“Él apacentará a mi pueblo”, “Él se ha cruzado en nuestro camino”: temas de los Vía
Crucis de Colonia
Viernes, 19 ago (RV).- Esta tarde tendrán lugar los Vía Crucis en 400 lugares diferentes
de la archidiócesis de Colonia. El tema de este camino será: “Él apacentará a mi pueblo.”
(Mt 2,6b) Él se ha cruzado en nuestro camino. Y es que en su mensaje emitido con ocasión
de la XX Jornada Mundial de la Juventud 2005, el Santo Padre Juan Pablo II escribió:
“’'Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María’ (Mt 2,11). Nada extraordinario
a primera vista. Pero este niño es diferente a todos los demás: Es el Hijo unigénito
de Dios que se ha despojado de su gloria (compárese con Fil. 2,7) y que ha descendido
a la tierra para morir en la Cruz. Ha descendido a nosotros y se hizo pobre para revelarnos
su gloria divina que un día miraremos plenamente en el cielo, nuestra tierra celestial.
… Llegó en su pobreza para ofrecerles la salvación a los pecadores“. Nosotros
miramos el Vía Crucis de Jesús, incentivados por imágenes que representan la Pasión
de Jesús de dos diferentes maneras: en su vida terrestre y en los hombres de nuestros
tiempos (en relación a las imágenes también véanse las explicaciones al final del
Vía Crucis). Rezamos y le damos gracias a Dios por "esta benevolencia tan generosa"
(Juan Pablo II).
A continuación les ofrecemos el texto del desarrollo de este
camino de la Cruz:
I. Estación: Jesús es condenado a muerte Canto "Crucem
tuam“ Texto bíblico: “Salió Jesús con sus discípulos hacia los pueblos de
Cesarea de Filipo, y por el camino hizo esta pregunta a sus discípulos: “¿Quién dicen
los hombres que soy yo?” Ellos le dijeron: “Unos, que Juan el Bautista; otros, que
Elías; otros, que uno de los profetas.” Y él les preguntaba: “Y vosotros, ¿quién decís
que soy yo?” Pedro le contesta: “Tú eres el Cristo.” Y les mandó enérgicamente que
a nadie hablaran acerca de él”. (Mc 8, 27-30) Ruegos: Como hombres podemos
juzgar de manera justa e injusta. Nuestro juicio puede ser alentador y estimulante,
así como también puede ser desanimador y destructivo. Hasta el día de hoy, Jesús se
enfrenta al juicio de los hombres. A Él, de quien Pedro dice "Tú eres el Cristo" le
rogamos: Por el espíritu de la justicia para todos los que juzgan a otros, siendo
jueces o maestros, padres o superiores. Por el espíritu de la veracidad para nosotros
mismos al valorar situaciones personales y sociales y al juzgar a otros. Súplica
de perdón: Por todos aquellos casos en los que hemos juzgado injustamente a otros,
o en los que tenemos prejuicios contra otros, te pedimos nos hagas retornar al buen
camino y nos concedas perdón. Kyrie (Taizé)
II. Estación: Jesús carga
con la cruz Canto “Crucem tuam“ Texto bíblico: “Venid a mí todos los que
estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo,
y aprenden de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras
almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera”. (Mt 11, 28-30) Ruegos: Algunas
de nuestras cargas las asumimos voluntariamente; otras nos las imponen los demás.
Jesús nos invita a descansar una y otra vez con él. Llevando el peso de la Cruz nos
hace descansar a nosotros. Y es más: Jesús carga la Cruz de la que crece la vida nueva.
A Él le rogamos: Dales valor a todos aquellos que asumen cargas ajenas y que,
de esta manera, alivian la vida de otros. Concédenos el valor de asumir nuestras
propias tareas y de enfrentarnos a la responsabilidad. Súplica de perdón: Por
aquellas situaciones en las que nos hemos convertido en una carga para los demás,
te pedimos nos hagas retornar al buen camino y nos concedas perdón. Kyrie (Taizé)
III. Estación: Jesús cae por primera vez, bajo la cruz Canto ”Crucem tuam“
Texto bíblico: Pero él dijo: “¡Ay también de vosotros, los legistas, que imponéis
a los hombres cargas intolerables, y vosotros no las tocáis ni con uno de vuestros
dedos!”. (Lc 11, 46) Reflexión: En ocasiones, personas no resisten la carga
que otros les han impuesto: las expectativas son demasiado grandes, las preocupaciones
demasiado graves y las desilusiones demasiado fuertes. A veces nos imponemos cargas
innecesarias a nosotros mismos o a los demás, o nos libramos de nuestras responsabilidades
cargándolas sobre los demás. Jesús que ha caído bajo el peso de la Cruz advierte que
no se le impongan unas cargas demasiado pesadas al prójimo.
IV. Estación:
Jesús encuentra a su Madre Canto “Crucem tuam“ Texto bíblico: Salió de
allí y vino a su patria, y sus discípulos le siguen. Cuando llegó el sábado se puso
a enseñar en la sinagoga. La multitud, al oírle, quedaba maravillada, y decía: “¿De
dónde le vienen esto? y ¿qué sabiduría es esta que le ha sido dada? ¿Y estos milagros
hechos por sus manos? ¿No es éste el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago,
José, Judas y Simón? ¿Y no están sus hermanas aquí entre nosotros?” Y se escandalizaban
a causa de él. (Mc 6, 1-3) Ruegos: Hacemos la experiencia de cuán difícil
puede ser encontrar a personas que están sufriendo, dentro de nuestra propia familia
y de nuestro círculo de amigos, sin que podamos ayudarles. En el caso de la Virgen
María y de Jesús, esto seguramente no habrá sido diferente. Juntos con José, ellos
formaban una familia. Como madre de Jesús, la Virgen María debe haber sufrido un inmenso
dolor al encontrar a su hijo en el calvario y ver que no podía ayudarle. Sin embargo,
sigue fiel a su lado. Por intercesión de Ella, pidámosle a Jesús que conceda fidelidad
a todos aquellos que ven sufrir a sus padres, hijos, hermanos y amigos. Que nos
dé confianza a nosotros mismos en aquellas situaciones en las que suframos con los
seres que más queremos. Súplica de perdón: Si por desaliento o comodidad hemos
abandonado a personas cercanas en situaciones difíciles, te pedimos nos hagas retornar
al buen camino y nos concedas perdón. Kyrie (Taizé)
V. Estación: Simón
de Cirene ayuda a Jesús a llevar la cruz Canto "Crucem tuam“ Texto bíblico:
Se levantó un legista y dijo, para ponerle a prueba: “Maestro, ¿qué he de hacer
para tener en herencia vida eterna?” Él le dijo: “¿Qué está escrito en la Ley? ¿Cómo
lees?” Respondió: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda el alma,
con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo.” Díjole
entonces: “Bien has respondido. Haz eso y vivirás.” Pero él, queriendo justificarse,
dijo a Jesús: “Y ¿quién es mi prójimo?” Jesús respondió: “Bajaba un hombre de Jerusalén
a Jericó y cayó en manos de salteadores que, después de despojarle y darle una paliza,
se fueron, dejándole medio muerto. Casualmente, bajaba por aquel camino un sacerdote
y, al verle, dio un rodeo. De igual modo, un levita que pasaba por aquel sitio el
vio y dio un rodeo. Pero un samaritano que iba de camino llegó junto a él, y al verle
tuvo compasión. Acercándose, vendó sus heridas, echando en ellas aceite y vino; y
le montó luego sobre su propia cabalgadura, le llevó a una posada y cuidó de él. Al
día siguiente, sacó dos denarios y se los dio al posadero diciendo: ‘Cuida de él y,
si gastas algo más, te lo pagaré cuando vuelva.’ ¿Quién de estos tres te parece que
fue prójimo del que cayó en manos de los salteadores?” Él dijo: “El que practicó la
misericordia con él.” Díjole Jesús: “Vete y haz tú lo mismo.” (Lc 10, 25-37) Ruegos:
Jesús nos exhorta a que les ayudemos a los demás y nos alienta para que aceptemos
la ayuda de otros. Para ello, ni la descendencia, ni la religión ni la nacionalidad
deberán jugar papel alguno. A Él, que durante su calvario ha aceptado la ayuda de
un extraño, le pedimos: Que les de fuerza a todos los que trabajan en organizaciones
de ayuda humanitaria; a los que se empeñan por la justicia, la paz y la preservación
de la creación y los que ayudan a otros para que éstos tengan una vida menos difícil
y mas llevadera. Que nos conceda el espíritu del amor para que, sin miras de sexo,
nacionalidad, cultura y religión le ayudemos al prójimo. Súplica de perdón: Cuando
sólo amamos a los que nos aman o cuando hacemos depender nuestra ayuda de las apariencias
de la persona que necesita nuestra ayuda, te pedimos nos hagas retornar al buen camino
y nos concedas perdón. Kyrie (Taizé)
VI. Estación: La Verónica limpia
el rostro de Jesús Canto "Crucem tuam“ Texto bíblico: Jesús se sentó frente
al arca del Tesoro y miraba cómo echaba la gente monedas en el arca del Tesoro: muchos
ricos echaban mucho. Llegó también una viuda pobre y echó dos moneditas, o sea, una
cuarta parte del as. Entonces, llamando a sus discípulos, les dijo: “Os digo de verdad
que esta viuda pobre ha echado más que todos los que echan en el arca del Tesoro.
Pues todos han echado de lo que les sobraba, ésta en cambio, ha echado de lo que necesitaba
todo cuanto poseía, todo lo que tenía para vivir.” (Mc 12, 41-44) Ruegos: Podemos
sentir muy de cerca el sufrimiento de otras personas aún cuando no podamos hacer mucho
para remediarlo. Tampoco Verónica es capaz de intervenir físicamente. Sólo le ofrece
un sudario a Jesús, así como la viejecita sólo pone algunas monedas muy pequeñas en
el alcancía de las limosnas. Ambas dan todo lo que tienen. A Jesús que sólo se fija
en los corazones de los hombres, le pedimos: Solidaridad para con todos aquellos
que en los pobres y sufridos de nuestro tiempo ven la cara de Jesús. Por que seamos
capaces de dar todo lo que nos sea posible cuando encontremos a personas que necesiten
ayuda. Súplica de perdón: En aquellas situaciones en las que volteamos la
espalda ante el sufrimiento y la penuria, y en las que no hacemos lo que estaría a
nuestro alcance, te pedimos nos hagas retornar al buen camino y nos concedas perdón.
Kyrie (Taizé)
VII. Estación: Jesús cae por segunda vez, bajo la cruz Canto
"Crucem tuam“ Texto bíblico: “Bienaventurados los pobres de espíritu, porque
de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán
en herencia la tierra. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados
los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los que trabajan
por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos
por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los Cielos. Bienaventurados
seréis cuando os injurien y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra
vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande
en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros.
(Mt 5, 3-12) Reflexión: Las bienaventuranzas cuestionan nuestra vida. Los pacificadores
y perseguidos, los justos y los oprimidos, ¿realmente son los que ganarán el cielo?
Jesús, que se desploma bajo el peso del pecado de otros, no les promete el cielo en
la tierra a los que sufren y a los oprimidos, pero sí les promete felicidad eterna
en el Reino de Dios que hoy ya está presente y cuya conclusión estamos esperando.
VIII. Estación: Jesús encuentra a las mujeres que loran por él Canto "Crucem
tuam“ Texto bíblico: Estando él en Betania, en casa de Simón el leproso, recostado
en la mesa, vino una mujer que traía un frasco de alabastro con perfume puro de nardo,
de mucho precio; quebró el frasco y lo derramó sobre su cabeza. Había algunos que
se decían entre sí indignados: “¿Para qué este despilfarro de perfume?” Se podía haber
vendido ese perfume por más de trescientos denarios y habérselo dado a los pobres.”
Y refunfuñaban contra ella. Mas Jesús dijo: “Dejadla. ¿Porqué la molestáis? Ha hecho
una obra buena en mi. Porque pobres tendréis siempre con vosotros y podréis hacerles
bien cuando queráis; pero a mi no me tendréis siempre. Ha hecho lo que ha podido.
Se ha anticipado a embalsamar mi cuerpo para la sepultura. Yo os aseguro: dondequiera
que se proclame la Buena Nueva, en el mundo entero, se hablará también de lo que ésta
ha hecho para memoria suya.” (Mc 14, 3-9) Ruegos: Cuando sufrimos se nos hace
difícil fijarnos en el sufrimiento de otros. Jesús que se coloca a un mismo nivel
con los pobres y sufridos, en la hora de su propio sufrimiento abre su corazón para
el sufrimiento de las mujeres en llanto y para el dolor de todos los hombres. A Él
le pedimos: Por la paciencia y generosidad de todos los que viven al servicio
de los enfermos y pobres. Por que, a pesar de nuestras propias preocupaciones,
seamos abiertos de corazón para las penurias de nuestros prójimos. Súplica de
perdón: En aquellas situaciones en las que tan sólo veamos nuestras propias preocupaciones,
penurias y nuestros propios problemas, te pedimos nos hagas retornar al buen camino
y nos concedas perdón. Kyrie (Taizé)
IX. Estación: Jesús cae por tercera
vez, bajo la cruz Canto "Crucem tuam“ Texto bíblico: Entonces Jesús fue
llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo. Y después de hacer
un ayuno de cuarenta días y cuarenta noches, al fin sintió hambre. Y acercándose el
tentador, le dijo: “Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes.”
Mas él respondió: “Está escrito: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda la palabra
que sale de la boca de Dios.” Entonces el diablo le lleva consigo a la Ciudad Santa,
le pone sobre el alero del Templo, y le dice: “Si eres Hijo de Dios, tírate abajo,
porque está escrito: A sus ángeles te encomendará, y en sus manos te llevarán, para
que no tropiece tu pie en piedra alguna.” Jesús le dijo: “También está escrito:
No tentarás al Señor tu Dios.” De nuevo le lleva consigo el diablo a un monte muy
alto, le muestra todos los reinos del mundo y su gloria, y le dice: “Todo esto te
daré si postrándote me adoras.” Dícele entonces Jesús: “Apártate, Satanás, porque
está escrito: Al Señor tu Dios adorarás, y solo a él darás culto.” Entonces el diablo
le deja. Y he aquí que se acercaron unos ángeles y le serían. (Mt 4, 1-11) Reflexión:
Querer ser como Dios, desde hace siempre ha sido una tentación para nosotros los
humanos. Una y otra vez desarrollamos fantasías de poder absoluto y pensamos ser mejores
y más fuertes que los demás. Los hombres se toman el derecho de dominar a otros hombres.
Jesús, en su vida ha resistido a las tentaciones de ser cada vez más poderoso. No
se desploma bajo su soberbia sino bajo la carga de la presunción de otros.
X.
Estación: Jesús es despojado de sus vestiduras Canto "Crucem tuam“ Texto bíblico:
Por aquellos días salió un edicto de César Augusto ordenando que se empadronase
todo el mundo. Este primer empadronamiento tuvo lugar siendo gobernador de Siria Cirino.
Iban todos a empadronarse, cada uno a su ciudad. Subió también José desde Galilea,
de la ciudad de Nazareth, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por ser
él de la casa y familia de David, para empadronarse con María, su esposa, que estaba
encinta. Mientras estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento y dio
a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque
no tenían sitio en el albergue. Había en la misma comarca unos pastores, que dormían
al raso y vigilaban por turno durante la noche su rebaño. Se les presentó el ángel
del Señor, la gloria del Señor los envolvió en su luz y se llenaron de temor. El ángel
les dijo: “No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo:
os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor; y esto
os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.”
Y de pronto se juntó con el Ángel una multitud del ejército celestial que alababa
a Dios diciendo: “Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en
quienes él se complace.” (Lc 2, 1-14) Ruegos: De manera especial, los niños
y los débiles y decrépitos dependen de la buena voluntad de otros. Es a ellos a los
que con más facilidad se les puede presentar con todas sus flaquezas: al final están
tan desnudos como al principio. A Jesús, que se ha entregado y que ha aguantado el
despojamiento que han cometido los hombres en él, le pedimos: Por tu amor protector
para con todos los niños y las personas débiles y decrépitas. Por que nos des
valor a nosotros mismos para proteger a otros y para que los defendamos cuando sean
desairados. Súplica de perdón: Por aquellas veces en las que nos hemos aprovechado
de otros y en las que hemos desairado a otros, te pedimos nos hagas retornar al buen
camino y nos concedas perdón. Kyrie (Taizé)
XI. Estación: Jesús es clavado
en la cruz Canto "Crucem tuam“ Texto bíblico: A la hora nona gritó Jesús
con fuerte voz: “Eloí, Eloí, ¿lemá sabactaní?”, -que quiere decir- “¡Dios mío, Dios
mío! ¿porqué me has abandonado?” (Mc 15, 34) Ruegos: Hasta el día de hoy,
a los hombres se les oprime, se les priva de su libertad y se les fija con clavos.
Jesús lucha por la libertad y la salvación de los hombres. Junto con nosotros, en
un grito expresa ante Dios la penuria de los hombres que dudan de la presencia de
Dios. Él lucha con su padre en nuestro nombre. A Él le pedimos: Por la fe en tu
amor para con todos los que son oprimidos y que no son capaces de creer en la presencia
de Dios. Por nuestra propia libertad interior para que podamos testimoniar ante
los hombres que tú nos has liberado y salvado. Súplica de perdón: Por aquellas
situaciones en las que oprimimos a otros y no nos empeñamos por la libertad de los
demás, te pedimos nos hagas retornar al buen camino y nos concedas perdón. Kyrie
(Taizé)
XII. Estación: Jesús muere en la cruz Imagen y canto "Crucem tuam“
Texto bíblico: Era ya cerca de la hora sexta cuando se oscureció el sol y
toda la tierra quedó en tinieblas hasta la hora nona. El velo del Santuario se rasgó
por medio y Jesús dando un fuerte grito, dijo: “Padre, en tus manos pongo mi espíritu”
Y, dicho esto, expiró. (Lc 23, 44-46) Ruegos: Cuando Jesús murió, en la tierra
se hizo de noche. A Él que ha dado su vida para que después de nuestra muerte pueda
irrumpir un nuevo día para todos nosotros, le pedimos: Por la vida eterna de todos
los difuntos. Por que nos sintamos agradecidos contigo por haber dado tu vida
por nosotros. Súplica de perdón: Por aquellas situaciones en las que dudamos
que Jesucristo sea el Salvador de todos los hombres, te pedimos nos hagas retornar
al buen camino y nos concedas perdón. Kyrie (Taizé)
XIII. Estación: Jesús
es bajado de la cruz y puesto en brazos de su Madre Imagen y canto "Crucem tuam“
Texto bíblico: Jesús les respondió: “Ha llegado la hora de que sea glorificado
el hijo del hombre. En verdad, en verdad os digo: si el grano del trigo no cae en
tierra y muere, queda él solo; pero si muere, da mucho fruto. El que ama su vida,
la pierde; y el que odia su vida en este mundo, la guardará para una vida eterna.
Si alguno me sirve, que me siga, y donde yo esté, allí estará también mi servidor.
Si alguno me sirve, el Padre le honrará. (Jn 12, 23-26) Reflexión: Jesús dice
de sí mismo que ésta es la hora de todas las horas. Para explicar su muerte toma un
ejemplo de la naturaleza. El grano de trigo tiene que morir para llevar fruto. Sólo
se abre y crece si antes ha sido depositado en la tierra. ¿Habrá presentido la Virgen
María que su hijo sería el grano de la nueva vida? Todos los cristianos juntos miramos
al crucificado que dice de sí mismo que quiere obsequiarles la vida a todos los hombres.
Así podemos situarnos bajo la Cruz junto con la Virgen María, como hombres para los
que la Cruz de Jesús se ha convertido en el árbol que nos trae la vida. Este mensaje
no sólo es válido en situaciones de extremo sufrimiento: durante catástrofes naturales,
guerras o enfermedades. Es un mensaje que vale para siempre y en todos los lugares.
Ave, María, grátia plena, Dóminus tecum; benedícta tu in muliéribus,
et benedíctus fructus ventris tui, Iesus. Sancta María, Mater Dei, ora
pro nobis peccatóribus nunc et in hora mortis nostrae. Amen.
XIV.
Estación: El cuerpo de Jesús es depositado en el sepulcro Imagen y canto "Crucem
tuam“ Texto bíblico: Luego vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el
primer cielo y la primera tierra desaparecieron, y el mar no existe ya. Y vi la ciudad
santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, de junto a Dios, engalanada como
una novia ataviada para su esposo. Y oí una fuerte voz que decía desde el trono: “Esta
es la morada de Dios con los hombres. Pondrá su morada ente ellos y ellos serán su
pueblo y él, Dios-con-ellos, será su Dios. Y enjugará toda lágrima de sus ojos, y
no habrá ya muerte ni habrá llanto, ni gritos ni fatigas, porque el mundo viejo ha
pasado.” (Ap 21,1-4) Ruegos: La última estación del Vía Crucis vuelve a dirigir
nuestra mirada una vez más tanto hacia el presente como hacia el futuro. Jesucristo
quiere obsequiarnos una perspectiva positiva. Como Él vive entre nosotros no tenemos
que temer el aspecto doloroso de la vida. No podremos evitar ni el sufrimiento ni
la penuria, sin embargo, sufrimiento y penuria no conforman la última estación del
calvario sino que conducen hacia la liberación y la salvación, hacia la resurrección
y la vida. Creyendo firmemente en esto te pedimos: Dales a todos los cristianos
el valor para que en situaciones difíciles sepan dar testimonio de tu presencia, tanto
con palabras como con hechos. Haz que los hombres de todas las religiones se empeñen
por una vida en paz y justicia. Dales a todos los difuntos una vida en plenitud.
Pater noster, qui es in caelis: sanctificétur nomen tuum; advéniat
regnum tuum; fiat volúntas tua, sicut in caelo, et in terra. Panem nostrum
cotidiánum da nobis hódie; et dimítte nobis débita nostra, sicut et nos dimíttimus
debitóribus nostris; et ne nos indúcas in tentatiónem; sed líbera nos a malo.
Quia tuum est regnum, et potéstas, et glória in saecula. Amen.