2005-10-29 19:24:32

Beatificación de 8 mártires de la guerra civil española, ejemplos vivos de identidad sacerdotal y de consagración religiosa, testigos heroicos de la fe


Sábado, 29 oct (RV).- Esta tarde han sido beatificados en San Pedro Josep Tápies y seis compañeros sacerdotes y María de los Ángeles Ginard Martí, 8 mártires de la guerra civil española. Una ceremonia presidida por el cardenal José Saraiva Martins y en la que también ha participado el Santo Padre al final con una intervención en español en la que ha rendido homenaje a los 8 nuevos beatos. RealAudioMP3

Queridos hermanos y hermanas:

 
Al final de esta celebración eucarística, durante la cual se ha beatificado a los mártires Josep Tàpies y seis compañeros sacerdotes, y a la también mártir María de los Ángeles Ginard Martí, me es grato unirme a todos vosotros que habéis venido de diversas partes para rendirles homenaje. Saludo con afecto a mis Hermanos Obispos, a las distinguidas autoridades, así como a los sacerdotes, religiosos, religiosas y fieles aquí presentes.
El ejemplar grupo de sacerdotes de la diócesis de Urgell inmolaron su vida durante la persecución religiosa en España por su fidelidad al ministerio sacerdotal, que ejercieron con gran entrega en las comunidades parroquiales que tenían encomendadas. Dando testimonio de su condición sacerdotal y, perdonando a sus perseguidores, dieron su vida invocando al Rey del Universo.

 
Que ells intercedeixin per la diòcesi d’Urgell i les altres diócesis espanyoles, per les vocacions sacerdotals i religioses, i per el creixement de tots els fidels en les virtuts cristianes.

 
La nueva Beata, nacida en la diócesis de Mallorca y perteneciente a las Hermanas Celadoras del Culto Eucarístico, sufrió el martirio en Madrid durante la misma persecución. Entregada totalmente al Señor en la vida religiosa, dedicaba largas horas a la adoración del Santísimo Sacramento, sin descuidar su servicio a la comunidad. Así se fue preparando para ofrecer su vida como expresión suprema de amor a Cristo.

Estos nuevos Beatos son para todos nosotros un ejemplo vivo de identidad sacerdotal y de consagración religiosa. Demos gracias a Dios por el gran don de estos testigos heroicos de la fe. ¡Beatos Josep Tàpies y compañeros, y beata María de los Ángeles, rogad por las comunidades eclesiales de Urgell, de Madrid, de Mallorca, y de toda España! Amén

El cardenal Saraiva, en su homilía, que ha pronunciado en italiano y español, ha reflexionado sobre la página evangélica y la Liturgia de la Palabra de este domingo. En ellas Jesús intenta atacar al fariseísmo como una enfermedad del espíritu, que puede agredir a hombres e instituciones, de todos los tiempos.

El purpurado ha criticado “el cuadro negativo de una religiosidad vacía, formalista, caracterizada por un legalismo cruel, dominada por hombres ávidos de poder, de honores y éxitos” y como a esta situación Jesús contrapone la visión de una comunidad radicalmente diferente. Este cuadro, como ha descrito el cardenal Saraiva es el de una comunidad en la que la grandeza es proporcional a la humildad y donde se avanza, se asciende, gracias a la caridad.

La elección de esta página evangélica ha estado motivada como explicación de la dificultad que presenta el camino que tiene que recorrer cada discípulo de Cristo para que sea inscrito en el libro de los beatos. Frente a los escribas y fariseos, especializados en las Sagradas Escrituras y frecuentadores asiduos del Templo, pero con corazones fríos, helados, los santos, incluidos los nuevos 8 beatos de hoy, son exigentes consigo mismos, pero comprensivos con los demás, intentando perdonar siempre. RealAudioMP3


Los siete mártires sacerdotes de la diócesis de Urgell, José Tapies Sirvant, Pascual Araguás, Silestre Arnau Pascuet, José Boher Foix, Francisco Castells Brenuy, Pedro Martret Moles y José Juan Perot Juanmartí, que hoy son declarados beatos, no sólo no han traicionado al Señor sino que, al contrario, durante su vida han difundido sin descanso el Reino de Dios. Desempeñaron el ministerio de párrocos o sacerdotes dedicados a la pastoral en la parroquia de Pobla de Segur y lugares vecinos, entregándose por completo a la tarea de evangelización y procurando celosamente la santificación de las personas que se les habían encomendado. Supieron coronar su fidelidad a Jesucristo, hasta derramar por Él su sangre, cuando, aquel, 13 de agosto de 1936, en la hora suprema, en fila ante el pelotón de ejecución, todos a una aclamaron a Dios con el grito de ¡Viva Cristo Rey!

Pocos días después, también Sor Ángela María de los Ángeles Ginard Martí, de la Congregación de Religiosas Celadoras del Culto Eucarístico, puso el remate a su consagración a Jesucristo ofreciendo su vida, segada por las balas, en la Dehesa de la Villa, cerca de Madrid. La beata María de los Ángeles fue una religiosa ejemplar, destacando entre sus muchas virtudes el amor a la Santísima Eucaristía y al Rosario, así como su particular devoción a los primeros cristianos, cuyo martirio veneraba.

La Iglesia responde hoy a esa invitación de no olvidar nunca a los testigos de la fe cristiana –los mártires, especialmente los del pasado siglo– proponiendo el ejemplo de personas como José Tapies Sirvant y sus seis compañeros, sacerdotes seculares, y de María de los Ángeles Ginard Martí, religiosa, colocándoles en el candelero, para que den luz a toda la casa (cfr. Mt 5,15). En el seno de la Iglesia, que está constituida por hombres, no faltan los pecadores, sobre todo cuando no se vive el precepto de la caridad, que es esencial y es el primero para un cristiano. De este modo se produce un antitestimonio de Jesucristo. RealAudioMP3

Los mártires no dudaron en dar su vida por la fe en momentos de persecución sangrienta. ¿Qué mensaje transmiten a los cristianos de hoy, en nuestra existencia diaria? Nos recuerdan que hemos de vivir a fondo nuestra fe, no sólo en lo personal y privado, sino también en nuestra actuación responsable en la sociedad, en la que nos incumbe el deber de promover y tutelar eficazmente aquellos valores que están en la raíz misma de una convivencia basada en la justicia, como son la vida, la familia y el derecho irrenunciable de los padres a la educación de los hijos.

Los mártires son los imitadores más auténticos de Cristo en su pasión y en su muerte. Esta es la razón por la que la Iglesia siempre ha visito en ellos los verdaderos discípulos de Jesús, ha honrado su memoria y en todos los tiempos los ha propuesto a los cristianos como modelos a imitar.







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