2005-09-28 15:53:47

Audiencia general: Dios no abandona a su pueblo, sino que interviene continuamente en la historia manifestando su amor y su rostro redentor que libera a sus elegidos de la esclavitud


Miércoles, 28 sep (RV).- El amor de Dios se hace “concreto” “en las vicisitudes ásperas y gloriosas de la historia. La liturgia tiene la ''tarea'' de hacer que estén siempre ''presentes” y sean “eficaces” los dones divinos. Así lo ha manifestado Benedicto XVI durante la Audiencia General dedicada a la primera parte del salmo 134, que se abre con una “apasionada” invitación a alabar el Señor. El Papa ha pedido a Dios “paz y concordia para todo el mundo” al final de la catequesis, que ha terminado leyendo un texto de san Clemente Romano.

Este miércoles, el papa Benedicto XVI ha celebrado la Audiencia General en la Plaza de San Pedro en la que han participado más de treinta mil peregrinos procedentes de todas las partes del mundo. El Santo Padre en su catequesis ha reflexionado sobre el salmo 134: “Alabad al Señor” que hace maravillas. La primera parte del salmo, ha manifestado el Papa, es un himno de índole litúrgica, tejido de alusiones, de reminiscencias e indicaciones de otros textos bíblicos.

La liturgia en efecto muchas veces construye sus textos inspirándose en el gran patrimonio de la Biblia, rico repertorio de temas y de oraciones que sostienen el camino de los fieles. Siguiendo esta trama sobre la vía del orante, en esta primera sección, ha indicado el Pontífice, se abre luego una amplia y apasionada invitación a alabar al Señor. El llamamiento se dirige a los “siervos del Señor que están en su casa, en los atrios de la casa de nuestro Dios”.

Estamos por lo tanto, en la atmósfera viva del culto que tiene lugar en el templo, lugar privilegiado y comunitario de la oración. Después de la invitación a la alabanza, una voz solista proclama la expresión de fe que comienza con la formula “Yo soy”. Este Credo, constituirá la sustancia de todo el himno que se revela como una “proclamación de la grandeza del Señor, manifestada en sus obras maravillosas”.

Luego, Benedicto XVI, siguiendo el texto del salmo, ha recordado que la Omnipotencia Divina se manifiesta continuamente en todo el mundo. Pero es, sobre todo, ha subrayado, otro aspecto de la actividad divina el que se celebra en esta profesión de fe. Se trata de la admirable intervención en la historia, donde el Creador muestra el rostro de Redentor de su Pueblo y de Soberano del mundo. El amor Divino se convierte en amor concreto, se hace experimental en la historia, con todas sus vicisitudes ásperas y gloriosas. La liturgia tiene como finalidad hacer cada vez presentes y eficaces los dones divinos, sobre todo en la gran celebración pascual que es la raíz de toda solemnidad y constituye el emblema supremo de la libertad y de la salvación.

Benedicto XVI ha finalizado su catequesis en italiano recogiendo el espíritu del salmo y de su alabanza a Dios, proponiéndolo a través de la voz de San Clemente Romano como resuena en la oración conclusiva de su carta a los Corintios. El Papa ha pedido a Dios “paz y concordia para todo el mundo”. San Clemente Romano observa como en el salmo 124 se manifiesta el esplendente rostro de Dios Redentor, así como su protección, concedida ya a los antiguos padres y que ahora llega a nosotros en Cristo.

Este ha sido el resumen que de su catequesis ha hecho el Santo Padre en español, para los peregrinos de nuestra lengua presentes en la audiencia de la plaza de san Pedro: RealAudioMP3

Queridos hermanos y hermanas:

El Salmo que hemos escuchado es una gran invitación a alabar al Señor en su templo, en el cual se manifiesta su presencia viva entre nosotros. Dios no abandona a su pueblo, sino que interviene continuamente en la historia manifestando en ella la omnipotencia de su amor y su rostro redentor que libera a sus elegidos de la esclavitud y les otorga en herencia la tierra prometida.
En la historia, el amor divino es concreto, se hace visible y casi se puede experimentar. Esta realidad, vivida ya por el pueblo de Israel, se manifiesta de un modo totalmente nuevo y especialmente elocuente en Jesucristo, en el misterio de su muerte y resurrección, que es la máxima expresión de la libertad y de la salvación.

El Santo Padre, dirigiéndose a los peregrinos de lengua italiana, ha saludado de manera particular a los participantes en el Congreso Internacional dedicado a “Los signos del Espíritu del siglo XX. Una relectura histórica: los relatos de los testimonios”. “El pasado siglo, ha dicho Benedicto XVI, lleno de páginas tristes de historia, ha estado, impregnado al mismo tiempo, de maravillosos testimonios de resurgir espiritual y carismático en todos los ámbitos de la vida y del comportamiento humano. Deseo que el Espíritu Santo encuentre cada vez mayor acogida en el corazón de los creyentes, y se difunda la “cultura de Pentecostés” tan necesaria en nuestro tiempo.

Como siempre, Benedicto XVI después de haber saludado en varias lenguas se ha dirigido a los enfermos, a los recién casados y a los jóvenes. A todos les ha invitado “a ser siempre fieles al ideal evangélico para recomenzarlo cada día experimentando de esta manera la alegría de la presencia de Cristo.

El Santo Padre, después de la audiencia se ha trasladado al apartamento del palacio apostólico del Vaticano, tras haber permanecido en la residencia de Castel Gandolfo durante el verano.







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