2005-10-23 14:30:36

“Amor y entrega total a la voluntad de Dios”, características del nuevo santo Alberto Hurtado Cruchaga


Domingo, 23 oct (RV).- “Hermanos y hermanas al final de la Asamblea Sinodal, concluimos con esta celebración dominical el Año de la Eucaristía, con el deseo y el esfuerzo común de que ésta sea siempre cumbre y fuente de la vida y misión de la Iglesia”. Con estas palabras Benedicto XVI ha iniciado la solemne concelebración Eucarística que ha presidido y en la que han concelebrado los Padres Sinodales ante más de cien mil fieles y peregrinos presentes en la Plaza de San Pedro, entre los cuales se encontraban más de diez mil chilenos.

“Hoy tengo la alegría de presidir, por vez primera, el rito de canonización”, ha proclamado el Pontífice recordando a los cinco nuevos Santos: José Bilczewski, Gaetano Catanoso, Segismundo Gorazdowski, Albero Hurtado Cruchaga y Félix de Nicosia. Seguidamente ha tenido lugar el rito de beatificación: “En honor de la Santísima Trinidad, para exaltación de la fe católica y crecimiento de la vida cristiana, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo y la Nuestra, después de haber reflexionado largamente, invocada muchas veces la ayuda divina y oído el parecer de numerosos hermanos en el episcopado, declaramos y definimos Santos a los Beatos José Bilczewski, Caetano Catanoso, Segismundo Gorazdowski, Albero Hurtado Cruchaga y Félix de Nicosia y los inscribimos en el Catálogo de los Santos, y establecemos que en toda la Iglesia sean devotamente honrados entre los Santos. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”.

Y tras la Liturgia de la Palabra, Benedicto XVI ha pronunciado la homilía en la que ha reflexionado sobre los textos de las lecturas de hoy, dando gracias y poniendo de relieve los elementos que han enriquecido la liturgia de este domingo, como son: la conclusión, al mismo tiempo del Año de la Eucaristía y la Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos, dedicado a la Eucaristía; la proclamación de cinco nuevos santos; y la Jornada Mundial de las Misiones. Después de saludar a los presentes, ha manifestado que hoy la liturgia "nos ha invitado a contemplar la Eucaristía como fuente de santidad y alimento espiritual para nuestra misión en el mundo", éste supremo “don y misterio” manifiesta y comunica la plenitud del amor de Dios, ha señalado el Obispo de Roma.

“La Palabra del Señor, que ha resonado hace unos instantes en el Evangelio -ha dicho el Papa- nos ha recordado que en el amor se resume toda la ley divina. El doble mandamiento del amor de Dios y del prójimo encierra los dos aspectos de un único dinamismo del corazón y de la vida -ha proseguido el Pontífice, añadiendo que- en la Eucaristía nosotros contemplamos el Sacramento de esta síntesis viviente de la ley, desde cuya perspectiva hoy la Iglesia da a conocer a todos sus miembros cinco nuevos Santos que, alimentados por Cristo Pan vivo, se convirtieron al amor y en él han basado toda su existencia”.

Del obispo, san José Bilczewski, Benedicto XVI ha dicho que fue un hombre de oración que pasaba bastante tiempo dedicado a la adoración Eucarística. Asimismo san Segismundo Gorazdowski, presbítero, fundador de las Religiosas de San José, se hizo famoso por su devoción basada en la celebración y en la adoración Eucarística. Estos dos santos nacieron en Polonia, pero desarrollaron su ministerio pastoral en Ucrania. Del nuevo Santo Jesuita, el chileno San Alberto Hurtado Cruchaga, Benedicto XVI ha manifestado: RealAudioMP3 “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón... y a tu prójimo como a ti mismo” (Mt 22,37.39). Éste sería el programa de vida de San Alberto Hurtado, que quiso identificarse con el Señor y amar con su mismo amor a los pobres. La formación recibida en la Compañía de Jesús, consolidada por la oración y la adoración de la Eucaristía, le llevó a dejarse conquistar por Cristo, siendo un verdadero contemplativo en la acción. En el amor y entrega total a la voluntad de Dios encontraba la fuerza para el apostolado. Fundó El Hogar de Cristo para los más necesitados y los sin techo, ofreciéndoles un ambiente familiar lleno de calor humano. En su ministerio sacerdotal destacaba por su sencillez y disponibilidad hacia los demás, siendo una imagen viva del Maestro, “manso y humilde de corazón”. Al final de sus días, entre los fuertes dolores de la enfermedad, aún tenía fuerzas para repetir: “Contento, Señor, contento”, expresando así la alegría con la que siempre vivió.

Del fundador de las Verónicas de la Santa Faz, el italiano San Gaetano Catanoso, Benedicto XVI ha subrayado que la Misa cotidiana y la adoración frecuente del Sacramento del altar fueron el alma de su sacerdocio, y del asimismo italiano, el capuchino San Félix de Nicosia, el Papa ha recordado que fue gradualmente modelado por el amor de Dios, vivido y actualizado en el amor al prójimo.

Seguidamente el Pontífice ha manifestado que, después de haber estado junto a los Padres Sinodales durante tres semanas, en un clima de renovado fervor eucarístico ha enviado, en nombre de todo el Episcopado un fraternal saludo a los Obispos de la Iglesia en China: “Con gran pena, hemos sentido la falta de sus representantes. Quiero también asegurarles a todos los prelados chinos que, con la oración, estamos junto a ellos, a sus sacerdotes y a sus fieles. El sufrido camino de las comunidades, confiadas a su cuidado pastoral, está presente en nuestro corazón. Este trabajo no quedará sin dar fruto, porque es una participación en el Misterio pascual, para gloria del Padre”.

Después el Santo Padre ha manifestado que los trabajos del Sínodo han permitido profundizar en los aspectos salientes de este misterio dado a la Iglesia desde el principio. La contemplación de la Eucaristía debe animar a todos los miembros de la Iglesia, en primer lugar a los sacerdotes, ministros de la Eucaristía, a reavivar su compromiso de fidelidad. Sobre el misterio Eucarístico, celebrado y adorado, se funda el celibato que los presbíteros han recibido como don precioso y signo del amor indivisible hacia Dios y hacia el prójimo. También para los laicos la espiritualidad Eucarística debe ser el motor interior de cada actividad y ninguna dicotomía es admisible entre la fe y la vida en su misión de animación cristiana del mundo.

Antes de concluir la homilía Benedicto XVI ha dado gracias a Dios por los tantos dones que ha concedido a la Iglesia durante el Año de la Eucaristía, y ha querido retomar la invitación hecha por el amado Papa Juan Pablo II, de “partir desde Cristo”, como los discípulos de Emaús. En esta perspectiva Eucarística se ubica la Jornada Mundial de las Misiones, a la que el venerado Siervo de Dios Juan Pablo II había dado como tema de reflexión: “Misión: Pan partido para la vida del mundo”. "La Eucaristía impulsa al cristiano a ser “pan partido” para los demás, a comprometernos por un mundo más justo y más fraterno -ha finalizado el Papa- todos debemos partir desde la Eucaristía. Que María, Mujer Eucarística, nos ayude a estar enamorados; que nos ayude a “permanecer” en el amor de Cristo, para ser por Él íntimamente renovados".







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