2005-08-13 15:18:45

Reflexiones en familia


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Viernes, 12 ago (RV).- Hoy hablaremos de las familias monoparentales, es decir la crianza a solas de un hijo, que es realmente una situación que puede ocurrir por distintas causas: separación o divorcio, viudez, maternidad solitaria o extraconyugal, emigración, etc. Lo cierto es que cualquiera de estas situaciones lleva a un adulto –que en la mayoría de los casos son las mujeres- a ser responsable de un hogar monoparental.

Los hogares o familias monoparentales se definen como aquellos hogares técnicamente conformados por uno solo de los padres, quien convive con uno o más hijos que dependen económicamente de ese progenitor. Este es sin duda un fenómeno que se ha acrecentado en los últimos años, especialmente como consecuencia de separaciones y divorcios, y como suele suceder, la que está cargo de todo es la mujer, ella pasa a ser la jefa de ese hogar. En casos de separación, aunque el ex marido y padre cubra con los gastos materiales y no se aleje afectivamente de sus hijos, la realidad es que la mujer es quien enfrenta el desafío de llevar todo adelante.

Pero qué significa estar a cargo de un hogar monoparental? Realmente se podría decir que una de las principales dificultades que enfrentan las familias monoparentales es la mirada de los otros, que responde a la cultura y cómo sean juzgadas las circunstancias particulares de esta familia. Hoy por hoy se considera normal que las mujeres se ocupen de la casa y los niños, y no tanto así que lo hagan los hombres solos. En estos casos, se podría señalar que la sociedad no es muy benévola o solidaria.

Otro de los problemas que suelen arrastrar estos hogares es el prejuicio hacia sus integrantes menores en la escuela, juzgados como chicos problema. Entonces, si aparece alguna dificultad en las aulas, se instala al chico allí, a manera de profecía que se cumple. Ante esta situación, los psicólogos y profesionales que trabajan con las familias señalan de manera persistente que una familia monoparental y todos sus miembros, no son sinónimo de disfuncionalidad, como tampoco el hecho de que haya papá y mamá sea garantía de que todo funcione bien.

Es claro que cuando una familia se vuelve monoparental siempre genera una crisis y la forma en que este cambio se resuelva condicionará en gran parte la dinámica de la nueva estructura. Algunas investigaciones indican que las familias monoparentales con ausencia del padre, a excepción de cuando éste ha muerto, incrementan el riesgo de hijos con problemas escolares y de conducta.

Sin embargo, no hay consecuencias iguales para todos. Un alto grado de tensión en familias biparentales, es decir, que cuentan con la presencia de papá y mamá, es más perjudicial que una familia monoparental organizada, con un bajo grado de tensión. En suma, los padres a cargo de una familia monoparental no están destinados a tener hijos con problemas.

Encabezar un hogar monoparental ofrece también oportunidades de cambio. Es importante que el adulto a cargo aprenda a pedir, a delegar y a compartir. Que estos padres y estas madres recurran a la colaboración de su entorno familiar, escolar, laboral, de amigos, de compañeros, de vecinos. Por lo menos, estas otras presencias de personas amigas y familiares los harán sentirse menos solos. Disponerse a participar de situaciones nuevas y abrir las puertas de la casa permitirá reorientar la propia vida y transitar este reacomodo desde una perspectiva más esperanzadora y sociable también para los hijos.

Textos: Alma García. Locución: Alina Tufani.








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