho diocesano dedicada a la asistencia
de pobres y marginados, fueron asesinados en Kingston, la capital jamaicana. Por otra
parte, señala el documento vaticano “África fue bañada con la sangre de un obispo,
seis sacerdotes y un laico, hallados asesinados en sus residencias, probablemente
por delincuentes en busca de dinero fácil, o eliminados deliberadamente, con ferocidad
sanguinaria en Kenia, República Democrática del Congo, Congo (Brazzaville) y Nigeria”.
A causa del Evangelio en Asia perdieron la vida igualmente cuatro sacerdotes:
tres en la India y uno en Indonesia. Por su parte Bélgica también fue escenario del
asesinato de un sacerdote, igual que ocurrió en Rusia. Cierra este “martirologio”
difundido el 30 de diciembre por el dicasterio misionero, la muerte violenta, la noche
de Navidad, del sacerdote salesiano Philip Valayam. Fue asesinado tras haber celebrado
la Misa de medianoche, mientras regresaba a su comunidad en Nairobi (Kenya). Algunos
atracadores le dispararon cuando intentaba reaccionar. Originario de la India, era
muy apreciado y conocido.