El Papa agradece y elogia la labor y servicio de las mujeres y hombres consagrados
en su mensaje a la Congregación para los Institutos de vida consagrada y las Sociedades
de Vida Apostólica
Jueves, 29 sep (RV).- Benedicto XVI agradece la labor y el servicio de las mujeres
y a los hombres consagrados que siguen a Cristo por el camino de los consejos evangélicos
y del respectivo carisma sugerido por el Espíritu. A través de un mensaje a la Plenaria
de la Congregación para los Institutos de vida consagrada y las Sociedades de Vida
Apostólica, el Papa subraya cómo la historia de la Iglesia ha estado siempre marcada
por formas nuevas de vida evangélica a través de la obra de fundadores y fundadoras
que han trasmitido su carisma a sus hijos espirituales.
“Gracias a ello –escribe
el Santo Padre- en la actualidad, en los monasterios y centros de espiritualidad,
los monjes, religiosos y personas consagradas ofrecen a los fieles oasis de contemplación
y escuelas de oración, de educación en la fe y de acompañamiento espiritual. Ellos
continúan la gran obra de evangelización y de testimonio en todos los continentes,
como avanzadillas de la fe, con generosidad y a menudo con el sacrificio de la vida
hasta el martirio”.
En su mensaje, el Pontífice elogia a quienes se dedican
por completo a la catequesis, a la educación, a la enseñanza, a la promoción de la
cultura, al ministerio de la comunicación. En esta amplia lista se encuentran también
quienes dedican su vida a los jóvenes y a sus familias, a los pobres, a los ancianos,
a los enfermos y a las personas que están solas. “No existe ámbito humano y eclesial
alguno en el que no estén presentes, a menudo de forma discreta, pero siempre eficaces
y creativos, casi como una continuación de la presencia de Jesús que pasó haciendo
el bien a todos”.
El Papa asegura en su mensaje el reconocimiento de la Iglesia
a este testimonio de fidelidad y santidad dado por tantos miembros de los Institutos
de Vida Consagrada. Una vida consagrada que al inicio del nuevo milenio, como subraya
el Papa, tiene delante de sí retos formidables, que sólo puede afrontar en comunión
con todo el Pueblo de Dios, con sus pastores y con el pueblo de los fieles.
Benedicto
XVI alude también a los tres temas concretos tratados en la Asamblea Plenaria que
abarcan desde el ejercicio de la autoridad, a los criterios para el discernimiento
y la aprobación de nuevas formas de vida consagrada, y la vida monástica.
El
Papa afirma además en otro momento que “nunca podrá darse una auténtica reactivación
de la vida religiosa si no se conduce una existencia plenamente evangélica, sin anteponer
nada al único amor, encontrando en Cristo y en su Palabra la esencia más profunda
de cada carisma del Fundador.