La Iglesia tiene que anunciar la verdad del Evangelio sin ambigüedad para derrotar
el difundido secularismo en Europa
Sábado, 5 nov (RV).- Una Iglesia sin ambigüedad cuando anuncie la verdad del Evangelio,
aunque sea incómoda, para derrotar el secularismo difundido en Europa. Benedicto XVI
ha dirigido hoy un mensaje a los obispos de la Conferencia Episcopal de Austria, al
final de su visita ad limina, en el que pide un testimonio “claro, público y valiente”
que relance el espíritu misionero de la Iglesia local.
La secularización, es
un punto “doloroso” de nuestros tiempos: un mal que Benedicto XVI no ceja de combatir
exhortando a la Iglesia a mantener la valentía de sus antiguas enseñanzas. “El proceso
de secularización, que vive Europa”, no se ha detenido a las puertas de la iglesia
católica en Austria” ha observado el Papa, señalando que es la causa por la cual “en
muchos fieles desaparece la identificación con el magisterio de la Iglesia”, se diluye
“la conciencia de la fe”, y disminuye “también el respeto de los mandamientos de Dios”.
Desde este escueto análisis, el Pontífice orienta el trabajo pastoral de los obispos
austriacos.
Aquello que no sirve, afirma con claridad, es un exceso de medida
para el anuncio evangélico que disminuye la dimensión del mensaje de Jesús. “Es verdad
que nosotros obispos tenemos que actuar con prudencia – ha reconocido Benedicto XVI
– pero esta prudencia no debe entretener la exposición de la palabra de Dios con toda
claridad – también los puntos que generalmente se escuchan con cierto rechazo o que
provocan siempre reacciones de protesta, incluso a veces escarnio”.
En el campo
de la verdad de la fe y en particular en el campo de la moral, ha proseguido el Papa,
existen temas que “no están bastante presentes en la catequesis y en la predicación
de vuestras diócesis, de los cuales no se habla lo suficiente o sin equívocos en la
pastoral juvenil. Posiblemente, ha objetado el Pontífice – los responsables de la
predicación temen que los fieles pueden retirarse cuando se habla claro. Sin embargo
la experiencia demuestra siempre que es precisamente al contrario. No os hagáis ilusiones.
Una catequesis católica propuesta de manera mutilada es una contradicción en sí misma”.
El Papa ha reconocido también lo bueno que se ha producido en el ámbito local y universal
de la Iglesia. Desde la “vivacidad” a la “frescura” misionera, de la XX Jornada mundial
de la juventud de Colonia al Katholikentag.
El testimonio claro, público y
valiente de los obispos debe estar acompañado por medidas que, a primera vista parecen
insignificantes y poco visibles en público”, ha añadido Benedicto XVI, por lo cual
“muchas veces las decisiones del gobierno ordinario” de la Iglesia son las que mejoran
significativamente la situación de la gente. Tanto cuando se trata de la frecuencia
en la misa dominical o del sacramento de la penitencia, “¡cuán decisivos – ha exclamado
– son el ejemplo y la palabra convincente!”
Al enumerar los “múltiples hechos
positivos de la vida eclesial”, como la “buena colaboración entre el Estado y la Iglesia”,
o “la abundancia de las riquezas culturales” del País, Benedicto XVI ha sugerido profundizar
“en todos estos dones” de Dios, pero sin contentarse “con una religiosidad exterior”.
A Dios – ha concluido – no le basta que su pueblo le alabe de palabra. Dios quiere
nuestro corazón”.