Encuentro de Benedicto XVI con 100.000 niños de la Primera Comunión en la Plaza de
San Pedro: “La ausencia de Jesús es una laguna destructiva”
Sábado, 15 oct (RV).- “La ausencia de Jesús es una laguna destructiva”. Con estas
palabras Benedicto XVI ha explicado esta tarde a los más de cien mil niños reunidos
en la Plaza de San Pedro el significado de una vida sin Jesús y ha recordado cómo
en "los países donde el ateísmo gobernaba" las almas y la misma tierra fueron destruidas.
El encuentro del Papa con los más de 100 mil niños que abarrotaban la Plaza de San
Pedro se ha desarrollado en un ambiente festivo, colorido y plagado de cantos. Muchos
eran los niños que esperaban ilusionados al Papa, y el primero que se ha dirigido
al Santo Padre, Manuele, ha contado a Benedicto XVI que eran muchos los chicos que
venían de las parroquias de Roma, del Lazio, y “algunos de muy lejos para estar aquí
en esta gran fiesta, de nosotros los niños que hemos recibido por primera vez a Jesús”.
Manuele,
como él mismo ha contado al Santo Padre, recibió la Primera Comunión el 24 de marzo,
y en su nombre y en el de todos los niños ha pedido al Papa una oración particular
para sus padres, para que el Señor les proteja. Manuele, que cuando recibió la Primera
Comunión, como él mismo ha recordado, se sintió seguro, ha abrazado emocionado al
Pontífice en nombre de todos los niños.
Durante este encuentro varios niños
han dirigido preguntas concretas al Santo Padre, que ha respondido de forma concisa
y sencilla, utilizando un lenguaje adapto a ellos y usando símiles que los chicos
pudieran comprender. Las preguntas de los niños han abarcado temas como la necesidad
de la confesión para poder comulgar, la presencia real de Jesús en la Eucaristía,
el significado de la frase de Jesús: “Yo soy el pan de la vida”, y el significado
de la adoración eucarística.
Una de las preguntas más difíciles a las que se
ha enfrentado el Santo Padre ha sido la de una niña que ha interrogado al Papa sobre
qué hacer cuando sus padres no la acompañen a misa el domingo porque duermen o están
cansados. Benedicto XVI, con palabras de comprensión y respeto hacia los progenitores,
ha animado a los niños a dialogar en este sentido con los padres y hacerles comprender
la importancia que tiene el que acompañen a sus hijos en esta cita semanal con Jesús.
En
cuanto a la presencia real de Jesús en la Eucaristía, el Pontífice ha explicado a
los niños, utilizando símiles, que de igual forma muchas cosas en la vida son invisibles
pero “reales e importantes”.
Este primer gran acontecimiento del Pontificado
de Benedicto XVI, propiciado y querido por el mismo Papa, ha tenido como protagonistas
a los niños de la Primera Comunión. Unos 100.000 niños de Roma, del Lazio, de Italia
y de otras partes del mundo, se congregaron en la Plaza de San Pedro, acompañados
de sus padres y catequistas, para encontrarse con el Santo Padre.
Una catequesis
“para confirmar el papel esencial que el Sacramento de la Eucaristía desempeña en
la formación y en el crecimiento de los niños”, según palabras del mismo Papa en el
Ángelus del pasado domingo, 12 de Junio, quien, al mismo tiempo hablaba de la Primera
Comunión como de “una verdadera fiesta para la comunidad parroquial, que acoge por
primera vez a sus hijos más pequeños a la mesa del Señor”.
Y efectivamente,
es un encuentro festivo con dos partes bien entrelazadas, entre las correrías, saltos
acrobáticos, paseo de niños zancudos, canciones, orquesta y coro, toda una coreografía
en torno a la sede del Papa, y el momento de la catequesis en la que los niños han
abordado al Santo Padre con una serie de preguntas sobre los recuerdos de su Primera
Comunión y su experiencia Eucarística.
Este acontecimiento, convocado en el
año de la Eucaristía, que está a punto de concluir, es fruto de la Asamblea ordinaria
del Sínodo de los Obispos, dedicado a la centralidad del don eucarístico para la vida
y la misión de la Iglesia. El acto ha dado comienzo a las cinco y cuarto de la tarde,
y ha concluido poco antes de la siete y media de la tarde.