2005-11-06 12:51:09

Ángelus: “Escuchar la Palabra de Dios y proclamarla con valentía, para que todo el mundo crea, creyendo espere y esperando ame"


Domingo, 6 nov (RV).- En esta lluviosa mañana de noviembre, Benedicto XVI ha recordado, durante su alocución previa al Ángelus, el 40º aniversario de la Constitución dogmática “Dei Verbum” sobre la divina revelación, proclamada el 18 de noviembre de 1965 durante el Concilio Vaticano II. “Dicho documento –ha señalado el Pontífice desde la ventana de su estudio privado en el Vaticano- constituye uno de los pilares del edificio conciliar”, ya que en él se habla, por un lado, sobre la Revelación y su transmisión, y por otro, sobre la inspiración y la interpretación de las Sagradas Escrituras y su importancia fundamental para la vida de la Iglesia.

Ante los fieles congregados a pesar de la lluvia en la Plaza de San Pedro, el Papa ha recordado cuán importante es el mensaje que se transmite a través de la Constitución Dogmática sobre la Divina Revelación, donde se insta a poner a Cristo en el centro “como mediador y plenitud de toda revelación” (cfr n.2). “De hecho el Señor Jesús, Verbo hecho carne, muerto y resucitado –ha explicado el Santo Padre- ha hecho posible que se cumpliera la obra de la salvación, realizada a través de gestos y palabras, y ha manifestado plenamente el rostro y la voluntad de Dios, de modo que hasta su vuelta gloriosa, no es de esperar ninguna nueva revelación pública (cfr n.3)”.

Este importante mensaje es el que transmitieron los Apóstoles y sus sucesores, los Obispos, así como el antiguo y el nuevo Testamento, “cuya comprensión da a conocer la Iglesia bajo la ayuda del Espíritu Santo”, ha proseguido el Santo Padre, poniendo de relieve que Dios “sigue hablando a los Patriarcas, a los Profetas y a la Iglesia, a través de esta Sagrada Tradición, llegando de este modo al mundo”.

La Iglesia no vive de si misma, sino del Evangelio, y del Evangelio extrae orientaciones para seguir su camino. La Constitución Conciliar “Dei Verbum” ha impreso un fuerte impulso en la valoración de la Palabra de Dios, de la que deriva una profunda renovación de la vida de la Comunidad eclesial, sobre todo en la predicación, en la catequesis, en la teología, en la espiritualidad y en las relaciones ecuménicas. De hecho es la Palabra de Dios que, por acción del Espíritu Santo, guía a los creyentes hacia la plenitud de la verdad (cfr Jn 16,13).

Entre los frutos de esta primavera bíblica, Benedicto XVI ha señalado con especial cariño la difusión de la antigua práctica de la “lectio divina”, o lectura espiritual de la Sagrada Escritura, que consiste en el quedarse largo tiempo leyendo y volviendo a leer un texto bíblico, como si tuviéramos que “rumiarlo”, ha explicado el Papa, extrayendo de él todo su “jugo”. La condición de la “lectio divina” es que la mente y el corazón estén iluminados por el Espíritu Santo, es decir, del mismo Inspirador de las Escrituras, y se pongan, por este motivo, en actitud de religiosa escucha”, ha proclamado el Obispo de Roma, orando para que, “como María, la Iglesia sea dócil sierva de la Divina Palabra y la proclame siempre con seguridad, de modo que todo el mundo la escuche y crea, creyendo espere, esperando ame (cfr n.1)”.

Y tras el rezo mariano del Ángelus y el responso por los fieles difuntos, Benedicto XVI ha saludado en varias lenguas a los estoicos fieles que a pesar de la intensa lluvia caída esta mañana en Roma han acudido a la Plaza de San Pedro. Estas han sido sus palabras en español: RealAudioMP3 “Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, especialmente a la “Escuela de Padres” de Cartagena. Al conmemorar el cuarenta aniversario de la Constitución Dogmática “Dei Verbum”, del Concilio Vaticano Segundo, sobre la divina revelación, os exhorto a escuchar devotamente la Palabra de Dios y a proclamarla con valentía, para que todo el mundo crea, creyendo espere y esperando ame. ¡Feliz domingo!”








All the contents on this site are copyrighted ©.