La ONU designa el 27 de enero como Jornada de conmemoración del Holocausto
Jueves, 3 nov (RV).- La designación del 27 de enero como Jornada de conmemoración
del Holocausto por parte de la ONU y la situación de los refugiados palestinos, son
los temas de sendas intervenciones del observador permanente de la Santa Sede ante
Naciones Unidas.
El Observador permanente de la Santa Sede en la ONU, el arzobispo
Celestino Migliore ha celebrado la decisión de las Naciones Unidas de señalar el 27
de enero de cada año como la Jornada de conmemoración del Holocausto. Y ha manifestado,
en este sentido, su deseo de que “en cada Estado sea preservada la memoria del Holocausto
como un compromiso para evitar tal horror a las futuras generaciones”.
En su
intervención ante la Asamblea General del pasado martes Mons. Migliore expresó su
esperanza en que “el Holocausto nos sirva de advertencia para impedir el nacimiento
de ideologías que justifiquen el desprecio de la dignidad humana en base a la raza,
el color de la piel, la lengua o la religión”. El arzobispo subrayó también que “no
obstante el horror del Holocausto, el siglo pasado ha sido testigo de genocidios,
limpiezas étnicas y asesinatos en masa. Es necesario reforzar nuestro compromiso para
que las naciones del mundo sean capaces de reconocerlo e impedir que suceda en el
futuro.
Ese mismo día el arzobispo se refirió a situación de los refugiados
palestinos y reafirmó la necesidad de la coexistencia de dos estados soberanos para
alcanzar la paz entre israelíes y palestinos. En su intervención ante la agencia de
la ONU para los refugiados palestinos, mons. Celestino Migliore puso énfasis sobre
las crecientes dificultades entre las que viven los palestinos de fe cristiana, observados
con recelo por sus mismos vecinos y constreñidos a vivir en una condición de aislamiento.
El prelado criticó además la construcción del muro de seguridad israelí y
expresó su preocupación por las consecuencias que acarreará sobre la vida de los palestinos.
“La Santa Sede -subrayó en este contexto- reconoce el derecho de cada pueblo de vivir
en paz y seguridad, pero también está convencida de que Tierra Santa tiene más necesidad
de puentes que de muros”.
Tras insistir en la necesidad de dos estados, uno
al lado del otro, que se respeten recíprocamente, mons. Migliore lamentó el alto número
de víctimas inocentes y reafirmó que “sólo a través de una paz duradera y negociada
serán legitimadas las aspiraciones de todos los pueblos de Tierra Santa. Negociaciones
que puedan resolver también la cuestión del estatus de la ciudad santa de Jerusalén”.
El prelado concluyó con la esperanza de Benedicto XVI para que Jerusalén pueda ser
algún día la casa de la armonía y la paz para todos los creyentes.