Ángelus: el Papa recuerda a las víctimas de la violencia terrorista en todo el mundo en el cuarto aniversario del 11-S

Domingo, 11 sep (RV).- Hoy 11 de septiembre, Benedicto XVI ha recordado, durante el Ángelus, a las víctimas de la violencia terrorista en todo el mundo. En el cuarto aniversario de los atentados terroristas en Estados Unidos, el Papa ha expresado su deseo de que Dios pueda inspirar a los hombres y mujeres de buena voluntad para que renuncien al odio y puedan construir un mundo de justicia, solidaridad y paz.

El Santo Padre ha mencionado también la reunión que tendrá lugar el próximo miércoles en Nueva York, y que congregará a los jefes de estado y de gobierno para tratar importantes temas relacionados con la paz mundial, el respeto de los derechos humanos, la promoción del desarrollo y el reforzamiento de la Organización de las Naciones Unidas.

Una cumbre en la que también participará la Santa Sede con la asistencia del cardenal secretario de Estado, Angelo Sodano, en representación del Santo Padre. En este sentido el Pontífice ha manifestado esta mañana sus esperanzas para que los gobernantes encuentren soluciones idóneas para alcanzar las metas fijadas y se puedan llevar a cabo medidas eficaces concretas para responder a los urgentes problemas planteados por la pobreza extrema, las enfermedades y el hambre, que afligen a tantos pueblos.

La Asamblea analizará el cumplimiento de los compromisos de la Cumbre del Milenio, del año 2000, en la que se fijó la meta de que en 2015 se reduzca a la mitad la población que en el mundo vive en extrema pobreza (con menos de un dólar al día), y que hace cinco años se calculó que era un 22 por ciento del total.

Benedicto XVI ha recordado además la fiesta litúrgica de la Exaltación de la Santa Cruz que celebraremos el próximo miércoles. En el Año dedicado a la Eucaristía, esta celebración adquiere un significado particular porque nos invita a meditar sobre el profundo e indisoluble nexo que une la celebración eucarística y el misterio de la Cruz.

“La Eucaristía es, por lo tanto, el memorial de todo el misterio pascual: pasión, muerte, descenso a los infiernos, resurrección y ascensión al Cielo, y la Cruz es la manifestación tocante del acto de amor infinito con el que el Hijo de Dios ha salvado al hombre y al mundo del pecado y de la muerte. Por esto el signo de la Cruz es el gesto fundamental del cristiano. Hacerse el signo de la Cruz es pronunciar un sí visible y publico a quien murió por nosotros y resucitó, al Dios que en la humildad y debilidad de su amor es el Omnipotente, más fuerte que toda la potencia y la inteligencia del mundo”.

Prosiguiendo con el tema de la Eucaristía, el Pontífice ha subrayado que “es misterio de muerte y de gloria como la Cruz, que no es un incidente del itinerario, sino el pasaje a través del cual Cristo ha entrado en su gloria y ha reconciliado la humanidad entera, derrotando cualquier enemistad”.

También María, presente en el Calvario ante la Cruz, está con la Iglesia y como Madre de la Iglesia, en cada una de nuestras celebraciones eucarísticas. Y por ello, ha dicho el Papa, nadie mejor que ella nos puede enseñar a comprender y vivir con fe y amor la Santa Misa, uniéndonos al sacrificio redentor de Cristo. Cuando recibimos la santa comunión, también nosotros, como María y unidos a ella, nos estrechamos en torno al madero que Jesús con su amor ha transformado en instrumento de salvación y pronunciamos nuestro ‘Amen’, nuestro sí al Amor crucificado y resucitado.

Finalizado el rezo mariano el Santo Padre ha saludado en distintas lenguas, entre ellas el español.

Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española. La Virgen María, que junto a la Cruz se unió íntimamente al sacrificio redentor del Hijo de Dios, os ayude a participar en la celebración eucarística con fe plena y amor ferviente. Buen domingo a todos.