La Santa Sede exhorta a la OMC a llevar los beneficios de la liberación del comercio
mundial a los países más desfavorecidos
Viernes, 23 dic (RV).- «Un espíritu de solidaridad entre todos los países y pueblos
debe reemplazar la incesante competencia que impulsa a buscar el logro de posiciones
privilegiadas en el comercio internacional». Es la Exhortación de la Santa Sede ante
la sesión plenaria de la VI Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del
Comercio, celebrada en Hong Kong.
En su intervención ante esta cumbre, el Arzobispo
Silvano Tomasi que encabezaba la delegación de la Santa Sede, reiteró que el sistema
de reglas comerciales internacionales debe ser un medio para alcanzar objetivos fundamentales
para el desarrollo integral de cada persona y la reducción de la pobreza. Mons. Tomasi
puso de relieve que el proteccionismo favorece a los sectores privilegiados de la
sociedad y que se debe impulsar un enfoque multilateral. Tutelando siempre relaciones
económicas justas, centradas en la inalienable dignidad humana y en los derechos humanos
fundamentales.
Recordando la importancia de llevar los beneficios de la liberación
del comercio mundial a los países más desfavorecidos, la Santa Sede ha hecho hincapié,
una vez más, en la necesidad de que se impulse el desarrollo integral y de que a las
poblaciones más pobres del mundo se les otorgue la capacitación necesaria para salir
de la pobreza. En este contexto, Mons. Tomasi se refirió al «destino universal de
los bienes de la Tierra» y a la Doctrina Social de la Iglesia.
El prelado recordó
las palabras de Benedicto XVI a los participantes en la Conferencia anual de la FAO.
Palabras con las que el Papa se refería, precisamente, a la cita de Hong Kong y con
las que, refiriéndose en especial a los productos agrícolas, señalaba que «la Santa
Sede confía en que prevalezca un sentido de responsabilidad y solidaridad con los
menos favorecidos, para que se dejen a un lado los intereses locales y la lógica del
poder. No se debe olvidar que la vulnerabilidad de las áreas rurales tiene repercusiones
significativas en la subsistencia de los pequeños agricultores y sus familias, si
se les niega el acceso al mercado».