Ángelus: “La acción misionera y evangelizadora es la difusión apostólica del amor
que se encuentra concentrado en el Santísimo Sacramento”
Domingo, 23 oct (RV).- A través de la celebración Eucarística en la Plaza de San Pedro,
se ha puesto punto y final a la Asamblea del Sínodo de los Obispos, al mismo tiempo
que se concluye el año dedicado a la Eucaristía, iniciado en octubre de 2004 por Juan
Pablo II, promotor de esta iniciativa. Tras estas ceremonias, Benedicto XVI ha dirigido
–a mediodía- el rezo mariano del Ángelus, en cuya alocución previa ha agradecido el
trabajo realizado por los padres sinodales, anunciado que las reflexiones, los testimonios,
las experiencias, y las propuestas, ya han sido recogidos con el fin de elaborar una
Exhortación post-sinodal.
Dicho documento, ha señalado el Pontífice, tendrá
en cuenta “las diferentes realidades del mundo, delineando el rostro de la Comunidad
‘católica’, para que, en la pluralidad de culturas, viva unido el misterio central
de la fe: la Encarnación redentora, de la que la Eucaristía es la presencia viva”.
Asimismo el Santo Padre ha mostrado su felicidad por haber podido proclamar cinco
nuevos santos esta misma mañana, recordando la labor realizada por cada uno de ellos.
“Cada
uno de estos discípulos de Jesús ha sido formado interiormente a través de la acogida
de Su divina presencia, celebrada y adorada en la Eucaristía –ha subrayado el Obispo
de Roma- Además, -ha proseguido- cada uno de ellos ha nutrido, de diferentes maneras,
una devoción tierna y filial hacia María, la Madre de Cristo. Estos nuevos santos,
que contemplamos en la gloria celeste, nos invitan a recurrir en cualquier circunstancia,
a la materna protección de la Virgen, para avanzar cada vez más en el camino de la
perfección evangélica, sostenidos por la constante unión con el Señor, realmente presente
en el sacramento de la Eucaristía”.
Para Benedicto XVI es de vital importancia
la unión que se produce entre la misión de la Iglesia y la Eucaristía, sobre todo
en un día como hoy, en el que se celebra la Jornada Mundial de las Misiones que sirve
–como ha explicado el Papa- para recordar que “la acción misionera y evangelizadora
es la difusión apostólica del amor que se encuentra concentrado en el Santísimo Sacramento”.
De este modo, el Pontífice, ha invitado a cada cristiano a vivir la vocación para
la que está llamado, es decir, ser “pan partido para la vida del mundo”. Asimismo
el Pontífice ha señalado que “quien acoge a Cristo en la realidad de su Cuerpo y Sangre
no puede tener para si este don, sino que se ve empujado a compartirlo, siendo un
valiente testigo del Evangelio al servicio de los hermanos que se encuentran en dificultad,
y perdonando las ofensas. Además, para algunos, la Eucaristía es la semilla de una
llamada específica a dejar todo para ir a anunciar a Cristo a quienes todavía no lo
conocen”.
Por último, el Santo Padre ha confiado a María los frutos espirituales
del Sínodo y del Año de la Eucaristía, que “sea Ella –ha exhortado el Papa- quien
vele por el camino de la Iglesia y que nos enseñe a crecer en la comunión con el Señor
Jesús para ser testigos de su amor, en el cual está el secreto de la felicidad”.
Y
tras el rezo mariano del Ángelus, y el responso por los fieles difuntos, Benedicto
XVI ha saludado en varias lenguas, dirigiéndose especialmente a los peregrinos venidos
de los países de origen de los nuevos santos. Estas han sido sus palabras en español.
Saludo cordialmente
a los peregrinos de lengua española que participan en el rezo del Ángelus, en particular
a mis Hermanos Obispos de Chile, al Señor Presidente de la República y altas Autoridades,
así como a los numerosos chilenos que han venido para la canonización del Padre Alberto
Hurtado. Que el ejemplo del nuevo Santo sea un estímulo para los católicos chilenos
y también para los otros Países de América Latina a ser portadores de la luz de Cristo
en la sociedad actual. ¡Feliz fiesta para todos!