2005-12-05 15:01:42

Reflexiones en familia


Viernes, 2 dic (RV).- En diversos programas hemos hablado de las relaciones de pareja, y las dificultades que la falta de comunicación o claridad en los mensajes introducen a las relaciones fluidas y positivas.

Antonio Y Margarita son una pareja que llevan 12 años de matrimonio, que luego de ciertas dificultades económicas, empezaron a distanciarse. Aunque la queja inicial era falta de comunicación y que no se llevaban bien, escarbando en lo profundo encontramos otras cosas que afectaban la relación.

Esta pareja tenía 4 hijos y mientras los muchachos eran pequeños, ciertos aspectos pasaron desapercibidos con las mil obligaciones de la crianza. Un punto fuerte de esta pareja en un principio había sido su buena comunicación y entendimiento, aspecto central que ahora se estaba deteriorando.

Margarita sentía que Antonio no le prestaba atención, que sus problemas ya no eran del mayor interés de su esposo, no encontraba elementos de comunicación efectivos para Antonio. Ya no encontraban tiempo para compartir, alejados de las tareas domésticas o de las actividades cotidianas con los hijos. Antonio, por su parte, se sentía agotado y desmotivado, encerrado en un circulo vicioso que pasaba entre el trabajo y la casa, pero siempre en los asuntos más cotidianos y domésticos. Había perdido toda motivación.

Por suerte, ambos estaban conscientes de lo importante que era la relación de pareja, de lo mucho que se amaban –pese a la rutina y la distancia y eso los motivaba a buscar salidas para salvar la relación.

Esta pareja, convencidos del propósito de salir adelante y salvar su matrimonio, empezaron a hacer cambios, por ejemplo, dejar tiempo para ellos, y hacer actividades sencillas pero significativas. Curiosamente, los hijos empezaron a resentir el nuevo tiempo requerido por la pareja, pero se adaptaron pronto, y los padres les dieron a sus hijos el gran regalo del ejemplo de un matrimonio vivo.

Y trabajaron y buscaron soluciones no sólo a nivel de su comunicación y sus rutinas, sino también en su relación intima, cuando Antonio empezó a escuchar lo que deseaba su esposa, y cuando exploraron juntos cómo enfatizar la sensualidad, su relación íntima floreció. La pareja empezó a hacer cambios para acomodar el deseo de la esposa de realizarse individualmente, y hubo tiempo para que ella reanudara sus estudios.

Otro punto importante es darse cuenta de que dónde hay amor o afecto intenso, hay lugar para el enojo o el resentimiento. Esta dualidad es real, y cuando se ignora, la pareja puede disimular sus resentimientos, lo que va quitando vida a la relación.

Darse espacio para sentir dolor, sentirse resentido, ofendido es importante, porque ello nos permite reconocer que somos humanos, imperfectos, pero buscando soluciones a esas diferencias, buscando las mejores maneras para convivir en medio de las diferencias.

Enfrentar los problemas con buena voluntad, buscando soluciones mutuas, entendiendo a la otra parte, mejora la relación de varias maneras: se sienten más ligeros, y libres, lo que aumenta la satisfacción personal, que incluye obviamente una mejor comunicación y entendimiento.
Un bienestar, que sin duda repercute completamente en el ambiente familiar, pues genera confianza y seguridad a todos sus miembros, además de la comprensión y armonía.

Textos: Alma García
Locución: Alina Tufani Díaz








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