2005-12-16 16:40:21

III predicación de Adviento: “Justificados por la fe en Cristo”


Viernes, 16 dic (RV).- “Justificados por la fe en Cristo” ha sido el tema de la tercera predicación de Adviento que el padre Cantalamessa ha dirigido en la capilla Redemptoris Mater del Vaticano ante la presencia del Papa y de la Familia Pontificia.

El predicador de la casa Pontificia aludiendo a la carta de san Pablo a los Romanos ha afirmado que anunciar la justificación gratuita mediante la fe en Cristo es el corazón de una predicación adecuada, más bien, para suscitar la fe allí donde no la hay todavía o donde está muerta. Por desgracia, ha observado el padre Cantalamessa, esta predicación “está hoy prácticamente ausente” en la Iglesia. Sin embargo, es fundamental saber, como escribe san Pablo, que Dios “nos ha salvado, no en virtud de obras de justicia realizadas por nosotros, sino por su misericordia”. “En eso, según mi parecer, ha señalado el predicador, se encuentra la novedad del Cristianismo.

Toda religión traza al hombre un camino de salvación mediante normas ascéticas o especulaciones intelectuales, prometiéndole como premio final la salvación o la iluminación, pero dejándole substancialmente solo para realizar este camino. Da ejemplo, pero no la fuerza. El cristianismo, en cambio, no comienza con aquello que el hombre tiene que hacer para salvarse, sino aquello que Dios ha hecho para salvarle. El orden ha sido cambiado, ha dicho el religioso capuchino.

Convertirse ha proseguido el predicador, no tiene un significado principalmente moral. La primera conversión consiste en creer: y a través de esta fe nos apropiamos de aquello que es de Cristo: “mi mérito decía san Bernardo es la Misericordia de Dios”. Todo ello debe convertirse para el creyente “en experiencia vivida, consoladora y reveladora”. Y nosotros católicos -ha dicho el padre Cantalamessa- tenemos “una ventaja enorme: los sacramentos, en particular el sacramento de la reconciliación”. En la confesión “Cristo toma sobre sí mis pecados y yo tomo sobre mí su justicia”.

El padre Cantalamessa ha recordado el acuerdo de 1999 entre católicos y luteranos sobre la doctrina de la Justificación, pero más allá de las reflexiones sobre la salvación a través de la fe o de las obras, ha hecho referencia a la experiencia de san Pablo: “para Pablo el centro de todo no es una doctrina, (incluso la de la justificación mediante la fe): es una persona, Cristo.

La unión mística con Cristo mediante la participación en su Espíritu, aquello que el llama “el vivir en Cristo”: “el vivir en el Espíritu”, este es para Pablo la meta final de la vida cristiana! Aquello que él más quiere afirmar no es que estemos justificados por la fe, estamos justificados por la fe en Cristo. No es que estemos justificados por la Gracia, estamos justificados por la Gracia de Cristo. Es Cristo el corazón del mensaje antes que la Gracia y la Fe.







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