2005-08-31 15:20:30

En recuerdo de la fundación del sindicato polaco “Solidaridad” cada 31 de agosto se celebra en todo el mundo el Día Internacional de la Solidaridad


Miércoles, 31 ago (RV).- “En el tiempo presente, marcado con frecuencia por tendencias al individualismo, es aún más necesario que los cristianos den el testimonio de una solidaridad que supere todas las fronteras, para construir un mundo en el que todos se sientan acogidos y respetados. Quienes llevan a cabo esta misión de modo personal o comunitario difunden un amor auténtico, un amor que libera el corazón y lleva por doquier la alegría "que nadie podrá quitar", porque viene del Señor”. Con estas palabras se expresaba Benedicto XVI en uno de sus discursos recordando cuán importante es dar y recibir el sentimiento de solidaridad que abre fronteras, mentes y corazones fomentando la paz entre los pueblos.

Siguiendo este espíritu, a finales de 2000 la Organización de las Naciones Unidas (ONU) proclamó el 31 de agosto, como Día Internacional de la Solidaridad, con el fin de promover y fortalecer los ideales de solidaridad en y entre las naciones, los pueblos y los individuos.

Asimismo, en la Declaración del Milenio se acordó que los problemas mundiales se abordaran con justicia y que los costos y las cargas se distribuyeran conforme a los principios fundamentales de equidad y justicia social.

La elección de esta fecha se debe a que coincide con el aniversario del inicio del movimiento independiente “Solidaridad”, el cual nació en Polonia el 31 de Agosto de 1980, y hacia cuyos miembros el predecesor de Benedicto XVI, Juan Pablo II, lanzó este mensaje: "Llevo profundamente en mi corazón y todos los días encomiendo a Dios en mi oración vuestros problemas, vuestras aspiraciones, preocupaciones y alegrías, y vuestro cansancio por el trabajo" (Discurso a los trabajadores del sindicato Solidaridad, n. 1:  L'Osservatore Romano, 22 de noviembre de 1996, p. 4).

A lo largo de la historia desde el Vaticano se ha invocado siempre estos sentimientos de solidaridad, sin embargo, hoy en día, la desigualdad sigue existiendo y continúan las manifestaciones de injusticia social y económica. Por ello, todas las naciones deben cooperar para acabar con la pobreza de los pueblos. En esta labor, la solidaridad es fundamental y sin ella no podremos tener un mundo más humano donde todas las personas puedan vivir con dignidad.

En la Declaración del Milenio de las Naciones Unidas (resolución 55/2 de la Asamblea General) se reconoció que la solidaridad era uno de los valores fundamentales esenciales para las relaciones internacionales en el siglo XXI. La solidaridad se defiende como garantía de la paz mundial. Por ello, se escogió el día 31 de agosto para su celebración, coincidiendo con el aniversario del movimiento social independiente “Solidaridad” cuya importancia mundial fue reconocida, en particular, con la concesión del Premio Nobel de la Paz a su dirigente Lech Walesa.

Y es que la solidaridad aparece actualmente como un requisito primordial debido a las diferencias existentes entre naciones, pueblos e individuos. En la Tierra existen dos mundos separados por un abismo: un mundo enriquecido y otro empobrecido. Para poder afrontar el hambre y ayudar a los países más desfavorecidos, la solidaridad debe ser inminente, sólo así podremos ver un mundo más justo.







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