Ante los horrores perpetrados en Darfur, Benedicto XVII suma su voz a los que sufren
y apremia a la comunidad internacional para garantizar la seguridad y los derechos
humanos fundamentales
Lunes, 28 nov (RV). Asegurando sus oraciones y su profunda preocupación por el desarrollo
pacífico de la vida civil y eclesial en Sudán, Benedicto XVI ha recibido cordialmente
esta mañana a una delegación de este país africano, encabezada por el Arzobispo de
Jartum, Card. Gabriel Zubei Wako.
Exhortando a los católicos a impulsar todas
las iniciativas que sean necesarias para que se cumpla “la presencia sanadora de Cristo”
en todos los sudaneses, el Papa ha evocado los numerosos llamamientos de su predecesor
a la comunidad internacional y se ha sumado, él mismo, al clamor de los que sufren
en Darfur, asegurando que la Santa Sede seguirá actuando sin cesar en favor de los
derechos humanos.
“El horror de los sucesos perpetrados en Darfur, a los que
mi amado predecesor el Papa Juan Pablo II se refirió en numerosas ocasiones, señala
la necesidad de firmes acciones internacionales para garantizar la seguridad y los
derechos humanos fundamentales. Hoy, yo sumo mi voz al clamor de los que sufren y
aseguro que la Santa Sede, junto con el Nuncio apostólico en Jartum, seguirá haciendo
todo lo posible para que finalice el ciclo de violencia y de miseria. Queridos amigos,
sobre vosotros y sobre todo vuestro pueblo ¡invoco las bendiciones divinas de sabiduría,
fortaleza y paz”, ha dicho el Pontífice.
Tras señalar que el cese de la guerra
civil y la promulgación de una nueva constitución han hecho nacer la esperanza en
el sufrido pueblo sudanés, el Papa se ha referido a los escollos que intentan detener
el camino de la reconciliación, como la trágica muerte del vicepresidente John Garang,
ocurrida el pasado mes de agosto al estrellarse el avión en el que viajaba el mandatario
sudanés.
Benedicto XVI ha destacado asimismo que en estos momentos la Iglesia
tiene “una oportunidad sin precedentes e incluso el deber de contribuir significativamente
en favor del proceso de reconciliación y de reconstrucción nacional”, pues a pesar
de ser una minoría, “los católicos tienen mucho que ofrecer por medio del diálogo
interreligioso así como a través de su aportación en la gran necesidad de servicios
sociales” que tiene Sudán.
Cerca de dos millones, de los seis millones de habitantes
de Darfur, han tenido que abandonar sus hogares por la violencia que ensangrienta
esta región sudanesa desde hace más de un año. Según las informaciones internacionales,
entre 180 mil y 300 mil –la mayoría civiles indefensos- son las personas que han muerto.
Precisamente, la Cruz Roja Internacional ponía en alerta, la semana pasada, contra
la reanudación de los enfrentamientos.