Ángelus: “Allí donde Dios no ocupa el primer lugar, donde no es reconocido y adorado
como el Bien supremo, la dignidad del hombre está en riesgo”
Domingo, 28 ago (RV).- Siete días después de la clausura de la XX Jornada Mundial
de la Juventud en Colonia (Alemania), el Papa Benedicto XVI ha vuelto ha subrayar
antes del rezo del Ángelus en Castelgandolfo, que este encuentro ha sido una “extraordinaria
experiencia eclesial”, dada la alta participación de jóvenes que llegaron desde los
cinco continentes, acompañados por muchos obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas,
que hicieron de aquellas jornadas un “evento providencial de gracia para toda la Iglesia”,
ha subrayado el Santo Padre.
Asimismo el Pontífice ha recordado la importancia
del encuentro que mantuvo con los obispos alemanes, antes de regresar a Italia, a
quienes señaló que los jóvenes habían dejado a sus Pastores y en cierta manera a todos
los creyentes un mensaje, que es al mismo tiempo una petición: “Ayudadnos a ser discípulos
y testigos de Cristo. Como los Magos hicieron, hemos venido para verlo y adorarlo’”.
De hecho, desde Colonia los jóvenes han ido regresando a sus ciudades y naciones animados
por una gran esperanza, “pero -como ha señalado Benedicto XVI- no pierden de vista
las no pocas dificultades, obstáculos y problemas que en nuestros días acompañan la
búsqueda auténtica de Cristo y la fiel adhesión a su Evangelio”.
El Obispo
de Roma ha querido recordar, no sólo a los jóvenes, sino también a las comunidades
y a los mismos Pastores, un dato fundamental para la Evangelización: “Allí donde Dios
no ocupa el primer lugar, donde no es reconocido y adorado como el Bien supremo, la
dignidad del hombre está en riesgo, y por tanto -ha subrayado el Pontífice- es urgente
que el hombre de hoy descubra el rostro auténtico de Dios, que se nos ha revelado
a nosotros en Jesucristo. De este modo la humanidad podrá, como ya lo hicieran los
Magos, postrarse ante Él y adorarlo”.
Remitiéndose una vez más a su encuentro
con los obispos alemanes, Benedicto XVI, ha recordado que la adoración no es un lujo
sino una prioridad. De ahí que buscar a Cristo se convierta en el incesante anhelo
de los creyentes, de los jóvenes, de los adultos, de los fieles y de sus Pastores,
que llevan a cabo esta búsqueda “animados, sostenidos y guiados".
La fe, ha
explicado el Papa, “no es simplemente una adhesión a un compendio lleno de dogmas
que apagarían la sed de Dios presente en el alma humana”, sino todo lo contrario,
ya que, como ha explicado el Santo Padre, “proyecta al hombre hacia un Dios siempre
nuevo en su infinitud”. El cristiano es por tanto, alguien que busca y al mismo tiempo
encuentra, “precisamente es esto lo que hace que la Iglesia sea joven, abierta al
futuro, y rica de experiencia para toda la humanidad”, ha exclamado el Pontífice.
Del
mismo modo, antes del rezo mariano del Ángelus, el Papa ha recordado a través de la
reflexión del Salmo 104, “Buscad siempre su rostro”, la figura de san Agustín, del
cual hoy celebramos su memoria. El Pontífice ha recordado que el hijo de santa Mónica
hace notar que esta invitación, no es solamente para esta vida, sino que también es
válida para la eternidad, ya que el descubrimiento del “rostro de Dios” no se agota
jamás, porque “cuanto más entramos en el esplendor del amor divino –ha subrayado el
Papa- más bello es continuar con esta búsqueda”.
“De manera que en la medida
en la que crece el amor, crece la búsqueda de Aquel que ha sido encontrado y es, a
esta experiencia, a la que aspiramos desde lo más profundo del corazón”, ha finalizado
el Pontífice pidiendo la intercesión del gran Obispo de Hipona.
Y tras el rezo
del Ángelus el Santo Padre ha saludado como siempre en varias lenguas, estas han sido
sus palabras en español: Saludo cordialmente
a los peregrinos de lengua española. Como auténticos discípulos de Cristo: cargad
con vuestra propia cruz, porque en la Cruz está la salvación del mundo. ¡Feliz domingo!